–Me atrevo a decir que no has tenido mucha práctica –dijo
– Vaya, si a veces he creído hasta seis cosas increíbles
antes del desayuno.
No acostumbran recordar las simples reglas que les han
enseñado sus amigos: por ejemplo que un atizador al rojo quema si no se
suelta a tiempo; o que si uno se hace un corte muy profundo en el dedo con
un cuchillo, por lo general sangra.
¿Se ha encontrado últimamente el lector con una persona
excepcionalmente amistosa, de modales enérgicos, firme en el apretón de
manos y pronta en la sonrisa? Pues prepárese para una de esas danzas en el
corro que le dejan a uno mareado. Lo más probable es que acabe de ser
adoptado por un Aries. Y muy especialmente si advirtió que le resultaba un
poco difícil llevar la voz cantante en la conversación.
¿Está dedicado a alguna causa idealista y defiende
coléricamente a los débiles? Es característico. Hombres o mujeres, son
personas que lucharán sin vacilación contra lo que les parece una
injusticia, y que no se avergüenzan de expresar sus opiniones. El Carnero
contestará con igual energía a un policía de tráfico o a un gangster armado,
si cualquiera de ellos le molesta. Es probable que después lo lamente, pero
en el ardor del momento no habrá cautela capaz de detenerlo. La gente de
Marte va directamente al grano, sin vacilaciones.
Aries es el primer signo del zodíaco. Representa el
nacimiento, como Piscis representa la muerte y la conciencia del alma. El
Carnero no es consciente más que de sí mismo. Es el infante del zodíaco, el
bebé recién nacido, totalmente absorbido por los dedos de sus pies y de sus
manos. Sus necesidades son lo primero. A un bebé no le importa si sus padres
o los vecinos duermen o no. Cuando tiene hambre o está mojado anuncia
vociferante su incomodidad. Quiere que le den el biberón o le cambien los
pañales ahora, y nada de demoras. Si un Aries tiene una idea o algo que
quiere apartar de su mente, no tendrá el menor resquemor en llamarle a uno a
las cuatro de la mañana. ¿Por qué no ha de estar todo el mundo despierto
para escucharle? Si él está despierto, y es eso lo único que cuenta. Quiere
algo, y lo consigue. Como al bebé, a Aries el mundo le preocupa sólo en la
medida en que se relaciona con él. Pero, ¿se puede decir que un bebé es
realmente egoísta? Si siempre está dispuesto a prodigar sus sonrisas y sus
favores a quienes satisfacen sus exigencias. Es difícil resistirse a un
bebé, hasta tal punto es inconsciente de estar causando el menor
inconveniente a nadie. Lo mismo pasa con el Carnero. Su inocencia le rodea
por completo y suaviza su agresividad, de la misma manera que la inocencia
del recién nacido atenúa su egocentrismo.
A esta ingenuidad que desarma se debe también que los
Aries sean tan intrépidos. Hasta que se quema, el bebé no le tiene miedo a
nada, ni a nadie. Y aún entonces, volverá confiadamente a hacer la prueba,
una vez que se haya olvidado de la herida. No hay el menor rastro de astucia
ni de superchería en el Carnero, que seguirá así durante toda la vida:
creyendo siempre de todo corazón, cayendo siempre para volver a levantarse y
hacer un nuevo intento. Todas las dudas que puedan surgirle por el camino,
se disipan inmediatamente ante la primera persona que vuelve a ser bondadosa
con él, del mismo modo que el bebé se olvida del dolor que le produjo el
imperdible que accidentalmente se le clavó en la pierna, la próxima vez que
le ponen talco.
El Carnero puede fantasear de aquí a mañana, y tejer
los sueños más fabulosos, pero como mentiroso no vale un rábano. Lo que
muestra a quien le mira es lo que es. Nada hay en él de complicado ni de
oculto. Es tan vulnerable como el bebé, e igualmente desvalido. Cuando gente
más fuerte y más madura se le impone o le saca algo, reacciona de la única
manera que sabe: chillando y organizando un escándalo tal que los demás
ceden, nada más que por tener paz. Aries no necesita de estrategias
delicadas. Con la fuerza de sus pulmones y la determinación que surge de su
interior le basta perfectamente para salirse con la suya. Y tal vez
desvalido no sea la palabra justa.
Vulnerable, si... pero desvalido, de ningún modo.
El aspecto físico del Carnero es bien fácil de
reconocer. Los Aries tienen rasgos decididos, habitualmente bien
delimitados, raras veces blandos o borrosos. Las cejas, bien marcadas,
suelen juntarse con el estrecho puente de la nariz hasta formar el signo del
Carnero ( T ), tal vez para advertir a quien se le pueda ocurrir la tonta
idea de intentar detenerle o someterle, que esos cuernos simbó1icos van en
serio. Es posible encontrarle algún lunar o cicatriz en la cabeza o en la
cara, es posible que el pelo tenga un tinte rojizo a la luz del sol y que el
cutis sea más rubicundo de lo habitual. También es posible que en su
presencia uno perciba chispas invisibles que se escapan en todas
direcciones. Sus movimientos son por lo común rápidos y fáciles, armonizados
con un proceso mental. Tanto los hombres como las mujeres de este signo
tienen normalmente hombros anchos, y no es extraño que caminen con el cuerpo
un poco inclinado hacia adelante, guiándose con la cabeza, por así decirlo,
y casi siempre con mucha prisa. (Es frecuente que tengan prisa por derribar
un edificio de ladrillos, aunque en la tarea se les estropeen los cuernos.)
No es mucho lo que hay de gracioso en el Carnero, a no ser su tersa manera
de resolver una crisis (que jamás deja de sorprender a la gente que
subestima a las personas Aries). Son de estructura ósea delicada pero
fuerte, y es raro que un Aries resbale y caiga. Su postura refleja una total
confianza en sí mismo y en su yo. Si tropezamos con un Aries de hombros
caídos, será probablemente del tipo ovejuno, que sufrió graves heridas en su
ego durante la infancia. Si las heridas fueron profundas, le llevará algún
tiempo recuperarse, pero algún día se enderezará, podéis contar con ello.
Son gente a la que nada aplasta para siempre, y el fracaso menos todavía.
La persona regida por Marte le mirará a uno
directamente a los ojos, con desenfadada limpieza y con una fe bastante
conmovedora. ¿Acaso su interlocutor no es su amigo? ¿Acaso no gusta de él?
¿Cómo, no? Entonces empezarán las lágrimas, pero para dentro. Un Aries jamás
mostrará su decepción en la superficie, si puede evitarlo. Si alguna vez se
le ve llorar sin recato, es seguro que, de alguna manera, el dolor le ha
llegado al alma. Los Aries prefieren caer muertos antes de mostrar
debilidad... y entre ellos hay quienes, literalmente, corren el riesgo de lo
primero por evitar lo segundo.
Es raro que un Carnero lance a su alrededor miradas
nerviosas. Si lo hace, es que ya no le interesa seguir hablando con
vosotros. Alguna otra cosa le ha llamado la atención y, por el momento, os
ha olvidado, así como lo que estabais diciendo.
Pero no hay que ofenderse; basta con recordar al bebé y
sus deditos.
Un Aries estará indudablemente en los primeros lugares
de la carrera que ha elegido, o dedicado a un negocio propio. En caso
contrario, se le reconocerá fácilmente por el
descontento que demuestra al verse forzado a someterse a otros. Se
puede esperar de él una actitud liberal, una pródiga generosidad con el
tiempo y con las cosas materiales, y un deseo notable de ser quien abra
todas las marchas... con bombo y platillo. Pero no hay que esperar sutileza,
tacto ni humildad. El Aries medio se hallaba detrás de la puerta mientras se
hacía el reparto de estas cualidades. También anda un poco escaso de
paciencia. En una cafetería será rápido para la crítica, si el camarero es
fresco y el bocadillo no está bueno. Pero también es probable que, si le han
servido bien, deje una propina innecesariamente elevada.
Aries es muy directo, por decirlo sin exagerar. A la
naturaleza de los regidos por Marte le son totalmente ajenas la falacia y
las desviaciones. Aunque la franqueza y una alentadora honradez configuran
el sello distintivo del signo, no es buen negocio hacerle un préstamo a un
Aries. Hay entre ellos quienes carecen de estabilidad y exhiben una falta de
responsabilidad infantil. Incluso los que han llegado a madurar pueden
olvidarse de las deudas en la omnipresente excitación del siempre nuevo
desafío del momento, que acaparara totalmente su atención. Claro que
terminarán por pagar sus cuentas alegremente y con la mejor disposición,
pero es posible que cuando los alcance, el acreedor ya se haya quedado sin
aliento.
Por más que Aries sea el incendiario que se abre paso
en la vida con atrevimiento, iniciativa y espíritu de empresa, en su bravura
hay un extraño lunar. Sin el menor rastro de miedo, hará frente al
abominable hombre de las nieves o al monstruo de Frankenstein, pero no puede
soportar el dolor físico. Nunca será un cobarde moral, pero puede portarse
como un perfecto marica cuando algo le duele. Y el dentista no se cuenta
entre sus preferidos.
Todos los Aries, en algún momento de su vida, mostrarán
alguna forma de comportamiento temerario que les signifique sufrir heridas
en la cabeza o en la cara. También son probables los cortes y quemaduras, y
los dolores de cabeza, a veces tan intensos que pueden llegar a la jaqueca y
que es posible se originen en infecciones renales. Será prudente que el
Carnero haga de tripas corazón y visite regularmente al dentista, que se
cuide la vista, vigile su dieta, se tome en serio los dolores de cabeza y se
mantenga alejado del alcohol (no sólo porque es malo para los riñones, sino
porque es muy combustible cuando se combina con el genio de Marte). Las
erupciones cutáneas, los dolores en las rodillas y las molestias estomacales
se encarnizan también con quienes nacen a fines de marzo y durante abril. La
constitución del Aries es fuerte y recia, si no abusa de ella, como suele
suceder, por no prestarle atenci6n. Cuando lo veáis confinado en cama, y
casi sin habla, podéis estar seguros de que está realmente enfermo. Aun así,
para mantenerle acostado es probable que se necesite un par de esposas. Es
capaz de sobrevivir a fiebres que matarían a cualquier otro tipo de
personas, muchas de las cuales son producidas por su obstinada tendencia
marciana a seguir adelante en circunstancias adversas, en el momento
inadecuado y con la gente inadecuada.
La colérica frustración que ello invariablemente genera
es la verdadera causa de sus problemas de salud. Lo que enferma al Aries es
su reacción ante el retraso, y lo que le mantendrá alejado del médico es el
cultivo consciente de la paciencia y de la cautelosa deliberación. Por
supuesto, él no seguirá el consejo, pero de todas maneras se las arreglará
durante años para mantener lejos al médico, hasta que se desplome de
agotamiento o hasta que llegue a una edad en que alcance mayor sensatez. No
hay gran peligro de que un Aries se haga drogadicto. Normalmente, no tomará
siquiera una píldora para dormir. Decididamente, prefiere quedarse despierto
(por miedo de llegar a perderse algo).
A causa de su persistente optimismo, es raro que Aries
(lo mismo que Leo y Sagitario, los otros dos signos de fuego) sea víctima de
enfermedades crónicas y duraderas, que
–según ha enseñado siempre la astrología y admite ahora la ciencia
médica– se generan o se intensifican como consecuencia de la melancolía y
del pesimismo. Los signos de fuego son más susceptibles a las fiebres altas,
a las infecciones fulminantes, los ataques, la alta tensión sanguínea y las
enfermedades agudas.
Dígase lo que se diga de su carácter impulsivo, rara
vez se puede acusar de tristeza a los nativos de este signo. Aunque sean
sembradas, las semillas de la depresión mueren rápidamente en el suelo de
Aries. Pero los Aries se aferran a la preciosa idea de que nadie mas puede
hacer nada con la eficiencia de ellos, y eso puede conducirles a mil
desastres. Aries llevará a la práctica sus planes con arrojo y confianza, y
pocas veces se dará cuenta de que está yendo más allá de sus fuerzas y
buscándose una úlcera o un colapso nervioso. Al Aries nadie puede acusarle
jamás de haraganería.
Dada la candidez de su naturaleza, son personas
incapaces de poner en práctica las sutiles tretas de la estrategia. Cierto
Aries a quien conozco bien, con su audaz y contagioso entusiasmo consiguió
un ángel financiero dispuesto a respaldar una de sus originales ideas.
Cuando el trato estaba a punto de cerrarse, y el Aries próximo a realizar
sus sueños más caros, el ángel, 1ógicamente, sugirió que la operación fuera
supervisada por un conocido experto. Nuestro Aries estaba segurísimo de que
nadie podía llevarla a cabo tan bien como él y, temeroso de verse en
situación de tener que aceptar órdenes de alguien, respondió rápidamente con
la característica humildad del signo. Con un gesto de superioridad, agitó su
cigarro en el aire y preguntó lisa y llanamente: <<¿De qué manera quiere
usted que le diga que no, deprisa o lentamente?>>. Con igual celeridad, el
ángel financiero le retiró su apoyo, y el pobre promotor Aries no tardó en
convertirse en un caso grave de lepra comercial. Durante muchos meses de
frustración, se encontró con que quienes antes le respaldaban sin reservas
habían salido misteriosamente a almorzar o estaban en Europa cada vez que él
los llamaba.
Un poco de tacto y de diplomacia podría haber evitado
que su sueño se derrumbara, pero al Carnero medio le hacen falta muchos años
para alcanzar el nivel de diplomacia de un Aries como Dean Rusk. La gente
que ha llegado a la cima gracias a un esfuerzo duro y paciente ve
1ógicamente con malos ojos la agresividad de un Aries que piensa que él, con
mucha menos experiencia, sabe mucho más. Sólo después de muchos fracasos
desalentadores aprende el nativo de este signo a ser modesto y humilde.
Pero, una vez que lo ha aprendido, es capaz de hacer que un proyecto rinda
como un pozo de petró1eo, agregándole muchas ideas creativas y haciendo, de
manera instintiva, las mejores jugadas. Sólo llega al liderazgo si empieza
por respetar a quienes por su capacidad están por encima de él; pero el
éxito, cuando llega, suele ser gigantesco e impresionante. Es frecuente –y
resulta extraño– que los nativos de Aries creen mas riqueza para otros que
para sí mismos. Son muchísimos los Aries que pagan alquiler durante la mayor
parte de su vida, y es raro que lleguen a ser propietarios de su casa. A los
de espíritu marciano no parece preocuparles que el dinero no esté ligado a
ellos, quizá porque lo que ellos buscan no se encuentra necesariamente en el
banco.
Por mas que el Aries arremeta hacia adelante con
confianza, tenga poco en cuenta los sentimientos ajenos, y su actitud
–especialmente cuando es joven– sea la de <<primero yo>>, también
puede ser el mas calido y generoso de todos los signos solares. No es cruel;
simplemente, cree con sinceridad que él puede hacer cualquier cosa mejor que
cualquiera, y es psicológicamente incapaz de quedarse tranquilo mientras los
demás chapucean y fracasan. Si se le da a elegir entre el dinero y la
gloria, elegirá infaliblemente la gloria. Tiene tanto cariño por el dinero
como cualquiera, pero aún quiere un poco más al elogio y a la fama. El
Carnero tiende a tomar decisiones instantáneas sin autorización de sus
superiores. En su discurso puede ser satírico, y cortante en la invectiva.
La có1era de los Aries se desencadena con la velocidad del sonido, pero por
lo general ha desaparecido antes de que su victima se haya enterado de que
era lo que la provocaba, y la sonrisa infantil y grata no tarda en
reaparecer. Uno no puede menos que acordarse de cierto Carnero impulsivo,
llamado Nikita Kruschev, que en cierta ocasión, movido por una infantil
pataleta, golpeó con un zapato sobre una mesa de las Naciones Unidas, a
vista y paciencia del auditorio televisivo, y que el diablo se las
aguantara. En ese momento no le hacían caso, y ¿que Aries tiene el mas
mínimo tacto cuando no le hacen caso?
Y sin embargo, este mismo Aries se quedó realmente
desconsolado al no poder disfrutar de las mágicas maravillas de
Disneylandia.
A la gente de Marte se la acusa con frecuencia de tener
un carácter terrible... y lo tienen. Pero también tienen una total
incapacidad para mantener su ira durante mucho rato y, una vez que han
pasado, sus agravios quedan por lo general enterrados y olvidados. A un
Aries le duele y le sorprende que alguien recuerde aún las cosas crueles que
él dijo, pero sin intención. Si tiene oportunidad, Aries le pedirá disculpas
a su peor enemigo, no importa que amenaza directa pudo formular cuando era
presa de la có1era. Quiere que lo acepten, aunque atolondrada y
deliberadamente provoque el rechazo. Es raro que los Aries se enojen con las
personas. Aunque tal vez recibas tú, lector, la lluvia de chispas, el fuego
va en realidad dirigido contra una idea o una situación que le resulta
intolerable.
El Carnero es capaz de intentar decir alguna
mentirilla, si con eso puede pasar a primer plano o quedar a salvo alguno de
sus caros ideales, pero la mayor parte de las veces no se vale de
mentiras... por suerte, porque siempre le descubren. Su candor sin ambages
es más rápido, y como lo que mas le interesa es llegar prontamente al grano,
prefiere decir la verdad. No le queda tiempo para habladurías, ya que eso
significa hablar de otros, y Aries está demasiado interesado en sí mismo
para desperdiciar sus energías en conjeturas sobre los secretos, el
comportamiento o los motivos de quien sea. Además, normalmente para él la
gente es blanca o negra; los matices de gris no le atraen en absoluto. Sería
erróneo, sin embargo, pensar que esto es prejuicio. Si en su carta natal hay
fuertes influencias planetarias, la impulsiva desconsideración del Aries por
los hechos puede asumir la forma de crueldad o de prejuicio, pero esto no se
da con frecuencia. El Carnero típico se sentirá tan cómodo y se mostrará tan
auténticamente afectuoso comiendo con reyes como con mendigos. Si se gana la
reputación de prejuicioso, ello se debe a su tendencia a distribuir a la
gente en dos campos diferentes –el de los amigos y el de los enemigos– y
además, esperará que cualquiera, si es amigo de él, los clasifique de la
misma manera.
Pese a su chocante desenvoltura, el Aries puede ser
también el compendio de la gracia social. Es capaz de conversar durante
horas, de manera fascinante, sobre temas de los que no sabe absolutamente
nada. Hay mucho pulimento en la superficie para cubrir ese agresivo impulso
marciano. La paciencia para el detalle no es su punto fuerte; el prefiere
dejar a otros los aspectos secundarios y mezquinos de la estadística, y en
eso es bastante sensato, ya que otros los abordarán con mucha mas
eficiencia. A un nativo de este signo le exaspera restringirse a los hechos,
porque las lecciones de ayer le importan un rábano, y mañana está demasiado
lejos para preocuparse. Su residencia natural es hoy, a esta hora y en este
minuto. El Aries se consume por completo en la acción del presente.
Realista, sin mengua de su decidido idealismo, no es
fácil dar una descripción emocional de Aries. Nadie más puede exhibir un
comportamiento tan recio y enérgico, pero también son pocos los que son
capaces de su sentimentalismo, su ávida inocencia y fe en los milagros. La
gente de Marte es literalmente incapaz de aceptar la derrota: ni siquiera la
reconocen, aunque les esté mirando a la cara. En cuanto a los resultados
finales de cualquier cosa, ya se trate del amor o de un partido de béisbol,
son incurablemente optimistas. Muy hábiles en el combate cuerpo a cuerpo,
los carneros se defienden mejor con la cabeza, es decir con la mente.
Disfrutan al encontrar oposición porque eso representa un desafío, y son
capaces de apartarse del camino para ir al encuentro de un obstáculo y
superarlo mucho antes de que se les presente... y a menudo, cuando podrían
haberlo enfrentado desde la dirección opuesta. Tampoco se quedan esperando a
que el éxito les llueva; lo persiguen con furiosa obstinación, y por eso son
tan pocos los Aries que se encuentran en las listas de quienes disfrutan de
un gran bienestar.
La mayoría de la gente se agota con sólo pensar en la
energía del Carnero. Pero los Aries también son capaces de mostrar calma,
seriedad y prudencia cuando así lo deciden. Lo lamentable es que por lo
general no lo deciden hasta que ha pasado la juventud y la madurez suaviza
su áspero idealismo y la avidez de su prisa. No les resulta difícil ganarse
la simpatía popular, pese a lo cual no son necesariamente buenos políticos.
Thomas Jefferson y Eugene McCarthy se cuentan entre las
raras excepciones a la regla. La mayor parte de los Aries que se han lanzado
a la carrera política han tenido una carrera relativamente breve o azarosa.
En Estados Unidos no ha habido un presidente Aries desde John Tyler, en
1840. Para el Aries medio, la política resulta una actividad difícil. Por un
lado, los Aries no son los mejores economistas del mundo.
Además, son impulsivos al hablar y no soportan los
rodeos, dos características fatales para un político. La mayoría de los
políticos esperan a ver que es lo que quiere el pueblo antes de dar a
conocer su propia posición. El Aries medio tiene sus propias ideas de lo que
necesita el pueblo, lo que éste realmente quiere no le interesa, y ya se
ocupará él de que lo tengan, antes de lo que políticamente pudiera ser
conveniente. Así y todo, es tan idealista que cuando se encuentra frente al
público, enciende su imaginación y le hace volver a tener fe en sí mismo.
El fresco candor de Marte puede despejar el humo de las
trastiendas políticas como si fuera una brisa.
Sin embargo, la mayoría de la gente de Aries tiene más
éxito en los negocios o en las artes creativas, donde ellos son muy
necesarios. Otros pueden destacarse en el desplazamiento de la estrategia.
Gente con una mente más serena y mentalidad más práctica puede ser mejor
para lograr una organización eficiente. Pero sin la acción directa, la
energía y la originalidad del Carnero, el más deseable de los proyectos se
vendría abajo o no conseguiría avanzar mucho.
Es posible encontrar algún Aries que sea tímido, pero
jamás encontraréis uno que no tenga una posición bien definida. Es difícil
expresar la propia individualidad, cuando uno está cerca de ellos. Aries es
mucho más feliz cuando habla de sí mismo y de sus planes que de cualquier
otra cosa o persona (excepción hecha del ser amado, cuando se encuentra
inmerso en un romance). Una vez que alguien se ha ganado su interés
–y tiene mucha suerte– el Aries le escuchará con atención,
especialmente si las ideas de su interlocutor son interesantes y
progresistas. Se sentirá encantado con el, y pondrá a su disposición tiempo,
dinero, simpatía y lealtad. Si un amigo está en el hospital, es posible que
Aries se olvide de enviarle una tarjeta, pero le buscará el hospital, lo
llevará allí en su propio coche y 1o recomendará a su propio medico (que,
naturalmente, será más eficiente que Pasteur). Cuando se decide a ayudarle a
uno en una situación difícil, Aries no vacilará ante ningún esfuerzo.
Pero hay que demostrarle gratitud, eso si. Se sentirá
profundamente herido, si es que no se enoja sin mas ni mas, al comprobar que
no apreciáis sus agotadores esfuerzos, que van mucho mas allá de lo que
requiere el deber y, probablemente, exceden también en mucho lo que vosotros
queríais o necesitabais. Disfruta haciendo favores, y cuanto mayor es el
gesto caritativo, mejor, pero el Carnero quiere que se le reconozca lo que
ha hecho. Sin embargo, es probable que aunque no se le den las gracias, no
se niegue a volver a ayudar. Su gran fe en sí mismo só1o encuentra parangón
en su ingenua confianza en los demás, y por eso está casi constantemente
desilusionado y quejándose de que alguien le ha traicionado. Claro que eso
no le afecta durante mucho tiempo. Se rehace, se sacude el polvo, y no tarda
en estar otra vez dispuesto para volver a quemarse, tras una típica orgía de
depresión tan breve como violenta.
Aries da tal impresión de sinceridad que resulta
sorprendente la decisión con la que defiende como si fuera un hecho algo que
él sabe –o debería saber– que no es verdad. Acusadle de falta de honradez y
se os quedará mirando atónito, bien abiertos sus cándidos ojos por el horror
de que podáis dudar de él. Es capaz de vendarse los ojos y ponerse tapones
en los oídos para excluir algo en lo que no quiere creer. Incluso cuando su
posición es completamente insostenible, seguirá valientemente al pie del
cañón, luchando con total convicción por la causa perdida. Pero también, en
un momento de decisión rápida, puede cambiar de idea respecto de alguna
opinión que uno habría considerado innata en él, y cuando esto sucede, se le
hace imposible volver al punto de vista anterior, y hasta recordarlo
siquiera. Su urgencia por arrojar el pasado al cesto de los papeles y seguir
adelante a toda velocidad (una de las principales razones de su buena
adaptación a los lugares y a la gente nuevos) le lleva a pensar que quienes
intentan razonar con el están interfiriendo en su progreso. Entonces puede
darse el caso de que arroje a los cuatro vientos el escaso tacto que posee.
Los ultra conservadores, que pesan cada palabra y cada decisión, sacan de
quicio a las almas de Marte, que pueden ser inequívocamente claros y
significativos para comunicar su fastidio y su frustración. Así se
comprende, pues, porque en ocasiones se hacen tan acérrimos enemigos de
gente mayor y más prudente.
Aries tiene en su naturaleza una faceta de inocencia y
de avidez, y una especie de fe ingenua, eterna y alegre, mezcladas con el
fervor ciego del cruzado nato. Marte es de cuernos duros como el diamante, y
difíciles de romper.
Es frecuente que lo vea todo rojo, pero cuando las
chispas desaparecen, se vuelve tan alegre y amistoso como una margarita. Su
metal es el hierro, y su fuerza indoblegable le da nueve veces mas vidas que
a otros para vivir; nueve veces mas oportunidades de ganar la batalla. El
fuego que consume su espíritu puede ser una antorcha llameante que ilumine
el camino del valor para cualquiera capaz de reconocer su idealismo.
Es el que abre caminos, el que siempre lleva adelante a
los otros hacia una meta imposible. Su fe, bella y férrea, es pura, sin
asomo de aleación con la hipocresía y la codicia. Es raro que amase una
fortuna, y si llega a hacerlo, no tendrá tiempo para detenerse a contarla.
Podéis contar con su dinero, su ropa o su tiempo. Él siempre tiene algo que
le sobra, por mas estrecho o pobre que pueda encontrarse momentáneamente. El
Carnero sabe que el pan que se arroja a las aguas no sólo alimenta su yo y
vuelve en mayor cantidad, sino que hace feliz a la gente, y esa es una de
las cosas que mas le gustan en la vida.
Para Aries, los milagros son a dos centavos la docena,
y si se os acaban, el os hará unos cuantos mas, envueltos en hermosos sueños
de color escarlata.
Personalidades Aries famosas
Eugene McCarthy
Andrew Mellon
J.
Gloria Swanson
Lowell Thomas
Arturo Toscanini
Peter Ustinov
Vicent
Tennessee
Wiliams
Yo voy por mi camino, dijo,
y cuando encuentro un riachuelo en la montaña
le prendo fuego...
Así que de cualquier manera
entraré en el jardín,
y no me importa lo que suceda.
Ese ser que está allí haciendo una llamada telefónica, ¿es
una dínamo cargada eléctricamente? ¿Es una antorcha flameante?
¿Es una explosión, un pájaro... o es Superman? Vaya,
prácticamente si. Es un varón Aries, lo cual se le aproxima bastante.
Esperemos, lectora, que sepas lo que pretendes. Si es
emoción, el hombre Aries te la ofrecerá a raudales, y rara vez un instante de
aburrimiento atenuará el chisporroteo. Pero si lo que buscas es la seguridad y
la satisfacción de un amor tranquilo, entonces te has equivocado de cabina
telefónica.
Aries puede abrumarte en un minuto con su ardor apasionado,
y al minuto siguiente mostrarse tan frío como un oso polar. Si le ofendes o
pierdes su interés –o ambas cosas– esa naturaleza marciana, cálida e impulsiva,
se helará al instante, y volver a encenderla puede significar tener que empezar
todo desde el principio, desde el Acto I, Escena I.
Los hombres Aries rebosan ideas y energía creativa.
Mantenerse a su altura puede ser agotador, pero vale más que lo hagas,
mentalmente por lo menos. Es típico de Aries dejar atrás a las tortugas, sin
volver la vista. Probablemente su aspecto y su manera de actuar sean mas
juveniles que la primavera, lo cual puede ser encantador; pero es posible que
esa aura de juventud persista en sus actitudes mentales y emocionales hasta que
madure, cosa que no le sucede muy pronto en la vida. Aries es impaciente con los
apocados, es audaz y confiado, va siempre por delante de los demás, y más de una
vez por delante de sí mismo. Puede ser el espíritu de la generosidad y prodigar
alegremente a los extraños su tiempo, su dinero, su simpatía y sus posesiones.
Pero también puede ser, cuando la satisfacción de sus deseos se retrasa o cuando
se ve obligado a frecuentar gente que no le responde, exasperantemente
intolerante, desconsiderado, egoísta y exigente.
Cuando se trata de amor, su actitud desaprensiva es
absolutamente pasmosa. Se zambullirá en una aventura, con la total seguridad de
que es el único amor verdadero desde que el mundo es mundo, tal vez con la
excepción de Romeo y Julieta. Si la relación se rompe, el juntará los pedazos y
recurrirá a cualquier procedimiento para salvar el difunto romance. Si es
irreparable, empezará todo de nuevo, con una nueva Julieta, lo mismo que la
primerísima vez. Por mas errores sentimentales que haya cometido, el Carnero
está seguro de que su verdadero amor, su alma gemela, está esperándole en el
próximo sueno. Y a menos que tú seas una mujer de Escorpio, el Aries es tan
apasionado como pudiera soñarlo cualquier mujer. No es mucho lo que deja por
desear. Es tan idealista y susceptible al sentimiento que sabrá sacar el jugo a
todos los cosquilleos, suspiros, éxtasis y poesía que sea posible exprimir de
una relación.
Aries es incapaz de quedarse a mitad de camino. Se entrega
todo entero al interés ardiente del momento.
Es posible que tengas que vértelas con uno de los más
tranquilos y te parezca una oveja. Pero no te dejes engañar. De todas maneras,
el que lo rige es Marte. ¿No habla demasiado? ¿No es manifiestamente exuberante
e impulsivo? Bueno, yo también conozco uno de esos. Pero te doy mi palabra de
que, si pudieras ver por dentro esa cabeza dura, descubrirías que los sesos le
giran aproximadamente a doscientas revoluciones por segundo. Siempre que te
encuentres con uno de esta clase, que a primera vista no parezca tener el típico
impulso marciano, examina los archivos del negocio en que se ocupa, y no
tardarás en convencerte de que se trata de Aries. Después, pregúntales a las
chicas que han salido con el. Probablemente te responderán con una risita.
<<¿Él? ¿Falto de genio? ¿Tímido? Tú debes estar hablando de algún otro>>.
Después de un tiempo empezarás a ver clara la imagen. Ese aspecto sereno es la
máscara de un corazón ardiente y de una inflexible capacidad comercial.
Naturalmente, es más fácil enamorarse de uno de los Aries simples y directos,
que no se privan de demostrar el entusiasmo que les despierta todo, desde las
patatas fritas al automovilismo, sin olvidar los paseos a la luz de la luna.
No hay otro signo solar capaz de ser tan escrupulosamente
fiel como Aries cuando está de veras enamorado. Por lo común, su honradez le
impide cualquier engaño, y su idealismo le mantiene a salvo del deseo de
engañar. No importa lo que digan los libros, la promiscuidad no es un hábito de
Aries, ni siquiera los flirteos a la ligera, cuando se ha enamorado
profundamente y de corazón. Lo que él busca es un romance de novela, y los
romances de novela no admiten una actitud frívola respecto al amor y al sexo.
Las otras chicas fueron antes que tú aparecieras. Conozco un Aries que con
frecuencia inicia los comentarios referentes a su pasado, dirigidos a su amor
actual, diciendo: <<Eso fue antes de nosotros>>.
Claro que hay que estar alerta por lo que pueda suceder
porque, a pesar de su sinceridad en su actual devoción y en sus promesas de
total lealtad (que, a no dudarlo, son absolutamente veraces), su necesidad de
romance es tan intensa que es capaz de irse a buscar en otra parte si su pareja
no mantiene constantemente vivas sus ilusiones. En el minuto en que permitas,
lectora, que vuestro amor pierda el tinte novelesco, es posible que él se salga
del camino recto. Y para que lo sepas sin lugar a duda, para él un amor
novelesco excluye irse a acostar por la noche con una mujer que se ha untado el
pecho con ungüento para la tos. También excluye ser testigo de detalles de tu
intimidad personal, tales como pintarte las unas, cepillarte los dientes,
teñirte el pelo para quedar mas rubia, arrancarte la piel quemada por el sol,
recortarte la cutícula o discutir durante horas por teléfono con tu madre. Para
su mentalidad, esa no es la forma en que se conducen las princesas en las
novelas. Y Dios sabe que Julieta jamás se habría sentado con los pies sobre una
mesita, a mascar chicle y ver la televisión. Perfúmate cuando él esté en casa, y
charla con tus amigas cuando no esté. Se le hace difícil pensar que es el
Príncipe Encantador si cuando te besa para despertarte tu le respondes con un
ronquido o le dices: <<Haz el favor de dejarme dormir, ¿quieres?>>.
Y realmente, dime si es así como debió reaccionar
Cuando su pareja descuida los aspectos románticos, el varón
Aries se queda en principio con el corazón destrozado. Después se enoja y va en
busca de una princesa que no ronque ni haga ese tipo de cosas. Por lo que a él
se refiere, no es ninguna falta de honradez. El no rompió ninguna promesa; la
rompiste tú. Tú, que le hiciste pensar que eras un delicioso ruiseñor que canta
a la luz de la luna, como dice su canción favorita. Y ahora ha descubierto que
en realidad eres una ardilla parlanchina o un pajarraco fastidioso, y el impacto
te arranca de su mundo celestial de coros angélicos y campanas que repican cada
vez que él te toca la mano. ¿Cómo pueden repicar las campanas si tú tienes
siempre las manos llenas de ceniceros para lavar, y cómo puede él oír los coros
si tú le reprochas que dos noches seguidas ha llegado a casa después de
medianoche? (Lo cual es cierto, claro, pero ¿quién eres tú para creer que puedes
vigilar sus movimientos? El matrimonio no es una prisión, ni tú eres su
guardiana: esa es la actitud de Aries.)
Si aprendes a abrir los ojos y a mirarle a través de una
bruma, y todas esas cosas, se quedará muy feliz contigo, y por ti ignorará a
todas las mujeres del mundo. Es muy improbable que el Carnero se complique
físicamente con más de una mujer a la vez (a menos que en su carta natal tenga
como ascendente Géminis, o alguna influencia de Venus). Sencillamente, eso no
concuerda con su imagen de un amor verdadero y perdurable. La decisión de romper
con el antiguo vínculo la tomará siempre antes de que el nuevo se haya tornado
muy profundo. Y no te faltarán advertencias: es muy raro que un Aries pueda
fingir una pasión que no siente. Con eso sólo, ya no es posible que el calibre
del engaño sea muy grande. Además, ahora tú ya sabes que hacer para mantenerle
dentro de las paginas de la novela.
Para retenerle, hay que ser una combinación de Grace Kelly,
Ursula Andress, Marie Dressler, Madame Curie y
Y si se te ocurre la idea de jugar con él el juego del
flirteo... descártala. Con Aries, probablemente tu primera indiscreción será la
última. Un susurro o una mirada insinuante a otro hombre puede bastar para que
le pierdas, y no hablemos de una infidelidad real. Él insiste en ser el primero
en todo, y puedes apostar tu recuerdo mas querido a que eso incluye ser el
primero en tu corazón. Aries es posesivo y extremadamente celoso. Solamente el
varón de Leo es capaz de enfurecerse más que él ante la sola idea de una
traición de su amada. Y lo que empeora las cosas, es que el Carnero jamás te
concederá la fe ciega que espera de ti en asuntos de amor. Simplemente, tienes
que entender que sus animadas conversaciones con otras mujeres son inocentes,
porque él exige para el contacto social toda la libertad que le niega a su
pareja, y mas aún. Tu amante marciano te colocará en un pedestal y esperará que
permanezcas allí. No muevas ni un dedo, ni siquiera des la impresión de que
tienes ganas de moverlo.
El hombre Aries es rebelde por naturaleza. Le encanta
desafiar a la autoridad, y piensa que el nació mas vivo que todos los demás. Es
posible que eso sea así, pero a la mayoría de la gente no le gusta que se lo
digan. A consecuencia de su forma temeraria de imponer su superioridad, es
posible que más de una vez se pele la frente. Como él necesita conducir y se
niega a ir detrás, los que tienen mas poder que él le darán mas de una vez una
lección de humildad. En esas ocasiones, tú sales ganando, porque a ti recurrirá
en busca de consuelo y seguridad para su yo magullado. Entonces te darás cuenta
de que su fachada confiada y agresiva oculta un complejo de inferioridad, pero
el preferirá morir antes que admitirlo. La mujer que trate con suave y absoluta
devoción su pulverizada confianza es la que cuenta con más posibilidades de
conservar su afecto. Jamás cometas el error de estar de acuerdo con su
momentáneo enemigo, ni de intentar ser justa y ver la otra cara de la situación
conflictiva. Tú debes amar lo que él ama y odiar lo que él odia. En el amor y en
la amistad, Aries exige la misma lealtad orgullosa e incondicional que él
brinda. Es su código, y si no puedes ajustarte a él, búscate otro hombre.
En la naturaleza de Aries no hay lugar para tretas sutiles.
No es nada difícil reconocer cuando, para un hombre de este signo, una relación
se ha terminado. La frialdad y el aburrimiento en su voz y en sus modales serán
inconfundibles, y generalmente irán acompañados de una sincera declaración que
exprese las cosas con cristalina claridad. Por otra parte, una fogosa explosión
de có1era es menos grave, y significa que su disgusto no es, probablemente, mas
que un estado de animo pasajero y que el romance puede salvarse. Con los Aries,
el hielo es más temible que el fuego.
A los hombres de Aries no les gustan los juegos. Aries
enfoca las cosas de forma directa, tanto en el romance como en los negocios. Una
vez que el amor ha sido reconocido, Aries no perderá un segundo, pero cuidado:
deja que quien lo reconozca sea él. No le persigas, no le llames frecuentemente
por teléfono, no le mires embelesada ni le declares tus sentimientos hasta estar
del todo segura de que la pasión es recíproca. La manera más rápida de perderlo
es tomar la iniciativa. En eso, como en todo, el líder tiene que ser él, y si no
se lo permites, puede desinteresarse con una rapidez tal que te dejará tan
atónita como aplastada. Sin embargo, cuando ya estéis comprometidos en firme, no
te muestres demasiado indiferente, porque buscará en otra parte quien le preste
atención. Con un Aries, el amor es como caminar por la cuerda floja entre un
cálido interés y un desapego distraído. Tendrás que ser prácticamente una
artista del trapecio. No corras tras el, pero tampoco le huyas. Cuélgate una
mascota al cuello, búscate un trébol de cuatro hojas y pídele un deseo a la
primera estrella. Con eso conseguirás tanto como con una estrategia metódica y
formal, y probablemente mas. Incluso después que seas suya, tienes que
mantenerle en suspenso. Al mismo tiempo, Aries necesita la seguridad de que tu
amor sigue presente. Aprende a vivir así... o aprende a vivir sin Aries.
En cuanto a lo positivo, aunque tu amante Aries insista en
ser el primero en la relación, será también el primero en decir que lo lamenta
cuando hayáis reñido, y el primero en estar a tu lado cuando le necesites.
Cuando estés enferma o triste, no se separará de ti. Para complacerte gastará el
dinero con prodigalidad y buena disposición (si es un típico hijo de Marte). Te
hará un cumplido por tu aspecto externo, apreciará tus capacidades y será un
compañero mentalmente estimulante. Por más que pueda ser mandón y perder los
estribos por una bagatela, rara vez dejará que el Sol se ponga sobre su ira, sin
hacer las paces. Tú serás lo más importante de su vida, pero él espera que tú lo
sepas, y espera recibir afecto y atención cuando está excitado por alguna idea
nueva que se apoderó de su interés. Quiere ser él todo tu mundo, pero a
diferencia de otros hombres, si tú eres su igual te dejará que compartas el
suyo.
El varón Aries espera que la dama de sus sueños sea al
mismo tiempo ultra femenina y desenvuelta. La quiere completamente
independiente, pero dispuesta a marchar unos pasos detrás de él. Espera que le
elogien y le demuestren devoción, pero sin entrar jamás en el papel de humilde
esclava. ¿Todavía estás conmigo? Bueno, que muchacha tan valiente. Pero hay más.
Aries es capaz de decir cosas amargamente crueles y sarcásticas cuando su yo
está herido, cosas que él dice sin la menor intención, pero que a ti pueden
destrozarte el corazón si no lo entiendes. Y después esperará que le perdones y
que te olvides con la misma facilidad que él. Tendrán que gustarte todos sus
amigos, aunque él se reserve el derecho de aburrirse con los tuyos, pero lo que
querías era un hombre, ¿no? Y en tu compañero Aries sin duda lo has encontrado.
Si eres una mujer de verdad, vuestro amor puede ser la envidia de todo el
pueblo, como el de Romeo y Julieta (sin la tragedia, claro).
Una vez que te hayas casado con él, Aries será el dueño de
la casa o se ira de ella. No aguanta que le molesten en público ni en privado, y
mucho menos por la forma en que gasta su dinero. ¿Acaso no se lo gana él? ¿No es
su dinero? (A veces, ese pronombre posesivo puede ampliarse hasta abarcar
también el dinero que ganas tú.) Es posible que no sea capaz de equilibrar del
todo el presupuesto –y es por pura bondad que lo digo con tanta delicadeza–,
pero no intentes encargarte tú de ello, aunque toda la vida hayas sido un genio
en matemáticas. Jamás quieras interferir en sus asuntos financieros. Es esencial
que sea siempre él quien ajuste los cordones de la bolsa. Si es un Aries típico,
será generoso con el dinero, y te dará todo lo que necesites. Podrás tener tu
bolso de piel de víbora cuando él se haya comprado la cartera de cocodrilo.
Puede ser un poquito egoísta, pero jamás tacaño.)
Aunque pueda cambiar frecuentemente de trabajo hasta que
llegue a ser su propio patrón, un Aries no te dejará morir de hambre. Encontrará
manera de conseguir que el dinero siga llegando, por más que se vuelva a marchar
con la misma rapidez. Será mejor que ahorres algunas monedas de las grandes en
el cerdito de porcelana y le des la sorpresa cuando mas las necesite, porque no
es probable que él ahorre mucho (a no ser que tenga algún elemento positivo,
como
Con cada bebé que tengáis, él se conducirá como el delicado
y orgulloso papá de tus sueños. Es posible que mas adelante sea un poco mandón
con los niños y trate de imponerles sus carreras. Será un padre tierno y
maravillosamente divertido, pero es posible que haya que recordarle que los
chicos necesitan de la independencia tanto como él. El de padre es,
decididamente, un papel que a él le gusta. El béisbol, las charlas sobre aves y
abejas, el fútbol, salir a cenar con su mujer, la serie completa. Pero no le des
la impresión de que alguno de los pequeños es más importante que él para ti,
porque entonces la cosa dejará de gustarle.
Una vez casados, la mujer de Aries puede seguir adelante
con su carrera, si así lo desea. Lo más probable es que él no se ofenda, siempre
y cuando su cónyuge no brille más que él. Es importante que recuerdes que le
resulta más fácil perdonar las sopas de lata o las comidas congeladas que la
falta de fe en sus ideas.
Estimula su independencia, pero procura doblegar –con
tacto– su carácter impulsivo. El conductor debe ser él, porque si no, la vida no
vale la pena. Su gran entusiasmo burbujeante puede morir una triste muerte si le
echas un cubo de agua fría o, con una negativa, provocas un cortocircuito en su
energía positiva. En el momento en que pierda su autoridad, en el trabajo o en
casa, su estimulante optimismo se convertirá en sombrío descontento para acabar
finalmente en un decidido desinterés. No está en su naturaleza someterse. Aries
es hombre entre hombres, y su mujer jamás debe destruir su masculinidad, sin que
ella pierda su individualidad tampoco. No intentes manejarlo, ni dejes que él te
maneje. Un marido de signo Aries no aguantará que su mujer tenga todas las
noches reuniones en el club, pero no tolerará tampoco una esposa que se pase
todo el día en casa tejiendo manteles y cubrecamas. Se trata de alcanzar un
término medio. Y si aciertas, piensa que algún día serás la única Julieta de
pelo blanco en tu círculo, con un marido que seguirá poniéndose romántico cuando
se hayan cumplido vuestras bodas de oro. Es todo un desafío, si eres
romántica... y claro que lo eres, porque si no, para empezar, no te habrías
metido con un Aries.
–¿Pero es que no vas corriendo a ayudarla? –preguntó Alicia.
–¡Es inútil, es inútil! –dijo el Rey–.
–Corre con tan tremenda rapidez que sería como intentar dar
caza a un Bandersnatch.
¿Conque estás enamorado de una muchacha Aries? Pues no sé si
felicitarte o compadecerte.
Cuando Byron escribió que <<el amor del hombre es cosa
aparte de la vida del hombre; para la mujer es toda su existencia>>, se olvidó
de que había mujeres Aries. Una mujer Aries puede pensar que el amor es toda su
existencia, pero está demasiado absorta en el mundo que la rodea, por no hablar
de lo vitalmente absorta que está en sí misma, para que el amor sea realmente el
comienzo y el final de su vida. Aries puede pasarse sin un hombre más fácilmente
que cualquier otra mujer.
Claro que pasarse sin un hombre no significa pasarse sin
romance. La mujer Aries necesitará siempre de ese héroe de sus sueños por quien
suspira en su corazón. Es posible que esté muy lejos en el tiempo y en el
espacio –o simplemente invisible e inaccesible, oculto en las nieblas del
mañana–, pero en una lluviosa tarde de abril, nuestra amiga estará pensando en
él.
Rondará sus pensamientos cuando caiga la primera nevada,
cuando ella escuche cierta canción o vea destellar un relámpago. Sin embargo,
por más que suspire por él, si no se da en forma inmediata la presencia física
de un varón, la mujer Aries no le echará terriblemente de menos. Cualquier cosa
que él pudiera hacer, yo puedo hacerla mejor: eso es lo que ella piensa.
La muchacha Aries se abre sola las puertas. También se pone
sola el abrigo, libra sus propias batallas, se aparta ella sola la silla, llama
el taxi y se enciende el cigarrillo sin necesidad de ayuda masculina. Para ella,
hacerlo sola es la manera mas rápida de hacer algo. Naturalmente, no es una
actitud que guste demasiado al vulnerable ego masculino. La joven marciana está
decidida a tomar la delantera, a ser la primera en emprender la acción, y en
ello incluye tomar la iniciativa para empezar un romance. Entre todos los signos
solares, son las mujeres Aries las que más probabilidades tienen de declararse,
especialmente si el hombre no se decide a hacerlo. Y, amigo mío, ese es el único
momento en que puedes demostrarle sin peligro tus sentimientos: cuando ella se
te declare. Si lo haces antes, estás corriendo un albur. Ten mucho cuidado con
tus iniciativas cuando la chica es Aries, porque a ellas les gusta dirigir la
relación amorosa. Mas vale que te asegures bien de haberte metido su corazón en
el bolsillo antes de intentar rodearle la cintura con un brazo y darle un beso
de despedida, porque si no, es posible que te lance un gancho de derecha en la
mandíbula y huya como una cervatilla asustada.
Pero no te confundas. La razón de su huida no es su
modestia virginal, ni el miedo a tus apasionadas intenciones. Con eso puede
arreglárselas muy bien. Si escapa es por el temor de verse complicada con un
esclavo reverente o con un cachorrito enamorado, porque cualquiera de esas cosas
le arrancaría lágrimas de aburrimiento. Muéstrate indiferente, mantenla en la
incertidumbre, y lo más probable es que sea ella quien te arrincone. Un hombre
que se resiste a su influencia es siempre seductor para una Aries, que no puede
entender que él no está fascinado por sus indudables encantos. Entonces, su
naturaleza marciana no dejará piedra sin mover para demostrar que ella es
deseable, aunque él no le despierte ningún interés duradero.
El arquetipo de la mujer de este signo es Scarlett O'Hara.
Como ella, la joven Aries conseguirá tener a sus pies a todos los varones
existentes en ciento cincuenta kilómetros a la redonda, mientras su terco
corazón se derrite por el único
hombre que, por la razón que fuere, le resulta inaccesible. Como Scarlett, la
mujer regida por Marte es capaz de adaptarse rápidamente para sobrevivir, para
hacer frente a un ejército que avanza y para, con helada tranquilidad, atravesar
de un balazo la cabeza de quien signifique una amenaza para sus seres queridos.
El momento en que Scarlett muestra mejor las
características del signo es cuando hambrienta, sola y sin amigos, sin
aguantar a que un hombre corra en su auxilio, levanta los puños al cielo
para gritar: <<Sobreviviré, y jamás volveré a tener hambre... ¡Pongo a Dios como
testigo de que aunque tenga que mentir, estafar, robar o matar, jamás volveré a
tener hambre!>>. Y mucho después, con el corazón destrozado, muerta la hija que
amaba y cuando el único hombre que ha amado en su vida está a punto de
abandonarla, esta mujer típica de Aries todavía es capaz de decir: <<Ya se me
ocurrirá la manera de hacerle volver. Jamás ha habido hombre a quien no pudiera
conseguir, si he puesto en él mi mirada... Después de todo, mañana será otro
día>>.
Si, Scarlett O'Hara nos da una nítida imagen del primer
signo solar del zodiaco, con toda la fuerza de Marte y con su capacidad para
rehacerse de la tragedia; apta para desempeñar hasta sus últimas consecuencias
el papel femenino, con sus caídas de ojos y una oportuna lagrimita, pero
igualmente capaz de hacer un trabajo de hombre cuando no hay hombre a mano. Un
cuidadoso estudio del personaje Scarlett permitirá al lector tener una clarísima
imagen de lo que le espera con una Aries... y, naturalmente, también de las
recompensas que puede esperar después de haber tenido la valentía de cortejarla.
Es posible que su impulso agresivo sea difícil de soportar, pero su radiante
optimismo y su fe en el mañana pueden resultar muy estimulantes.
A las muchachas Aries les encanta que las halaguen, pero
con sinceridad. Hazle saber a tu chica que la admiras, pero sin ser demasiado
florido ni meloso. La lealtad de las Aries en amor es total, siempre que su
galán sepa mantener vivo el sentimiento, porque son muy sentimentales. En ellas
se da la contradicción típica del signo: no quieren que las persigan, pero
pierden rápidamente el interés por quien se muestra demasiado indiferente. Una
Aries no quiere un varón completamente dominante, pero tampoco se entusiasmará
por un hombre que se eche a sus pies para adorarla. Antes de que el amor pueda
aportarle la felicidad, la mujer Aries debe responder al eterno desafío de
Marte: el intenso deseo de controlar al amante, en conflicto con el secreto
anhelo de ser controlada por él. Increíblemente idealistas, son mujeres que a
veces buscan en vano el valiente caballero de armadura resplandeciente que las
embargue de emoción y conquiste el mundo para ofrecérselo en bandeja, sin que
eso les haga sacrificar su virilidad. Como tal personaje no existe más que en
los cuentos de hadas y en las leyendas de la corte del Rey Arturo, es frecuente
que la mujer Aries ande sola, sin estrella que la guíe. Sus días son luminosos y
llenos de emoción, como oscuras y llenas de nostalgia suelen ser sus noches. Sin
embargo, cuando sus sueños derrotados se convierten en ardientes cenizas, cuando
ya uno piensa que la llama se extingue, Aries se levanta de un salto para
encender otro fuego.
Para amarte, la mujer Aries debe estar orgullosa de ti,
pero no exageres tu importancia hasta el punto de dejar de prestar atención a
los talentos y las capacidades de ella. Aunque te exija mucho, te lo devolverá
con creces. La joven Aries puede ser generosa en exceso con su tiempo y su
compasión, compartir alegremente posesiones y dinero, pero cuando se trata del
amor es lista y llanamente avara. En cuanto a las relaciones amorosas, su lema
es <<lo que es mío, es mío>>, y no hace falta mucho para provocar una explosión
de celos. No se te ocurra admirar en presencia de ella a tu actriz favorita, ni
tener demasiadas atenciones con sus amigas. El hombre casado con una mujer Aries
hará bien en buscar un secretario varón. Si no siente que es la primera para ti,
en todos los sentidos, no tardarás en preguntarte por que han desaparecido tan
rápidamente la intensidad de la pasión y la emoción subyugante. Cuando la mujer
Aries se siente realmente herida, su fuego se convierte en hielo. Su fuego arde
intensamente y se extingue con rapidez; su hielo puede ser eterno. No lo
olvides, si es que ella te interesa en serio... y es poco probable que ella
quiera interesarte de ninguna otra manera. Aries juega a todo o nada.
Son mujeres que ponen a su amado en un pedestal y esperan
que viva de acuerdo con una imagen de imposible perfección, negándose tercamente
a advertir que tiene los pies de arcilla, hasta que se le aflojan de tal modo
que incluso ella tiene que notarlo. Jamás critiques al amante, al marido o a los
hijos de una mujer Aries, a menos que te hayas puesto un traje de amianto. Son
mujeres capaces de ser exigentes, egoístas, y de hacer observaciones hirientes
si alguien arroja un cubo de agua fría sobre lo que es suyo. Pero también pueden
ser gentiles y delicadas cuando se las sabe tratar.
Como las Aries prefieren la compañía masculina a la
femenina, y solicitan la admiración de todos los hombres que las rodean, entre
los nueve y los noventa años, con una de ellas te sobrarán las oportunidades de
sentir los aguijonazos del pequeño monstruo verde de los celos. Olvídate de
ellos. Si ella se mostrara contigo orgullosamente posesiva, ni por un momento
aguantará que tú seas posesivo con ella. Una mujer de este signo insiste en
tener completa libertad, tanto antes como después de casarse. Vaya donde vaya y
haga lo que haga, tendrás que confiar en ella, por más que ella no tenga en ti
una fe semejante (a menos que haya aprendido por las malas a controlar sus
emociones). De todos modos, la cosa no es tan dura como parece, porque una vez
que Aries se entrega de verdad, es fiel. Es raro que la joven Aries pueda amar a
dos hombres al mismo tiempo; simplemente, su honradez no le permite el engaño.
Si no median circunstancias excepcionales, te hará saber con toda claridad que
su amor ha muerto antes de entablar una relación seria con otra persona.
Es una mujer capaz de pasión profunda y de místico
idealismo, entretejidos de las maneras mas extrañas. En una relación que ella
sienta como auténtica y perdurable, no habrá lugar para reticencias, astucias
femeninas, maniobras de coquetería o juegos tontos. Su amor es directo, como su
forma de hablar y de actuar. Hay algo limpio y fresco en la sencillez de sus
emociones que, así y todo, la llevan a veces a aguas demasiado profundas para
ella. Es posible que tengas que domesticarla un poquito, pero si te ama de
verdad, lo aceptará con una docilidad sorprendente.
Las mujeres de Marte suelen ser mujeres de carrera, capaces
de desenvolverse bien en la misma profesión que un hombre, desde corredor de
Bolsa a agente inmobiliario. También pueden lucir un lindo perfil o una pierna
bien torneada en ocupaciones estrictamente femeninas, como la de actriz o la de
modelo. A veces resulta difícil conseguir que una muchacha así deje su trabajo
por un hombre, si es una carrera o una profesión autentica. Tal vez durante un
tiempo lo abandone todo, mientras se sienta inundada por el resplandor del
romance y se imagine una casita de novela para los dos solos, junto al mar (ya
que es típico de la imaginación Aries ir directamente a las partes gratas e
ignorar las aburridas). Pero cuando haya que darle una mano de pintura a la
casita, cuando en el techo aparezcan goteras y el resplandor inicial comience a
oscurecerse, es posible que Aries se ponga ansiosa por sacar de nuevo a relucir
su carta de trabajo. No hay que impedírselo. Será mucho más feliz y se sentirá
más enamorada –y hasta más dulce– si se le permite llenar sus ratos de ocio con
algo que le interese. Las emociones insatisfechas pueden llevar al marciano a
convertir un grano de frustración en una montaña de problemas.
Prácticamente, no hay nada a lo que una mujer de ese signo
sea incapaz de hacer frente. Ya se trate de una cosa importante o simplemente de
algo que se le ocurra para alegrar su vida, algún intento hará por conseguirlo,
sin importarle si es práctico o no. Conozco una mujer Aries que, por razones
financieras, se vio obligada a vivir durante varios años en dos habitaciones,
con el marido, cinco hijos bien inquietos y un perro. Es una situación bastante
sofocante y cuya sola perspectiva puede despertar algunas dudas en una mujer con
sentido común. En una marciana, no. Esta se las arregló para enfrentarla, aunque
quizás alguna vez sufriera momentos de malhumor. Cuando estaba en esa situación,
un astrólogo le leyó su carta natal y le señaló que sus aspectos planetarios
mostraban un largo periodo de gran estrechez en su vida. Ella se quedó muy
intrigada. <<¿Y cuando parece que pueda ser eso?>>, quiso saber.
La misma impulsiva Aries un día sintió repentinamente la
urgencia de agregar un perro más al grupo que acampaba en sus dos habitaciones.
Tenía la sensación de que el mimado de la familia necesitaba compañía femenina;
se le veía muy solo. Además, a los niños les pareció una idea realmente
sensacional.
El descubrimiento de que el segundo perro no sabía
comportarse en una casa la arredró só1o temporalmente. Decidida como un sargento
instructor, asignó turnos para que todos los miembros de la familia fregaran
sucesivamente la alfombra. Cuando comprobó que de todas maneras jamás volvería a
quedar como antes, analizó la situación para tomar una decisión. ¿Deshacerse del
segundo perro? No faltaba más. Nuestra amiga abrigaba la secreta esperanza de
que pronto habría cachorros. De alguna parte tendría que salir el dinero para
comprar una alfombra nueva. Y lo raro fue que apareció. En cuanto a los
cachorros, ella estaba segura de que se produciría algún milagro y de que todo
el batallón podría ir a vivir a un apartamento nuevo antes del feliz
acontecimiento. Y lo raro es que eso ocurrió. Los milagros tienden a sucederle a
la gente que cree en ellos, y vaya si las mujeres Aries creen. A veces, hasta el
límite de la bobería. Su precipitación puede llevarlas a meterse en líos muy
complicados, y es posible que ya tengan algunas canas antes de aprender a no
pasar por segunda vez por la misma complicación. Aries no suele aprender de la
experiencia. Ganas no le faltan, pero su disposición no le deja. De nada sirve
alertar a una mujer típica de Aries con la bíblica advertencia de que <<el
orgullo va antes de la caída>>, frase que ella interpreta desde que se la
enseñaron por primera vez, en el sentido de que <<cuando pierdas el orgullo,
caerás>>.
Nunca te inquietes por la posibilidad de que tu amada Aries
sucumba a los encantos de un lobo. Es tan inmune a los lobos como a los
playboys, y corre mucho mas peligro de verse seducida por algún idealista que
defienda una causa, sobre todo si es una causa perdida. Pero ni siquiera con él
se privará de hacer valer con frecuencia su individualidad, rasgo éste que jamás
quedará completamente conquistado en la mujer de Marte, por más que el hombre
adecuado pueda suavizarlo. Una muchacha Aries te hará regalos, te prestará
dinero, te cuidará cuando estés enfermo y te ayudará a conseguir trabajo. Y
esperará lo mismo de ti.
Aunque ella lo niegue con vehemencia (con la misma
vehemencia que pone en casi todo), cuando se siente triste, tú también tendrás
que estarlo. Cuando esté feliz, tendrás que estar feliz. Para Aries, amar es
compartir en la igualdad. Tu Aries espera compartir tus hojitas de afeitar, tu
cuenta bancaria, tus amigos y tus sueños. A cambio, tú puedes compartir los de
ella. Claro que es posible que su hojita de afeitar esté rota, su cuenta
bancaria casi en cero, sus amigos un poco dispersos, y que sus sueños sean
demasiado fantásticos para que tú te los tragues, pero ella no se mostrará
egoísta con sus posesiones. Que no le cuentes un secreto puede hacerla
enfurecer, y no es buena idea hacer enfurecer a Aries. Jamás hagas que se
avergüence de tu lenguaje, de tu ropa o de tu conducta en un lugar público. Ella
jamás te hará sentir incómodo, por lo menos en esos aspectos.
Herir su orgullo o poner freno a su entusiasmo son cosas
que pueden poco menos que destrozarle el corazón. Es, ni más ni menos, lo que
continuamente le hacen otros. El mundo no perdona a una mujer que no se calla y
que se considera mas despierta que nadie. Cuando descubra que, después de todo,
la que rige el Universo no es ella, correrá a tus brazos con lágrimas en los
ojos, huyendo de su mundo oscuro y desalentador.
Entonces tendrás oportunidad de verla tal como es
realmente, indefensa y vulnerable en extremo, pese a toda su confianza exterior.
En realidad, no es la mujer invencible, por más que le gustaría serlo. Admira la
fuerza y procura imitarla. Es frecuente que la realidad haga pedazos el
idealismo de Aries y su fe optimista en la naturaleza humana. Si en esos
momentos la consuelas con ternura, es probable que jamás llegues a perderla.
Defiéndela siempre contra sus enemigos, porque no te
perdonará que no luches en favor de ella o no te pongas de su lado. (Pero
prepárate para hacer las paces con ellos cuando Aries las haga, cosa que puede
suceder en cualquier momento.) Por lo menos, en eso juega limpio: ella también
te defenderá. Una mujer Aries se jugará, desafiante, fama o fortuna frente a
cualquiera que lastime a un amigo de ella. Si te ama, su indignación no tendrá
límites. Son mujeres de lealtad absoluta.
Como esposa, puede ser todo un desafío. Es probable que
tenga sus intereses fuera de casa, porque rara vez un hogar será suficiente para
sus energías creativas. No esperes que sea un grillito feliz y que se quede
cantando alegremente junto al fuego. Como cocinera será bastante competente y
mantendrá la casa brillante de limpieza... la parte que se ve, por lo menos.
También te coserá los botones y te planchará las camisas,
pero a disgusto. Así y todo, si es necesario lo hará. (Una mujer Aries es capaz
de hacer casi cualquier cosa cuando es necesario.) Su fuego se parece mas a los
destellos de un diamante que al resplandor acogedor y cálido del hogar
encendido. En su naturaleza hay innegablemente cierta fragilidad, y serán mas
las veces que te agite que aquellas que te tranquilice. Pero te aportará emoción
y sin duda no te aburrirá nunca. Tiene también sus momentos de dulzura que
desmienten su impulsividad... para el hombre que tenga la paciencia de sacarlos
a la superficie. Las marcianas poseen mayor ternura interior de lo que puede
imaginarse quien jamás ha estado en verdad próximo a ellas. Su conversación es
muy inteligente y muy frecuente. No te ocultes tras el periódico durante el
desayuno. Ella espera encontrar en ti a un compañero; de lo contrario, ya puedes
empezar a hacer tú los huevos fritos.
Es raro que se queje de que está enferma o cansada, pero
cuando algo le duela esperara compasión por toneladas. Aunque tal vez tengas que
sentarte encima de ella para que se quede en cama cuando le consuma la fiebre,
prepárate para atenderla como a una inválida si tiene un dolor de muelas.
Aries no es mujer a la que se pueda llamar por teléfono
para decirle que te quedarás trabajando hasta tarde en el
despacho, salvo que te divierta provocar un estallido de fuegos
artificiales en pleno invierno. No es que tenga inconveniente en mantener la
salsa al calor; lo que en realidad le disgustará es no saber que estás haciendo,
y es muy posible que vuelva a llamar para verificarlo. Una esposa Aries le
causará probablemente una gran impresión a tu jefe... si puedes convencerla de
que no le diga cómo debe administrar el negocio. Si por un tiempo tú estás sin
trabajo, no tendrá inconveniente en ser ella quien traiga el pan a casa, pero
jamás podrá respetar a un hombre que gane menos dinero que ella (aunque jamás
dejaría a un hombre por esa razón; mas bien se inclinaría a justificarlo con
excusas). Si excepcionalmente le da por abandonarse, la primera palabra de
desaprobación de su pareja la enviará presurosa frente al espejo y a la
botellita de perfume. (En este aspecto, es tan femenina como la propia Eva.) Lo
mismo conseguirás si haces un comentario halagador sobre el nuevo peinado de tu
secretaria, pero es más peligroso. Además, ya te advertí que es mejor que optes
por un secretario. En la mujer marciana hay una vena de vanidad que la hace
sensible a todo –desde su edad a la más inocente observación sobre lo cansada
que se la ve– lo que ella puede interpretar como que tú piensas que parece una
vieja ajada.
Si no mantienes viva la pasión y el romance en tu
matrimonio, la harás amargamente desdichada, y como Aries está dispuesta sin
demora a cambiar una situación que provoca desdicha, es fácil que se llegue a
una separación apresurada o a un divorcio impulsivo. En la mayoría de los casos
es una imprudencia permitir que Aries administre los fondos de la familia, pero
si eres de los que te tomas las cuestiones económicas con espíritu deportivo,
puedes intentarlo.
Como madre, Aries tendrá buen cuidado de que el bebé esté
limpio, feliz, sano y amado. No es fácil que lo tome en brazos cada vez que
llore, que esté pendiente de él ni lo sobreproteja, pero sus hijos recibirán una
lluvia de besos cálidos e impulsivos y de estrechos abrazos. Una madre nacida en
abril enseñará a sus hijos a creer en duendes. Los llevará a pasear por el
parque y les enseñará los collares rutilantes que se olvidaron sobre el césped
las hadas que vinieron a danzar a la luz de la luna, y que para otra gente son
simples gotas de rocío sobre la hierba. La madre Aries crea para sus hijos un
mundo mágico de fantasía: es el mundo en que ella misma vive. No será tolerante
en exceso, insistirá en una disciplina estricta y probablemente tenga la suerte
de ver a sus hijos convertidos en adultos independientes. En psicología
infantil, sus armas favoritas son un remo de madera, cuentos a la hora de
acostarse y el beso de buenas noches.
Es mujer que puede ser temperamental hasta lo irrazonable,
y capaz de provocar algunas escenas violentas. Pero con la misma rapidez con que
se enciende, su có1era se disipa como una tormenta de verano: Aries es incapaz
de guardar rencor, buscar venganza o complacerse en la autocompasión o en la
amargura. Después de una tormenta, su optimista naturaleza de abril reaparecerá
como el arco iris que surge súbitamente, pasado el chaparrón. Muchísimas
personas afirmarán que la mujer Aries es totalmente masculina, pero no hay que
creerles.
Por debajo de su cáscara relampagueante y enérgica, es pura
femineidad; tal vez demasiado mujer para el hombre medio. Pero no hay duda de
que un caballero de reluciente armadura no es un hombre medio. Si hay por ahí
algún valiente caballero solitario que me escuche, esta es el hada de sus
sueños, digna de todos los dragones que tendrá que vencer para conquistarla.
No hay que olvidar que es sensible, a pesar de su radiante
sonrisa de bravura (que no es más que su escudo contra el dolor). Quien pueda
transformar al Carnero en cordero, tendrá una mujer honrada y apasionada, leal y
fascinante, bien que pueda ser un poco impulsiva, autoritaria e independiente.
Bueno, pero es que no se puede tener todo, ¿no? La joven Aries te ayudará,
lector, a encontrar tus ilusiones perdidas, y tendrá una fe ciega en todos tus
sueños. Y si dices que no tienes ninguno, pídele alguno prestado; ella tiene
muchísimos. Si crees en ella la mitad de lo que ella cree en ti, juntos podréis
hacer algunos milagros.
Lo único que se es que algo se me abalanza como un muñeco que
saliera de una caja y yo asciendo como un cohete hasta el cielo.
Mientras papá ofrece los cigarrillos, el rubicundo bebé
Aries vocifera desde su cuna para que le presten atención. Pero, ¿cómo se
atreven a ignorarle para charlar con la enfermera? ¿Quién es el que manda aquí,
vamos a ver?
Será suficiente con subirle en el taxi al volver del
hospital para tener inequívocamente resuelta la cuestión: el que manda es el
bebé Aries. ¿Es que te quedaba alguna duda? Pues ya se disiparán cuando tenga
edad suficiente para sentarse en la sillita alta y empezar a golpear la cuchara
contra la bandeja si le dejan demasiado tiempo solo. Jamás te fastidiará ni se
pondrá pesado con su alimento preferido. En todo su cuerpecito fuerte, activo,
cuadrado de hombros, no hay un solo hueso delicado. El chiquillo Aries escupirá
las verduras con la fuerza de un cañonazo, y se frotará el plato de papilla por
la minúscula cabecita rapada para dejar bien en claro que decididamente, esas no
son comidas que le gusten al bebé. Y en su acción, las niñas serán tan directas
como los varones. Tal vez más incluso, porque uno quizá no esperaría tan
orgullosa determinación en esa tierna personita. ¿Tierna, he dicho? El metal de
abril es el hierro, y su piedra el diamante, la sustancia mas dura que se
conoce.
Es probable que Aries camine antes que otros niños, y sin
duda alguna hablará antes. No será fácil de controlar. Si se nos ocurre decir
que no a un pequeño Aries, nos responderá agitando un dedito regordete y
desafiante. Hay que empezar a disciplinarlos cuando son muy pequeños. Mucho
cuidado con las caídas y las heridas en la cabeza y en la cara. Los niños Aries
tienen propensión a los accidentes, por decirlo sin exagerar. No dejes a su
alcance cuchillos afilados, y cuidado con todo lo que pueda quemarlo. Si en las
inmediaciones hay algo caliente o prohibido, puedes apostar a que allí meterá
impulsivamente su dedito curioso. Y si piensas que con eso aprenderá la lección,
te equivocas. Son niños que intentan superar sus propias marcas. La dentición
puede ser una época de fiebres y molestias, una ordalía de la que el bebé saldrá
sin dificultades, pero ¿y la madre?
Cuando sea un poquito mayor, es posible que te deje sin
aliento con sus afectuosos abrazos de oso. Generalmente, los niños de Aries son
cariñosos y demostrativos, excepto aquellos cuyas primeras experiencias
emocionales enfrían un corazón normalmente cálido. Son las ovejitas, tristes y
calladas. Pero sus cuernos son igualmente peligrosos.
Vale mas no pedir a los parientes que se ocupen del bebé
sin ponerles en antecedentes. Si la pobre tía Magdalena se ofrece valientemente
a cuidar de él mientras sus padres se toman unos días de vacaciones, la
situación puede llegar a ser un poco tensa.
Sin duda, encontrará al nene con el dedo en el azucarero y
es posible que cometa el error de golpear el suelo con el pie, disgustada. Su
actitud sorprenderá y ofenderá por igual al Carnerito, que a su vez dará con el
piececito contra el suelo y conseguirá decir su primera oración completa: <<Tía
"Mada", no me digas nada>>. Exquisito. Y claro que en mucho tiempo ella no le
dirá nada. (También es posible que vosotros tengáis que regresar a casa antes de
lo previsto, porque al golpear con el pie, el pequeño se fracturó el dedo
gordo.)
A medida que crezca y se haga mas fuerte, tras haber
luchado contra el sarampión, las paperas, la varicela y la escarlatina,
venciendo a todas sin dificultades (ya que la lucha contra los gérmenes no es
una autentica lucha para la capacidad de recuperación de la naturaleza
marciana), el niño Aries empezará a mostrar su pauta temperamental. Sus padres
advertirán que puede comportarse como una criatura totalmente irrazonable si se
le lleva la contraria, pero su enojo no es duradero. Tras una explosión
periódica, el pequeño o la niñita Aries os brindarán una amplia y radiante
sonrisa de triunfo.
Aries comparte con asombrosa generosidad sus juguetes con
sus padres, sus compañeros de juego, el cartero, el bulldog del vecino y el gato
de la calle. Sin embargo, su generosidad se acabará si alguno de ellos hiere sus
sentimientos o se interpone en el camino de algo que él quiere hacer o del lugar
donde quiere llegar. Entonces, cuidado con los estallidos.
Tanto los varones como las niñas Aries pueden caer
precozmente en el hábito de descuidar sus deberes escolares, y poco les
impresionará que su madre le ponga como ejemplo a un hermanito más obediente
–Capricornio, Cáncer, Virgo o Piscis–. (Doy por supuesto, lectores, que no
tenéis más que un hijo Aries. No es muy frecuente que los planetas hagan esas
cosas a los padres.) En vez de avergonzar al joven marciano para que estudie,
hay que desafiarlo. Se relamerá con un desafío de la misma manera que su gato
favorito se relame con la nata.
Basta con decirle que probablemente él (o ella) sea un poco
lento, no tan inteligente como los demás chicos, un poco inferior, vamos, pero
que a sus padres no les importa. Igualmente le amáis. Y veréis cómo vuela el
polvo de esos libros de texto, cuando el Carnerito se dispone a demostrar la
ridiculez de esa teoría. ¿Que alguien pueda estar por encima de él? Eso está por
ver.
Y una vez comprobado el mágico funcionamiento de esta
estrategia en casa, hay que advertírselo a la maestra. Se pondrá de rodillas
para agradecértelo, mamá. Y si tiene más de un alumno Aries en su clase, es
posible que te envíe una caja de bombones. En realidad, los chicos Aries pueden
aprender cualquier cosa en nada de tiempo, no olvidarlo jamás y pasar por la
escuela con la rapidez del viento, si se aplican. Pero no todos los padres saben
cómo lograrlo. Es posible que se pasen años preguntándose por qué Miguelito y
Margarita sacan un cociente intelectual tan alto en los tests, y sin embargo ya
hace cuatro años que están en tercer grado. Tampoco hace falta que se preocupen
demasiado, sin embargo, porque Miguelito y Margarita recuperarán el tiempo
perdido con la velocidad de una bala, tan pronto como salgan al mundo y se den
cuenta de que la gente es mas viva que ellos. Un par de humillaciones, y el ego
de un marciano les llevará a esforzarse de tal modo que subirán de un salto
varios peldaños.
Tu retoño de abril tendrá imaginación vivaz; será soñador y
sentimental como un libro de cuentos, pero al mismo tiempo, no tendrá
inconveniente en tostarse el pan. Si existe una cosa tan contradictoria como un
soñador idealista, duro y práctico, ese es tu hijo Aries, tan ingenuo como
tenaz, tan suave como persistente. Todos esos rasgos conflictivos están
entretejidos en su naturaleza orgullosa, que te asombrará y te dejará intrigado.
Lo mismo les pasará mas adelante a sus amigos, y no hablemos de su jefe, sus
futuros enemigos y el alma desprevenida con la que se case.
Los niños Aries serán los líderes entre sus compañeros de
juego. Ellos inventarán juegos nuevos y tendrán nuevas ideas para la pandilla.
Insistirán en salirse con la suya o se darán de cabeza contra la autoridad, de
manera que será mejor que los padres establezcan algunas reglas inalterables
desde el principio. Un pequeño Aries a quien no se le enseña a obedecer cuando
es pequeño tendrá que aprender algunas terribles lecciones en la madurez. No
olvidéis que su corazón es blando como la mantequilla, y que en él se ocultan
hondamente arraigados temores de que él no le gusta a nadie y nadie le quiere, a
pesar de su aparente valentía. Si ve que se rechazan sus sueños o se enfría su
entusiasmo puede volver corriendo a esconder entre tus brazos las lágrimas de su
tragedia. Cuando esto suceda, abrázalo muy fuerte, porque su corazón estará
destrozado. Con sus modales ásperos y dominantes, el idealismo de Aries es
sensible, y el menor golpe lo magulla. Y bastantes golpes recibirá en la vida su
ingenuo optimismo lleno de esperanza, de modo que tu pequeño Aries necesita más
protección de la que pueda parecerte.
Es de los que creen en hadas madrinas armadas de una varita
mágica, y en gigantes que pueden arrasar ciudades enteras con un solo gesto de
su poderosa mano. Lo lamentable es que los niños Aries se identifican
ingenuamente con esos dos tipos omnipotentes. Cuando descubren que en el brutal
mundo exterior hay asesinos gigantescos, y realistas carentes de sutileza, que
pueden reducir a una patética impotencia cualquier varita mágica, se dan unos
buenos porrazos. Pero vuelven a levantarse, se sacuden el polvo y siguen
adelante, indefinidamente. ¡Ya le enseñaran ellos unas cuantas cosas a ese mundo
viejo, aburrido y sin imaginación! Es posible que le queden algunas cicatrices,
pero nunca pienses que tu hijo Aries está fuera de combate por más veces que lo
veas caer. Espera a que él te pida auxilio, que es posible que tengas que
esperar bastante.
Los regalos de cumpleaños, escóndelos en un lugar seguro,
porque Aries es impaciente y no está dispuesto a esperar a que le descubran las
sorpresas. No destruyas demasiado pronto su fe en Papa Noel y en los Reyes
Magos. Creer primero ciegamente, y después aprender a no creer, fortificará sus
emociones, será una lección necesaria. El dinero que se le de para sus gastos le
hará agujeros en los bolsillos, pero alegremente te dará sus últimas monedas
para que puedas pagar al lechero. Tu hija Aries será capaz de pagar a los malos
del barrio para que no sigan pisoteando hormigas. Si se le maltrata durante
estos años impresionables, un niño Aries puede mostrar una cruel vena defensiva,
pero guiado con prudencia y con suavidad, insistirá con menos fuerza en sus
derechos y mostrará una gran generosidad y compasión hacia sus semejantes. No
hay que darle órdenes, sino pedirle siempre con una sonrisa que haga las cosas,
y se esforzará por complacer a sus padres. Jamás destruyas su confianza, que es
tan importante para él como el aire que respira. Es posible que se escape de
casa; la independencia de Marte se muestra desde muy pronto, pero cuando vuelva
habrá aprendido mucho. Enséñale que no está bien dominar a los que son más
jóvenes y más dóciles. En realidad, él no pretende herir a nadie.
Frecuentar a gente fría y rechazante puede herirlo
profundamente, pero nada conseguirá doblegar su espíritu. (Acuérdate del
diamante.) Probablemente enloquezca por los libros y sea un lector insaciable,
pero no te extrañe que no esté muy dispuesto a aceptar años de disciplina
universitaria. A Aries le interesa demasiado entrar en acción, cortando todas
las plantas de habas que le desafían. Pero no dejes demasiado pronto de
insistirle. Para él será positiva la disciplina adicional de una educación
superior, que ayudará a su mente a seguir el ritmo de sus ardientes emociones y
de sus súbitos y enigmáticos chispazos de penetrante intuición. Cuanto mas se
resista a la idea de un rígido programa académico, cuanto mas inclinado se
sienta hacia la libertad de probar algún trabajo, más seguro puedes estar de que
necesita un horario y un programa.
Tendrá que aprender lo que es responsabilidad, pero eso –y
otras cosas– se le enseñarán mas rápidamente acudiendo a una 1ógica directa y a
un sincero afecto. Son dos cosas que le llegan. Padres y maestros deberían
recordar siempre que los niños de Aries florecen gracias al elogio, que les
lleva a proseguir obstinadamente con su esfuerzo, pero estallan como un cohete
cuando se les ataca, y pierden entonces todo interés por superarse. Dile
que es lo que te gusta en él, y así nunca hará lo que no te gusta. El joven
Aries rinde exactamente lo que se espera de él, incluso aquel que oculta el
ardor de sus impulsos bajo una personalidad serena. Es un niño a quien hay que
mantener siempre ocupado para no tener complicaciones. La ociosidad atrae al
peligro. Necesita, además, gran numero de horas de sueño para recuperar toda la
energía que dispersa y dilapida.
Le encantará que le cuenten cuentos sobre héroes valientes
que conquistan mundos nuevos. Pero también cree en los duendes y en el pozo de
los deseos, y seguirá creyendo en ellos mucho después de que ya le estén
pequeños los zapatitos con los que aprendió a caminar, y de que os haya dado el
primer nieto.
Si sus padres le conducen con suavidad y amor constante, el
niño de Marte crecerá con el maravilloso poder de soñar sueños imposibles... y
hacer que se conviertan en realidad.
–Pues ahora que ya nos hemos visto
–dijo el Unicornio–,
si tú crees en mí,
yo creeré en ti.
¿Te conviene el trato?
El jefe Aries no será popular entre los empleados
holgazanes.
Si lo que quieres es un lugar cómodo para pasar el tiempo
mientras encuentras una profesión definitiva, o un sitio donde ganar un poco de
dinero para gastarlo durante las vacaciones, lo más prudente será que no
trabajes para Aries. Es un hombre que no puede tolerar el trabajo hecho de mala
gana o la falta de entusiasmo en quienes le rodean. Esperará de ti la misma
dedicación a la empresa que él tiene, e igual preocupación por su futuro. Es
probable que sea rápido en contratarte, rápido en ascenderte... e igualmente
rápido en señalarte tus errores.
Si sospecha que estás aprovechándote, lo mas probable es
que recibas una reprimenda áspera y directa, y bien sentida, pero tendrás
también una segunda oportunidad –e incluso una tercera y una cuarta– si
reconoces tu error y prometes enmendar tu comportamiento. También te convendría
estar preparado para trabajar horas extras, con un jefe Aries; es lo que él
espera. Pero, por otra parte, si es un Aries típico, tampoco fruncirá el ceño
mirando el reloj ni echará miradas significativas a su reloj de pulsera cuando
llegues tarde por la mañana o te tomes una media hora o una hora de más para el
almuerzo.
Tampoco él vive pendiente del reloj. Con su personalidad
tan individual, tu jefe Aries comprenderá que nadie puede ponerse creativo
apretando un botón a las nueve de la mañana y desconectar de nuevo a las cinco
de la tarde. Es un jefe que más de una vez te pedirá que te quedes a trabajar en
sábado, pero que aceptará también la excusa del funeral de tu abuela cuando se
te ocurra ir a un partido de fútbol, por más que te daría igualmente el permiso
si le dijeras la verdad. El comprende que súbitamente, en un día de primavera,
tengas ganas de gritar animando a tu equipo.
Aunque por lo general será generoso con vacaciones,
salarios, ascensos y cosas semejantes, tu jefe esperará que lo dejes todo
–planes personales, vínculos emocionales, compromisos de viaje o de cualquier
índole– si en la oficina sucede algo de mucha importancia. Lamento decirlo, pero
yo conozco a un jefe Aries que en un momento crítico requirió que una empleada
de su confianza trabajara veinticuatro horas seguidas. El hecho de que la
emergencia se produjera el mismo día que su empleada tenía que estrenar el
vestido de novia no le preocupó demasiado. ¿Y si ella tenía planeada una boda
con seis acompañantes, pajes, músicos y una recepción para trescientos
invitados?
El jefe Aries estaba convencido de que todo eso se podía
postergar, incluso la luna de miel, por una reunión urgente en la que estaba en
juego un negocio por un millón de dó1ares que podía suponer para la empresa el
trampolín hacia los lugares más altos. Si en una tal circunstancia él estaría
dispuesto a posponer su matrimonio, ¿por qué ella no? (Que es lo que pasa, ¿no
sabes lo que es la lealtad? Admito que es un caso extremo, pero que te sirva de
advertencia.
Es raro el jefe Aries que hacia
No es tan susceptible a la adulación como otros signos
astrológicos, pero no se sentirá ofendido si de vez en cuando le haces un
cumplido sincero. Si de manera directa le expresas que te gusta él como patrono,
que admiras su eficiencia y lo consideras más o menos el jefe más inteligente
que has tenido, tienes asegurada la permanencia en el trabajo. Pero dilo
únicamente si lo crees de verdad y con convicción, porque él desdeña a los
empleados que lo elogian únicamente para ganar puntos, mientras que secretamente
dudan de la capacidad del Carnero para dirigir con éxito la empresa. Por lo
común, Aries no es buen juez del carácter, pero es tan sensible a las opiniones
que otros tienen sobre él que puede muy bien decir si los que le rodean día tras
día están a gusto con él. Gustar a la gente es su necesidad secreta. Es posible
que no lo adivinéis nunca, si os dejáis deslumbrar por su aire de seguridad en
sí mismo y su fachada de valentía, pero mas allá de todo eso, lo cierto es que
Aries necesita desesperadamente de la aprobación de su prójimo. Eso te incluye a
ti, su empleado, a su mujer y a su perro, e incluso al extraño con quien se
encuentra en el ascensor. Pese a su independencia superficial, nada le hace tan
feliz como que se reconozca en él a la persona superior que él sabe que es. Por
otra parte, nada puede deprimirle tanto y llevarle a un grado tal de inseguridad
y hasta de mezquindad como la sospecha de que quienes trabajan para él no
aprueban sus métodos o no se dan cuenta de su valor y de su potencial.
Si oyes el rumor de que la empresa está a punto de
declararse en quiebra, no te apresures demasiado a buscar otro trabajo. Es
posible que, en definitiva, no lo necesites. Si alguien puede solucionar los
problemas de la empresa, salvarla en el último momento del desastre financiero
en las mas deplorables circunstancias y hacer que toda la operación recuerde a
Moisés pasando entre las aguas del Mar Rojo, ese es tu jefe Aries,
independiente, osado y emprendedor. Su impulso, a diferencia del de Escorpio,
que es más emocional, es vital, proveniente del espíritu y casi siempre
idealista. (Sin embargo, es posible que pierda ante el impulso igualmente
decidido de un Escorpio que se le oponga, y que sea incapaz de ponerse a la
altura de la implacable falta de piedad de Plutón, aunque se recuperará de la
pérdida y ya sabrá ganar en otra parte.)
Aries tiene sentido de la iniciativa. Si en la oficina hay
un buzón de sugerencias y un empleado deposita en él las suficientes ideas
creativas y practicables, es casi seguro que con un Aries ascenderá rápidamente.
Los Aries aprecian a los empleados que se interesan por la empresa y hacen
sugerencias y piensan con originalidad... por lo menos, mientras esté bien claro
que no tienen la intención de brillar mas que ellos.
La fuerza de voluntad es uno de los rasgos característicos
de los hombres Aries. El Carnero lucha contra todas las dolencias menores, y
tampoco cede fácilmente ante las enfermedades graves. A veces, puede retrasar o
evitar completamente una enfermedad con el simple poder de su voluntad. Si tiene
un resfriado o una infección vírica (acompañada probablemente de fiebre alta),
se levantará para acudir a su despacho por un asunto urgente, y es posible que
para cuando llegue la fiebre se le haya ido, dejando atónito a su médico y a sus
empleados con la sospecha de que había permanecido en casa para haraganear.
No habrá en él nada de letárgico, y será mejor que no lo
haya en sus empleados tampoco. Probablemente, un empleador Aries prestara muy
poca atenci6n a la mala hoja de servicios anterior de un empleado o a las
razones por las cuales hayan podido echarlo. En estas circunstancias, no hay
mejor techo donde ir a cobijarse. Dada su convicción de que hará del futuro lo
que él quiere que sea, es raro que a Aries le preocupe o le moleste el pasado,
ya sea el suyo propio o el de su empleado.
El ejecutivo marciano es demasiado orgulloso para dejar que
los demás adviertan que le han herido. A pesar de sus rápidos estallidos de mal
genio (que no serán muy perdurables ni muy vengativos, y quedarán olvidados tan
pronto como se hayan extinguido), ocultará muy bien todo lo que le afecte
profundamente. Un Carnero no admitirá su dependencia de nadie más que de sí
mismo. Él necesita de otros, y mucho más de lo que es capaz de admitir, pero su
fuerza procede del interior y siempre puede encontrar la forma de seguir solo
cuando sea necesario.
Si eres capaz de admirar su energía y su valor, aunque se
te haga imposible imitarlos, si puedes compensar su carácter impulsivo y
apresurado cuidando de los detalles que el omitió en su prisa (y haciéndolo sin
que se note), es posible que te pague mas de lo que te pagarían en cualquier
otra parte, y que trabajes con él toda la vida. Pon mucho tacto cuando trates de
evitar que haga o diga cosas precipitadas que lamentará mas tarde.
Recuérdale suavemente que aquellos contra quienes dirige
momentáneamente su justa có1era pueden ser personas muy importantes que, si
pierde su favor, podrían perjudicar sus intereses.
Eso es lo importante que tienes que recordar con tu jefe
Aries. A pesar de su gran independencia de espíritu, cuando el optimismo de su
entusiasmo idealista le eleva por encima de sí mismo, necesita realmente de tu
ayuda, de tu fe y de tu lealtad. Dáselas con prodigalidad y nunca te encontrarás
con una sorpresa desagradable el día de pago. No tendrás que preocuparte si no
consigues taxi en un día de lluvia y llegas tarde, ni si necesitas una semana de
licencia para una operación... ni por verte reemplazado por alguien mas joven y
mas eficiente. Mas que ningún otro jefe, Aries pagará la lealtad con lealtad.
Ten una buena provisión de aspirinas, para emergencias, en el cajón del
escritorio, pule tu sonrisa, no te tomes en serio sus accesos de ira, y ya
puedes arrojar al cesto de los papeles los anuncios clasificados. Preferirás
quedarte allí, donde se desarrolla la acción.
Se lo dije en voz alta y
clara
y fui y se lo grité en el
oído
y cuando me encontré con
la puerta cerrada
Tire y empujé y sacudí y
protesté...
Pero de nada sirve que
volvamos a ayer
porque entonces yo era una
persona diferente.
Una entrevista de
trabajo con un posible empleado Aries, cuando se trata de un Carnero típico,
puede desarrollarse más o menos así:
Entrevistador: Por sus
antecedentes y sus referencias veo que en los dos últimos años ha trabajado en
seis empresas diferentes, señor Bootsikaris.
Aries: Mi nombre es
Charlie, señor Flaxman. Si, yo soy un convencido de que tengo que progresar.
Cuando un trabajo a uno le queda pequeño, ¿de qué sirve quedarse en un puesto
donde ya no se puede aprender nada ni se puede aportar nada más a la empresa?
Entrevistador: Es
exactamente lo que me preocupa, Char... eh, señor Bootsikaris. Temo que dentro
de poco tiempo, después que hayamos gastado dinero en prepararlo, usted pueda
encontrar que nuestra empresa también le queda pequeña.
Aries: Ya había pensado que eso podía preocuparle, pero no
tema. Ya me he informado sobre su empresa, y estoy seguro de que en ella no me
sentiré inquieto, porque he podido comprobar que con ustedes hay muchísimas
oportunidades para quien quiera verdaderamente progresar. Yo siempre he deseado
trabajar en una empresa grande, realmente creativa y progresista, y son tan
raras que prefiero esperar hasta que ustedes tengan una oportunidad antes que
irme a ninguna otra parte.
No hace falta decir
que si el jefe supera su desconcierto inicial ante una entrevista tan fuera de
lo común, lo más probable es que contrate inmediatamente a Aries. Ese tipo de
entusiasmo sincero por la empresa es difícil de encontrar en estos días en que
los empleados piensan en la seguridad y tienen conciencia sindical... y hace que
se perdone la brusquedad y el superego.
Tomar un empleado
Aries puede ser la mejor jugada que haya hecho usted en su vida o el dolor de
cabeza mas grande que se haya buscado, según que meta le ponga a este misil
despistado. Confiarle una tarea rutinaria de nueve a cinco es errar el blanco.
En el primer momento es posible que brille como plata recién lustrada para
impresionarle, pero no tardará mucho en aparecer inquieto y disconforme. Y se lo
hará saber por procedimientos tan inequívocos como llegar cada día un poco más
tarde, tomarse más tiempo del asignado para el almuerzo o escribir cartas
personales en su escritorio. Son todas señales de peligro, anunciadoras de que
su empleado Aries no está satisfecho. Sigue siendo de enorme valor para la
empresa, pero está aburrido, y el aburrimiento hace que desaparezcan bajo sus
efectos las virtudes del Carnero.
Ponga a su Aries en un
puesto donde tenga completa libertad para tomar decisiones, de las cuales, si es
posible, sólo sea responsable ante usted. Si puede hacerlo sin relajar la
disciplina, déjele también que entre a trabajar a la hora que quiera. Después de
un breve periodo se dará cuenta de que por mas que pueda aparecer a las diez o a
las once de la mañana, o tomarse dos horas para almorzar, Aries será también el
último en marcharse por la noche, sobre todo si hay que hacer algún trabajo
extra. Entre sus empleados, es el que más probabilidades tiene de aceptar sin
quejarse, como un desafío, algunas tareas adicionales.
Son muchos los Aries
capaces de trabajar hasta altas horas de la noche si es necesario o si lo que
están haciendo les interesa, y probablemente serán más conocidos de la mujer que
viene por las noches a hacer la limpieza que de la recepcionista del turno de
mañana. Si no le va a encontrar guardando sus cosas ni mirando el reloj
alrededor de las cinco de la tarde, ¿por qué armarle un lío si llega a las diez
y veinte de la mañana? Es el razonamiento que él se hace, y no deja de tener
lógica.
Los Aries son
intrínsecamente incapaces de adaptarse a un horario rígido y uniforme, sean
cuales fueren los procedimientos habituales de una oficina. Su gran energía
creativa fluye a todas horas, y no es posible ajustarla a la idea que algún otro
tenga de lo que debe ser una jornada de trabajo. Alguna vez, por imperiosas
razones personales, Aries pedirá permiso para retirarse temprano por la tarde,
pero esa misma noche volverá para acabar de quemar el combustible de su lámpara,
o a la mañana siguiente se dejará caer antes de que canten los pájaros para
compensar el trabajo que dejó sin hacer. Si hay algo que le molesta es entregar
un trabajo menos perfecto de lo que el sabe que es capaz de hacerlo. Así, aunque
descuide los detalles y desdeñe la rutina normal de la oficina, esa cualidad es
demasiado positiva como para desperdiciarla. Vale la pena pasar por alto la
independencia de Marte para sacar provecho de su maravillosa decisión de
triunfar, que evidentemente ira en beneficio de su empresa, si tiene usted la
astucia y la paciencia necesarias para utilizarla bien.
El dinero nunca es la
principal razón que tiene para trabajar. Insistirá en que le paguen lo que vale
(lo que él cree que vale) en homenaje al ego y al status, pero desde luego el
dinero no es su principal objetivo. Lo que lo motiva es el ansia de éxito, y el
efectivo es siempre secundario. Es posible que muchas veces tenga que pedir
dinero prestado, porque el Carnero, por lo general, gasta para vivir más de lo
que gana. Así y todo, con una palmadita mas en el hombro se conseguirá mas de él
que con una cantidad extra en su paga semanal. Claro que tendrá usted que
combatir su deseo de hacerse cargo de las tareas de todos los demás, ya que
Aries rebosa de ideas sobre la forma en que todo el mundo en la empresa –usted
incluido– puede alcanzar mas rápidamente su meta. Pero, si puede aprender a no
molestarse por sus sugerencias continuas e impertinentes, encontrará en él un
manantial de ideas originales y aprovechables.
Sitúe siempre a un
Aries en un lugar de acción, en un puesto que le permita salir a promover la
firma y mezclarse con la gente. Jamás le deje detrás de un escritorio donde
tenga que hacer día tras día el mismo trabajo bajo la vigilancia de otro
empleado. Son muy pocas las personas de quienes Aries se avendrá a recibir
órdenes, ya que cree que hay muy pocas superiores a él. Indudablemente, piensa
que usted es una de ellas, pues de lo contrario jamás habría tenido nada que ver
con usted. Si tiene la convicción de que usted le entiende y aprecia sus
esfuerzos, será probablemente el empleado más leal, trabajador y competente de
su empresa. Pero póngalo en un puesto inferior, y a duras penas si hará el más
rutinario de los esfuerzos.
Como es natural, Aries
no siempre puede empezar desde arriba, aunque eso es lo que le gustaría. Si debe
comenzar desde abajo para aprender una actividad nueva, trate de agregar a sus
obligaciones cotidianas alguna responsabilidad que parezca importante, para que
por lo menos pueda pensar que está arriba. Eso evitará que se avergüence ante sí
mismo. Para dar lo mejor de si, Aries necesita tener la sensación de que sin él
las cosas no marcharían bien. Son promotores por naturaleza. Aries se convertirá
en el promotor de su empresa con su mujer y sus hijos, los taxistas, los
camareros y cualquiera que le preste oídos, ya sea en el cine o en la piscina;
no se limitará a las horas en que se le paga para hacer la promoción. Convertirá
a todo el mundo, desde su dentista hasta su agente de seguros, en entusiastas de
su empresa. Pocas personas (salvo los nativos de Leo) pueden igualar a Aries en
su capacidad para conseguir cuentas nuevas, salvar clientes que usted
consideraba irremediablemente perdidos y llevar a la práctica los proyectos mas
ambiciosos que a usted puedan ocurrírsele, especialmente si piensa que usted
depende de él para poder llevarlos a cabo.
Si se produce alguna
vez una emergencia financiera, su empleado Aries no es de los que abandonan el
barco que se hunde. Le acompañará a usted durante la crisis, y es probable que
aporte algunas ideas propias sobre la forma de resolverla. Aries no puede
sencillamente aceptar que nada ni nadie en quien él crea, él mismo incluido,
pueda fracasar. Es obvio que hay momentos oscuros en los que este rasgo de su
personalidad puede ser muy estimulante.
Si pide a un empleado
Aries que trabaje los fines de semana o durante las vacaciones, que acepte
temporalmente una reducción de su salario durante una emergencia o que, por
enfermedad o vacaciones, haga algún otro trabajo además del suyo, será raro que
se queje. Pero no se olvide de agradecérselo cálidamente y de hacerle saber con
cuanta sinceridad lo aprecia.
Son pocas las cosas
que no llegará a hacer para obtener su aprobación. Jamás atribuya a otro el
mérito del trabajo que él ha hecho, ni le haga sentir culpable por llegar tarde;
no exagere los elogios a los otros cuando él está presente, no insista en
señalarle sus errores –especialmente en presencia de otras personas– y jamás le
de la impresión de que desea que se quede en su lugar. Si no cuida estos
detalles, Aries se mostrará irritable, frustrado y perezoso. Jamás se verá en el
caso de tener que despedirle; lo más probable será que él se le adelante y se
vaya. De todas maneras, generalmente no es necesario reñir a un Aries, que suele
ser el primero en disculparse por los errores cometidos a causa de su prisa y su
impulsividad naturales, si se muestra uno tolerante con él, y que intentará
sinceramente no repetirlos. Aunque no siempre logre éxito en su intento, sus
intenciones son admirables. Es posible que tenga usted que advertirle en privado
y con mucho tacto que no sea tan precipitado y exagerado en su confianza, pero
nunca le desanime. Si lo intenta, no lo conseguirá, pero perderá en cambio todo
su valioso y estimulante optimismo.
Cuando se reconocen
sus talentos, Aries literalmente se agota para conseguir superarse. En su caso,
la crítica jamás alcanzará la meta a que va dirigida. Además, lo más probable es
que acierte con sus corazonadas, por más que algunos de los expertos que están
en eso desde hace años digan lo contrario.
Aries tiene una
escalofriante capacidad para entender el hoy con una claridad que no poseen ni
los que se aferran al ayer ni los que ponen todas sus esperanzas en el mañana.
Por ello es provechoso escucharle, aunque su ansiedad y la seguridad de no
equivocarse pueden hacer que de vez en cuando se le caigan estrepitosamente al
suelo los modales.
Tan pronto como pueda,
asciéndale o confiérale un título que le haga saber que está cumpliendo bien y
que usted está satisfecho; y por lo que mas quiera, tan pronto como sea posible
déjele trabajar solo o ponga a alguien bajo sus órdenes. Déle la sensación de
una vinculación personal. Es importante que quienes tienen trato con Aries en
cualquier dimensión laboral o profesional se den cuenta de que pueden realizar
muchas aportaciones valiosas a la actividad que desempeñan, pero únicamente si
sienten que de alguna manera son importantes.
Cuando su entusiasmo y
su idealismo se amortiguan, el Carnero pierde rápidamente el interés, se
descorazona y –sombrío y desanimado– se hace a un lado, dejando que se ocupen
los demás. Ello constituye un desperdicio innecesario de su auténtico talento. A
menos que le permitan promover, crear y ser original, Aries es tan inútil para
si mismo como para los demás. Por la 1ógica y la bondad, será accesible en
cualquier momento.
Como es conductor e
innovador por naturaleza, Aries se encuentra a gusto prácticamente en cualquier
carrera o profesión. No hay un lugar especial que sea el mejor para él. Eso si,
sea un invernadero o un cuartel de policía, tenga que usar casco de bombero o
máscara de cirujano, Aries debe tener el mando. La publicidad y las relaciones
públicas le atraen, porque son campos que le ofrecen la posibilidad de promover,
y a él le gusta vender cosas del mismo modo que a un pato le gusta el agua.
Pero se le puede poner
en cualquier trabajo, desde maestro a camionero, desde locutor a albañil, y él
entrará perfectamente en la ranura con tal de que esta tenga la amplitud
suficiente para acoger su exceso de energías y de ego.
Es posible encontrarse
con algún Carnero que oculte su inquietud bajo una apariencia mas tranquila y
controlada, pero no se engañe nadie pensando que se dejará arrinconar. Otros tal
vez, pero él no. Su lugar está en el frente, en la vanguardia.
Si canaliza usted
correctamente sus capacidades, Aries le hará ganar un montón de dinero, y
contará usted con su lealtad inflexible e inconmovible, especialmente cuando la
situación llega a ser difícil. Si se pone a mirar un poco a su alrededor, vera
que esas virtudes valen mucho mas.