Habla en francés
cuando no puedas
recordar como se dice
en inglés una cosa...
Camina con las puntas
de los pies hacia afuera...
¡y recuerda quien
eres!
–Está usted viejo,
Padre Guillermo –dijo el muchacho–,
y el pelo se le ha
puesto todo blanco;
y sin embargo está
siempre cabeza abajo...
...Cree usted que, a
su edad, eso está bien?
Entender el carácter de Capricornio es cualquier cosa,
menos fácil. Aprenderás a reconocer este signo, pero necesitarás antes
alguna práctica. Estudia a esa silenciosa araña que está en el rincón, y que
nada puede contra los insectos que vuelan rápidamente; pero son ellos los
que quedan atrapados en la tela pulcramente tejida... y la araña gana.
Recuerda la morosa tortuga de Esopo, que se arrastraba caprichosamente en
aquella carrera, sin tener la más remota probabilidad de triunfar sobre la
veloz liebre. Pero la liebre veloz se desvía en todas direcciones, se olvida
de la meta... y la tortuga gana. Observa a la cabra que va escalando la
ladera de la montaña. No tiene nada que hacer ante la estrategia de los
humanos, más inteligentes, que la persiguen. Pero sus perseguidores van
quedándose atrás mientras la cabra porfiada trepa decididamente, de rendija
en rendija, con sus pezuñas especialmente diseñadas... y la cabra gana.
Ahora, estudia a Capricornio. ¿Dónde lo encontrarás?
Casi en cualquier parte donde tenga oportunidad de progreso o de mejora. En
cualquier parte donde pueda avanzar y sacar adelante sus ambiciones
secretas. Prueba en una reunión social. Capricornio no es alegre concurrente
a fiestas, pero
Hace un par de años fui a visitar la librería de un
astrólogo neoyorquino. Mientras yo desparramaba generosamente mis perlas de
sabiduría, y le daba consejos –que él no me había pedido– sobre los libros
que debería tener y discutía con él temas astrológicos, me enteré de que era
Capricornio, y él se enteró de que yo era Aries. Muy ufana, adiviné
correctamente su ascendente, hablé y me moví con soltura, en una palabra,
parecía que yo llenaba la escena. Antes de que yo me fuera, él me dedicó una
sonrisa, dulce y encantadora, y –con su fascinante acento húngaro– me dijo
una cosa rara. <<
Otra confesión. Como Aries que soy, me enferma aceptar
directrices. Ningún escritor Aries aguanta que alguien corrija su trabajo.
Últimamente, me hicieron la sugerencia de que una correctora Capricornio
revisara algunas cosas que yo había escrito. Me sentí ofendida y, aunque
exteriormente me mostré de acuerdo, en mi fuero íntimo decidí que no le
permitiría cambiar una sola palabra del fruto de mi genio; me limitaría a
fingir que estaba de acuerdo. Ella hizo sus sugerencias de manera tranquila,
tímida casi, y bien a pesar mío vi con total claridad que eran
inteligentísimas. ¿Cómo no se me había ocurrido a mi misma cortar esa frase
y cambiar esa palabra? Después de haber seguido –a regañadientes– sus
instrucciones al pie de la letra, la redacción quedó mejorada de manera
dolorosamente obvia. Capricornio volvió a ganar.
Finalmente, pese a mi agresiva mentalidad ariana,
decidí que de nada sirve pelear con ellos, y lo mejor será que tú llegues a
la misma conclusión. Pobre del vendedor entusiasta que, al hacer una
estimación de su cliente Capricornio, piensa que a ese tonto puede venderle
el puente de Brooklyn. Tiene mucho que aprender.
Como
La personalidad saturnina está siempre rodeada por una
tenue irradiación de gravedad y melancolía. Ninguno de estos nativos escapa
por completo a la influencia saturnina y a su impronta de disciplina severa
y abnegación. Suelen ser de pies fuertes, y les gustan los zapatos
prácticos. Tienen gran habilidad manual, su voz es suave y sedante, y
probablemente encontrarás en ellos una gentileza halagadora y persuasiva.
Capricornio puede parecer tan inofensivo como una almohada de plumas, pero
es resistente como una armadura. Trabaja persistentemente, sin pausa, y se
las arreglan para digerir insultos, presiones, decepciones y obligaciones
con tanta calma como la cabra digiere latas oxidadas, vidrios rotos y
cartones. Como ella, tiene el estómago de hierro, y sus cuernos son
peligrosos. Mientras los extravertidos alegres y sonrientes dilapidan sus
energías en todas direcciones, Capricornio jamás se desvía un centímetro a
derecha ni a izquierda. Sigue tercamente su senda hacia arriba, con una fe
innata en la seguridad de los caminos bien trillados, y desdeñando los
seductores atajos que –
Sienten una gran admiración por quienes han subido
antes que ellos a la cima de la montaña y han establecido las normas del
viaje. Son los cortejantes del éxito; respetan la autoridad y honran la
tradición. Hay muchas personas enérgicas e impulsivas que les tachan de
esnobs y de engreídos. A su vez,
Entre ellos hay algunos que son deliciosamente
románticos, que entienden la extraña luz de
Ocasionalmente, algún Capricornio olvidará ocultar su
ambición y se negará a trabajar si no es en un puesto clave. Se convierte
entonces en una Cabra obstinada que insiste en empezar desde el último
peldaño de arriba, el lugar que en su sentir le pertenece. Como es natural,
una actitud así tiene como resultado una persona sombría, pesimista, egoísta
y fría, imposible de satisfacer. Pero un buen par de golpes suelen ser
suficientes para que se encamine por la buena senda.
Es típico que, de jóvenes, los nativos de Capricornio
se muestren más satisfechos que cuando envejecen, para lo cual hay una buena
razón. De una forma que hace pensar en los chinos, los jóvenes regidos por
Saturno hacen ídolos de los antepasados y los mayores; el respeto por la
sabiduría de la edad y de la experiencia es innato en la naturaleza
saturnina. Pero cuando maduran, y cuando los <<honorables antepasados>> y
los ancianos han desaparecido, las locuras de las generaciones actuales
pueden ser causa de miedo y perplejidad para
Tal vez te digan que la gente de este signo se casa por
dinero o por la posición social. Es una exageración, aunque, sin duda, fue
un Capricornio el que dijo: <<Es tan fácil enamorarse del director de
orquesta como echarse una cana al aire con el segundo violín>>. Con su
espíritu práctico, es raro que
De pequeños, los niños de este signo tienden a ser más
débiles y enfermizos que otros chicos, pero tanto las fuerzas como la
resistencia a la enfermedad se incrementan con la edad. La naturaleza sobria
y moderada del nativo típico le da una enorme resistencia, y un potencial de
supervivencia tal que no es excepcional encontrar algunos que han doblado el
codo del siglo. La gente de Saturno podría muy bien evitar contacto con
médicos y hospitales; si no lo hacen, es porque el miedo, la incertidumbre,
las preocupaciones y la melancolía son mas dañinos que los propios
microbios. No hay dieta, regularidad en los hábitos ni resistencia a las
enfermedades que puedan triunfar de los riesgos del pesimismo. Los
Capricornio que deseen evitar la enfermedad tendrán que hacer mucho
ejercicio al aire libre y cultivar una actitud más positiva y extrovertida.
El aire fresco del campo y las frescas brisas de la tolerancia pueden hacer
milagros con la salud saturnina. Casi todas las Cabras, cualquiera que sea
su sexo, son de piel delicada y es posible que padezcan erupciones
nerviosas, alergias, asperezas y grietas, algunas anomalías con la
transpiración, poros dilatados o acne. También son comunes los trastornos
gástricos debidos a comidas incompatibles y tensiones mentales. Pueden
sufrir fracturas en piernas y brazos. Las rotulas, articulaciones y huesos
son áreas vulnerables; otros frutos de la melancolía saturnina son las
parálisis psicosomáticas, intensos dolores de cabeza e infecciones renales.
Es posible que tengan dientes blanquísimos, hermosos y
fuertes, o bien que la dentadura les cause continuos problemas y les imponga
continuas visitas al dentista. En términos generales, si consigue evitar las
largas enfermedades que tienen su origen en sus prolongadas depresiones, la
tenacidad vital de Capricornio es notable. Pero, ¿qué gracia tiene ser la
última hoja del árbol, si uno sufre de artritis y de reumatismo? Para
mantenerse sana,
Es un ser tan tímido y dulce, un poco testarudo tal
vez, pero de manera tan comedida que parece inofensivo. Una persona tan
segura, en quien se puede confiar, y que le halaga agradablemente a uno.
¿Quién seria capaz de herirle o de considerarle ambicioso? Entretanto,
Capricornio se vale de tus propias debilidades, ínfulas y celos para hacerse
fuerte. Es tan útil, y acaba siendo tan indispensable, que eres tú quien
finalmente le pide que tome las riendas. En lo sucesivo, él gobernará sin
dejarse ver, desde el rincón, moviendo con toda modestia los hilos de la
autoridad.
No necesita ir al frente del desfile, con bombos y
platillos; es el quien, entre bambalinas, autoriza el desfile y determina su
recorrido. Todos los temerarios que se pasean por la cuerda floja necesitan
de la red firme y segura de Capricornio cuando un error de cálculo les
precipita al vacío. La disciplina y formalidad del negro azabache y el azul
marino, la práctica solidez del marrón, los sueños –honestos y profundos–
del verde oscuro: he aquí los serenos colores de su perdurable arco iris.
Camina lentamente a través de su selva silenciosa, alfombrada de suave musgo
y decorada de hiedras, y busca los ocho tesoros escondidos de Saturno. Bajo
el sauce llorón de Capricornio hay enterrados rojos y suntuosos rubíes.
Quédate... para conocer la eterna belleza del ónice, pura y tersa. El plomo
de Capricornio es sólido, y con su carbón se encienden fuegos perdurables.
Personalidades
Capricornio famosas
Steve Allen
Humphrey Bogart
Nat
J.
Mao Tse–tung
Woodrow Wilson
Loretta Young
¡No le tengas esperando,
criatura! Vaya
¡si su tiempo vale mil
libras por minuto!
Y no juegues así, todo el
tiempo con los dedos...
Mejor que no digas nada.
¡El lenguaje vale mil
libras por palabra!
Está rodeado por una pared de ladrillos que él mismo se
construyó. Es tímido, pero fuerte y recio; agradable, pero orgullosamente
ambicioso. Como los legendarios y silenciosos vaqueros del Oeste, parecería que
al hombre Capricornio le gustara estar solo, pero no es así en realidad.
Secretamente, Capricornio se desvive por la adulación. Le
encantaría sobrecoger multitudes desde un trapecio volante. En sus sueños mas
íntimos,
Si das vuelta como un calcetín a un estable y confiable
varón Capricornio, te encontrarás con un alegre soñador que anhela sentir cómo
el viento le desordena el pelo y se embriaga con la dulce fragancia de los
halagos, ávido de emociones y sediento de aventuras. Solo unos pocos elegidos
son capaces de liberar a esta alma solitaria de su prisión secreta.
Saber algo de los signos solares puede ser utilísimo para
quienes se inclinan a juzgar los libros por las solapas. Ahí estabas tú,
pensando que Capricornio sería un maestro excelente, pero como enamorado,
lamentable. Casi habías decidido dejar que se dedicara a la política, en vez de
conquistarlo; te daba la impresión de un hombre que preferiría ver su nombre en
el Quien es quién, mejor que en tu diario íntimo. Y ahora descubres que tiene un
corazón tan cálido y cordial como un grato fuego de leña en una noche de
invierno. Ya se que es para alegrarse, pero espera un momento antes de correr a
estrujarle entre tus brazos, esperanzada en que él te hará llegar hasta
Lo que puedes hacer, en cambio, es reírte de sus historias
de perro apaleado hasta que cobre el valor suficiente para contarte cuentos
menos deprimentes. Puedes insinuar que te parece que bajo su fachada
conservadora arden fuegos ocultos, e insistir hasta que se arrime a dejar asomar
un par de llamas. Puedes decirle que sueños como los que él sueña te parecen los
mas coloridos, ya que ningún sueño es tan abigarrado como el que realmente
sucede, y tal vez se atreva a soñar unos cuantos mas. Algún día llegará a la
cima de la montaña que se ha puesto como meta, y tú estarás junto a él,
orgullosa de la determinación de tu Cabra, y muy contenta de haber creído en la
posibilidad de realización de sus sueños.
Capricornio hace como si pudiera vivir sin halagos, y la
forma en que reacciona cuando se le dice algo grato es una prueba bastante
convincente. ¿Alguna vez le dijiste algo agradable a tu galán Capricornio, y te
decepcionaste al ver su cara inexpresiva? No te apresures. El hecho de que la
especialidad de
Es, como dirían los horticultores, de florecimiento tardío.
En su juventud serio como un búho, al madurar va relajándose gradualmente y, si
es un auténtico Capricornio, puede terminar siendo el hombre de aspecto y
comportamiento más juveniles del grupo. Ahora bien, este es un aspecto que
conviene tener en cuenta: con otros hombres tendrás que tolerar años de
tonterías para después adaptarte a una vejez rígida y melindrosa; con
Capricornio, es posible que al principio tus entusiasmos se encuentren un poco
restringidos, pero ¡piensa en lo que puedes esperar para mas adelante! En la
primavera de vuestro idilio, tu enamorado Capricornio no te propondrá una
escapada a Paris, pero es posible que cuarenta o cincuenta años mas tarde,
cuando otros hombres se quejan de que les duelen las articulaciones, él te lleve
a ver el Taj Mahal a la luz de
Naturalmente, la inversión del proceso de envejecimiento en
Capricornio puede hacerte pensar que en el rubro fidelidad puede haber gato
encerrado. Lo hay. Es verdad que no tendrás que preocuparte mucho por los
desvíos de
De nada te serviría ofender a su madre o mostrarte fría con
su hermano; prepárate a amar a tu familia política, aunque sean tan dignos de
amor como un cactus. No solamente él los defenderá, sino que, si extremas las
discusiones, la tensión impuesta por la lealtad a las dos familias puede ser
causa de que se ponga taciturno y sombrío... y nada hay menos deseable en este
mundo que un Capricornio taciturno y sombrío.
Tal vez des con alguno que exprese abiertamente su desdén
por sus parientes o que haya cortado con amargura los vínculos familiares, sin
haber vuelto nunca a mirar hacia atrás, pero si rascas la superficie de tal
independencia, encontraras en su pasado alguna profunda herida emocional, causa
originaria de un comportamiento tan atípico. Muchos hombres de este signo siguen
viviendo con su familia mucho después que sus amigos de la misma edad se han ido
a disfrutar de las delicias de la vida de solteros. Por lo general, se enamoran
mas tarde que la mayoría, y también es raro que se casen antes de tener bien
encaminada una carrera.
Con la mira puesta en el linaje y la perfección, observarán
con mucho cuidado lo que se les presente.
Después que la familia te haya propuesto matrimonio –quiero
decir, después que te lo haya propuesto él–, empieza a poner los puntos sobre
las ies. Con firmeza. Hazle saber que su gente te encanta, pero que es con él
con quien quieres compartir mesa y lecho. De otra manera, te pasarás más de un
sábado por la noche cocinándole la cena a su tío Charlie o ayudando a su
hermanita menor a superar los dolorosos trances de la adolescencia.
Como Capricornio casi siempre se pone un poco nervioso en
presencia del sexo opuesto, por ahí habrá alguno que insinúe torpemente
situaciones equivocas, intente alguna indirecta o se muestre áspero, recio e
insensible. No es más que su manera de demostrar seguridad, un método típico de
disimular su timidez y curiosidad ante las pasiones al rojo de gente más
agresiva. No dejes que eso te lleve a pensar que quiere que juguéis a Bonny y
Clyde. Tú no eres Mae West ni Texas Guinan: eres una dama, y no lo olvides
jamás. Es posible que él dedique algunas miradas furtivas a las damas de la
noche, pero no será con ninguna de ellas con quien se case. Tal vez todo esto te
haga pensar en los consejos de tu tía abuela, pero si te parece anticuado, ponte
un bikini mínimo, maquíllate los ojos de verde, báñate en perfume y bésale en
publico. Es posible que algún día recorras el pasillo vestida de gasa blanca,
pero no será al encuentro de ningún saturnino.
Un lindo regalo para tu marido Capricornio será un libro de
poesías, cuanto más románticas mejor. Si no le enseñas desde muy pronto el arte
de expresar sus afectos, puedes terminar siendo una esposa a quien no le falta
nada, cálidamente apreciada y adorada, con un marido que es un perfecto
encanto... pero que emocionalmente se muere de hambre. Y llegados a esas
alturas, de nada servirá que te quejes porque el nunca te dice que te ama: se
limitará a mirarte con ofendida inocencia o con aire gruñón, según la intensidad
de la influencia de Saturno cuando nació, y te explicará pacientemente que estás
chiflada. ¡Si él se acuerda perfectamente de haberte dicho que te amaba cuando
te dio el anillo de compromiso, y también cuando nació el segundo de vuestros
hijos!
Él piensa que deberías estar segura de lo que siente por
ti. ¿Acaso no te mantiene, además de rendirte el homenaje de dejar que seas la
madre de sus hijos, le barras los suelos y lustres los trofeos que él consigue?
Para Capricornio, las declaraciones verbales y floridas son superfluas. Tal vez
te pregunte si lo que quieres es a Richard Burton; que eso te de pie para
contestarle <<sí>>, en voz bien alta. Con eso se sobresaltará un poco, y aunque
no se convierta en Richard Burton, es posible que llegue a darse cuenta de que
murmurar suavemente <<tesoro>> en el momento adecuado no disminuye en nada su
masculinidad.
Como padre, será Padre, la personificación literal de la
palabra. Estará siempre a la cabecera de la mesa, en los picnics también. Aunque
le toque sentarse sobre la hiedra venenosa o cerca del hormiguero, cuando os
disponéis en torno al mantel extendido bajo los árboles, allí donde se siente
papa Capricornio será la cabecera de la mesa. Exigirá respeto y obediencia, e
insistirá en las rutinas y en la disciplina, pero lo compensará con una
dedicación sincera y hasta de sacrificio. Además, estará de acuerdo con las
grandes fiestas de cumpleaños y los alegres festejos navideñas. Es muy
improbable que un papa Capricornio tenga el tipo de mano blanda que echa a
perder a los niños: se ocupara de que vayan al dentista y hagan los deberes, y
los pondrá en el rincón cuando sea necesario, transmitiéndoles enfáticamente su
propio sentido de la organización y de la responsabilidad, cosas que sin duda no
harán daño a los niños, aunque tal vez les quiten un poco de vivacidad.
Recuérdale que ser padre no es solamente una gran responsabilidad: también puede
ser divertido. Considéralo como uno de los papás que pinta Dickens, enséñales a
los niños a que sean generosos con el beso de las buenas noches, y a él
insístele para que les lleve al partido de fútbol, a pescar o a nadar. Si es un
poco estricto, piensa que a la larga ellos se beneficiarán, siempre que papá no
se exceda. Cuando sean los nietos quienes salten sobre sus rodillas, se habrá
vuelto sorprendentemente tolerante. Los abuelos Capricornio son estupendos
canguros; hasta conozco a uno que sale a la calle a patinar con su segunda
generación de descendientes.
Será raro que un hombre Capricornio se case deprisa y se
arrepienta con sosiego; mas fácil es que se casen con sosiego y se arrepientan
deprisa. En la mayoría de los casos, el matrimonio de Capricornio es sólido,
pero si
Para tu marido saturnino, hacer el amor puede estar tan
sujeto a horario y calendario como hacer las compras, despachar la
correspondencia, ir al banco, visitar museos y galerías de arte o limpiar su
colección de armas y de trofeos. Tal vez te parezca frío y poco sentimental,
pero recuerda que a Capricornio sigue interesándole el aspecto físico del amor
mucho después que otros maridos se reducen a la poesía para expresar sus
emociones. Si me entiendes, eso significa lo que ya te dije al comienzo: el
postre al final. Cuando ya se haya jubilado, tendrá mas tiempo para pulir sus
técnicas afectivas, y eso es mejor que un seguro... contra los días malos,
contra la soledad y contra los golpes de un mundo feo y sórdido. Cualquier mujer
sensata aprecia en lo que vale la devoción saturnina. No será un amante fogoso
que te corteje con los ojos llenos de estrellas ni con palabras floridas y
apasionadas, pero te protegerá de todos tus miedos femeninos. Es hombre recio,
pero de corazón tierno. Después de haber cortado la leña para el fuego acogedor,
se sentará contigo junto a él, teniéndote tiernamente de la mano. Y por mas
canas, kilos de mas o arrugas que te vaya sumando el correr del tiempo, para el
serás siempre aquella muchacha que consiguió hacerle decir: <<Te amo>>. Y si te
detienes a pensarlo, ¿que necesidad hay de que te lo repita una y otra vez?
Cuando dura tanto tiempo, con una vez basta.
Entonces se levantó y
empezó a pasearse,
al principio bastante
rígida
porque temía que se le
cayera la corona:
pero se consoló con la
idea
de que nadie había allá
para verla,
.. Y si realmente soy
reina –se dijo
mientras volvía a
sentarse–,
con el tiempo podré
desenvolverme muy bien.
No hay un modelo típico de mujer Capricornio. Puede ser la
conservadora de un museo y mirarte a través de unas gafas como las de la abuela,
porque las necesita, y también ser bailarina y usar un taparrabos de
lentejuelas, por pura diversión. Podrás verla dirigir con toda eficiencia una
asociación de padres y maestros, freír hamburguesas en una cafetería u organizar
el baile de caridad más impresionante de la ciudad. Una mujer Capricornio puede
brillar en las columnas de noticias sociales, sonreír recatadamente detrás de un
candidato político (su marido) o verter líquidos misteriosos en tubos de ensayo.
Pero no importa lo que haga ni la ropa que use: Saturno regirá sus acciones y
sus objetivos secretos. Puede ser ultra femenina, tan coqueta y encantadora como
para conseguir que un hombre se sienta un oso gigantesco, capaz de protegerla de
este mundo frío y cruel; pero también puede mostrarse gélida, silenciosa y
distante, tranquilamente instalada en su pedestal de mármol mientras te desafía
a que tengas la habilidad suficiente para ganar su distinguida mano. No importa
la personalidad que proyecte: por debajo de sus artilugios femeninos o de su
modalidad práctica y sensata, siempre está la misma meta: una acerada
determinación de atrapar al hombre justo, capaz de llegar a ser importante, de
hacerla sentir orgullosa y de ser buen padre para sus hijos.
Son tantas las muchachas Capricornio que tienen una
carrera, que se podría pensar que el amor y el matrimonio pasarían siempre a
segundo plano. Con el amor, eso es cierto; con el matrimonio, no. Lo que hay que
entender es que las metas de Capricornio son la seguridad, la autoridad, el
respeto y la posición. Poco importa que esas necesidades se satisfagan frente a
un encerado como maestra de escuela, detrás de un escritorio como ejecutiva, o
junto a un marido ambicioso cuya vida social y hogareña ella pueda manejar con
fácil gracia y planteamiento cuidadoso. De una manera o de otra, la mujer
Capricornio conseguirá que la reconozcan; hay quien lo consigue escribiendo
libros, dando conferencias, pintando o componiendo música. Es sorprendente
cuantos nativos de este signo, de uno u otro sexo, tienen un excepcional talento
artístico. Tal vez les venga de su sentido innato del equilibrio y de la
armonía, que les lleva a saber lo que es placentero y lo que es correcto.
El punto es un poco delicado, pero incluso las mujeres
saturninas a las que llegas a conocer en algún teatro de revista, o
desempeñándose en la profesión mas antigua del mundo (y apenas si serán un
puñado), terminarán por casarse con el artista principal o con el propietario
del teatro, en el primer caso, y con el mas rico de sus clientes en el segundo.
El destino de
No vayas a pensar erróneamente que es una chica que jamás
sacrificará su carrera al matrimonio. Dale una mínima oportunidad de brillar en
sociedad y ser la dueña de una casa bien puesta, y ya verás con que rapidez
pierde interés en su trabajo (una de las pocas cosas que hará con rapidez). Si
necesitas que lo haga, una mujer de este signo seguirá trabajando de buena gana
para ayudarte en tu ascenso por la montaña del éxito, sin dedicarse a
vagabundear. Por otra parte, si no necesita hacerlo, estará encantada de
disfrutar de su puesto de esposa... siempre que el puesto sea bueno, y la
seguridad económica suficiente.
Uno de los rasgos mas típicos y deliciosos de estas
muchachas es su natural aristocracia, la gracia de sus modales. Puedes conocer a
una chica Capricornio que creció en una cabaña de una sola habitación,
accionando las barreras del ferrocarril, o que es hija de un hombre que hace el
turno de noche en las minas de carbón, pero si no es ella quien decide hablarte
de sus orígenes (cosa que probablemente no hará), tu estarás convencido de que
procede de una de las antiguas familias, y de que fue a una de las mejores
escuelas de educación social para señoritas, tal es su sentido, innato en
Capricornio, de la corrección social y de las apariencias y convenciones mas
conservadoras.
Cualquier hombre que inicie una relación con
Para ella es difícil relajarse en situaciones románticas.
Bajo la fría superficie de Capricornio, el deseo físico es intenso, en mayor
medida de lo que la mayoría sospecha, y jamás se satisface con relaciones
superficiales. Andar por ahí perdiendo el tiempo con abrazos que cortan el
aliento y besos apasionados no es, decididamente, su deporte favorito, aunque
una vez este segura de que tú eres el hombre adecuado y de que la economía es
firme –o tu ambición suficiente– será tan cálida como un oso panda: mimosa,
afectuosa, e incluso apasionada. Las chicas de Capricornio no creen en los
sueños vagos que se deslizan al acaso por un nebuloso cielo azul. Quieren saber
hacia donde las lleva la nave del romance, y si navegan por aguas seguras. Si
piensas cruzar el umbral con una Capricornio en brazos, ten la seguridad de que
los cimientos de tu casa sean firmes. Cerciórate de que esté bien asegurada y de
que la hipoteca esté pagada, o poco falte.
Probablemente será escrupulosa en lo social, muy pendiente
de la etiqueta, y mostrará preferencia por costumbres raras, como servilleteros
de plata labrada y sillas tapizadas en petit point. Las cosas deben ser
correctas, y hay que respetar la tradición por encima de todo. Es posible que
tenga la costumbre incongruente de querer comprar en las tiendas más caras y
exclusivas, y sin embargo, insista en hallar cosas baratas. No tendrá
inconveniente en comprarse un vestido de liquidación, siempre que la etiqueta
sea de una casa buena.
Las mujeres Capricornio tienen una belleza peculiar y
fresca; es raro encontrar alguna que no sea excepcionalmente atractiva. Aun así,
son tímidas y se sienten inseguras de su apariencia, de modo que necesitan que
se les repita continuamente que son bonitas. Aunque odian todas las formas de
engaño, caen en el pecado de no confesar la edad, y generalmente les sale bien,
gracias a la extraña condición de Saturno: de niñas parecen ancianitas y después
florecen súbitamente para convertirse en mujeres que tras haber pasado la
primavera de la vida tienen el aspecto de muchachas.
Desdeñar a su familia sería un error terrible. El hombre
que se casa con una chica Capricornio se casa con sus parientes, y de nada te
servirá pensar que tu caso será distinto, porque no lo es. Llegará un momento en
que dejarás de reírte de los chistes sobre las suegras (tal vez llores, en
cambio). Muchas veces, la mujer de este signo es el único sostén de su familia,
ya sea en el aspecto económico o moral, ya en ambos. Es posible que cuide
abnegadamente de sus padres enfermos, al punto de abandonar por completo la idea
de casarse. A veces, su sincero amor por la familia le hará placentero el
sacrificio, pero incluso cuando no es así, su sentido de la responsabilidad y
del deber le impedirá eludir la obligación.
Vale más que te resignes a halagar a tu suegra, y esperamos
que sea una mujer sensacional y que se lo merezca. No discutas de política con
el padre de tu chica, y si es necesario que critiques a sus hermanos o hermanas,
procura que la crítica sea constructiva y se base en una sincera creencia en sus
potencialidades. Es frecuente que Capricornio se encuentre con la carga de
familiares pobres o inválidos, y una Cabra típica jamás dejara que el amor, por
mas ardiente que pueda ser, le haga descuidar esas obligaciones. Será mejor que
empieces a pensar en tener uno o dos cuartos de huéspedes para los familiares
que vengan de visita. Pero la situación también tiene sus beneficios: tendrás
una esposa cálida y considerada con tu familia también. Una chica Capricornio
entenderá que semanalmente tengas que pasarles cierta cantidad de dinero a tus
padres, y es probable que sea compañera de tus hermanos y hermanas. Es de las
muchachas que, cuando la lleves a casa a presentársela a mamá, se ganan
instantáneamente su aprobación. Como los hombres son tan desconfiados, esa
actitud de aceptación puede hacer que den marcha atrás; siempre es mas divertido
tener que luchar contra las objeciones que le pongan a tu chica. Pero estarás
dándote de narices a pesar de tu corazón, porque tu madre no se equivoca.
Capricornio, si es una saturnina típica, será excelente esposa.
Es frecuente que el hogar de la mujer Capricornio de la
impresión de algo que se mantiene inmaculado con tanta facilidad y poco esfuerzo
que uno diría que hay hadas y elfos ocultos en los rincones, que después de
medianoche se ponen a trabajar furiosamente, a lustrar y pulir, a cocinar y
limpiar. Craso error. El último lugar donde se puede esperar encontrar esos
seres imaginarios es en casa de un Capricornio. Por lo general, el sentido
práctico de Saturno y su sólida fe en los hechos le impiden cualquier tipo de
simpatía por lo invisible. Aunque se le sentara uno en la punta de la nariz, una
chica Capricornio no creería en los duendes. Es justo, sin embargo, reconocer
que por mas que no sea precisamente una soñadora o una adepta del ocultismo, una
vez que tiene conocimiento de los hechos, es capaz de ver lo que hay de
romántico y poético en las situaciones mas ordinarias.
Lo que ella reconoce es una forma terrenal de belleza que
puede hacer que hasta lo burdo y lo feo parezcan encantadores gracias a su
utilidad práctica. No le son ajenos los hechizos de las gitanas, ni es sorda al
tintineo argenteo de las lluvias primaverales o a la llamada de la alondra
solitaria. La buena música la conmueve profundamente, y le fascinan casi todas
las formas de arte. Tal vez necesite ver y tocar la magia para creer en ella.
Tal vez un duende conseguiría mucho mas de ella si, en vez de insinuarlo en un
cuento de hadas, viniera directamente a decirle donde está escondido el cántaro
lleno de monedas de oro.
La mayoría de los Capricornio reservan su fantasía para la
historia y los hechos heroicos del pasado. Dado que reverencia la tradición y
rinde homenaje a quienes han superado obstáculos hasta llegar al éxito, para
Tal vez tengas que compartir tu esposa Capricornio con
alguna causa. Será incansable en su defensa de los pobres y los desvalidos, pero
es posible que prefiera concretar su caridad a través de esfuerzos de grupo, más
bien que individuales. Las simpatías saturninas son habitualmente organizadas,
rara vez dispersas. En los clubes femeninos, las nativas de este signo son
líderes naturales.
Será probable que infunda a sus hijos su hábito de economía
y su respeto de la calidad. Les enseñará que algo <<se come, se usa, se lo hace
servir o se arregla uno sin ello>>. No por eso dejará de servirles los mejores
trozos de carne ni de comprarles la mejor marca de zapatos. Para ella, económico
no significa necesariamente barato. Exigirá que los niños sean educados con la
familia y los mayores, y es probable que les enseñe excelentes modales. No les
consentirá ni les permitirá caprichos o desobediencias. Si le das un libro sobre
psicología infantil, es posible que lo use para dar unos azotes a un vástago
rebelde y lo deje para leerlo mas tarde. Aunque no le gustan los besos
pegajosos, pocas madres son mas delicadas que
Como muchas mujeres de este signo son de cutis sensible, no
usan demasiado maquillaje, y hasta muchas de ellas son alérgicas a esos
productos. Pero la naturaleza les dotó de una belleza natural que no necesita
demasiados artificios, y que perdura mucho. Algunas mantienen una tez
sorprendentemente fresca, rasgos firmes y los ojos brillantes hasta los ochenta
años y más.
Ten paciencia cuando se trate de ayudar a tu esposa
Capricornio a superar su falta de confianza personal. El hecho de que los
delirios no la atraigan no significa que carezca de imaginación. Pon a prueba
algunos de sus sueños prácticos, y te sorprenderá ver que bien funcionan. Aunque
la terquedad sea uno de sus defectos, no es quejosa ni insistente. Sin dejar de
ser tierna y delicada, te empujara hacia el éxito y, a pesar de su actitud
modesta y hasta dócil, sabrá como hacerte girar en torno de su dedo meñique. En
su amor hay una riqueza profunda y más perdurable que el amor quebradizo,
quemante y exigente de otras mujeres. ¿Y quien dijo que no creía en los cuentos
de hadas? Solo la prudente doncella Capricornio podría mirar al fondo de los
ojos de un sapo desmañado y torpe, y ver que en realidad es un príncipe
disfrazado. Y no solo eso: si te casas con ella, jamás te encontrarás sin
calcetines limpios.
¡Oh, como querría poder
plegarme como un telescopio!
Y creo que podría, con
solo que supiera como empezar...
Palméala en la cabeza,
y veras que contenta se
pondrá...
Un poco de bondad
y atarle ricitos de papel
en el pelo
funcionan con ella a
maravilla...
Si tú eres una de esas personas a quienes las mamás
aborrecen y ante el que todos los recién nacidos parecen viejecitos y
viejecitas, resérvate la descripción para un bebé Capricornio y no tropezarás
con tanta resistencia. Los
pequeñines Capricornio parecen efectivamente octogenarios en miniatura; de
jóvenes parecen viejos, y jóvenes en la vejez.
Esa ciruelita arrugada que es su cara en medio de la cuna será algún día
tersa y fresca, cuando otros rostros pierdan su frescura.
Tal vez eso tenga algo que ver con el hecho de haber nacido en enero,
cuando el año viejo se va y entra el Año Nuevo.
El extraño cambio armoniza con la imagen familiar del anciano de rostro
arrugado junto al radiante niño del Año Nuevo con su carita marfileña.
Si tienes un hijo Capricornio, no tardarás en observar la
incongruencia. Desde su más
temprana infancia, tu formal Cabrito te hará sentir un poco incómoda por su
extraña madurez. Si le dices
alegremente algo como: << ¿Bebé cuchicuchi quere biberón, chi? >>, te clavará
una mirada grave y pensativa, como si estuviera tomando nota de lo boba que
puedes parecer. No hacen falta
muchas miradas como esa para disuadir a un padre o una madre promedio de
hablarle en media lengua.
Los niños Capricornio son de voluntad enérgica y gustos
definidos, pero no insisten demasiado ruidosamente en expresarlos.
Tu Cabrita no tendrá una pataleta ni dará un puñetazo espectacular a su
plato de puré, pero sabrá como expresar de manera inequívoca sus reacciones
negativas. Es posible que la madre
se sienta vagamente intimidada ante un bebé Capricornio, sin que pueda dar la
razón exacta. Es como si él la
hiciera sentir... bueno, la hace sentir tonta y traviesa.
Digamos la verdad: la hace sentir como si ella fuera el niño y no la
madre.
No es éste el niño que vacilará ni se dejará llevar a creer
en la realidad de sus deseos; gateando o tambaleándose, llega decididamente al
lugar que quiere alcanzar. Hasta da
la sensación de que lo organizó todo mentalmente mientras tú le cambiabas los
pañales, y ahora lo lleva a la práctica.
Por sobre todas las cosas, es definido.
Los niños Capricornio nunca son reticentes para dar a conocer sus deseos;
te transmiten con toda claridad el mensaje, y después esperan pacientemente la
respuesta. Su pongamos que le dices
<<no>>. Si no es algo muy
importante, es probable que acepte la desilusión sin escenas lacrimosas.
Si es algo que él ya ha decidido que realmente quiere.
Lo conseguirá de la manera que sea.
Tu <<no>> no tendrá mucha importancia para él; en vez de discutirlo, lo
ignorará e irá ganando tiempo hasta que termine por cansarte y le digas que si.
A medida que crezca, tu vástago Capricornio irá organizando
su vida en una rutina: guardará sus juguetes en determinado lugar y se quedará
muy desconcertado si tú se los cambias o le alteras su sistema.
Si es un típico hijo de Saturno, por lo general se adaptará con
naturalidad a los horarios de comidas y a las horas del baño, y tendrá menos
interés que otros chiquillos en jugarretas infantiles y coqueterías de
adolescente. Ya desde que son muy
pequeños, varones y niñas muestran un gusto decidido por la vida hogareña.
Lo habitual es que la escuela no suponga un problema
difícil para los estudiantes Capricornio.
Si no tienen un ascendente desfavorable o mala influencia de
Cuando ya se haya ganado el ocio, sus juegos tomarán con
frecuencia la forma de ficciones de la vida adulta.
A las niñitas Capricornio les encanta vestirse con la ropa de su madre.
A veces pueden sugerir: <<Tú eres el bebé y yo soy la mami>>, lo que tal
vez te haga sentir un poco incómoda, porque la mocosita será extrañamente
convincente en la inversión de los papeles.
Te sentirás una perfecta tonta, metida en el parque, gorjeando, mientras
ella te mira por encima de sus enormes gafas, luciendo tus zapatos de tacones
altos y tus perlas, y diciéndote firmemente: <<Si no te callas te irás a la cama
sin cenar>>. Te dará la impresión
de que mas vale terminar de una vez con el juego, si no quieres que en realidad
te mande a la cama. A veces, el
pequeño Capricornio hará de <<padre>> de sus animalitos y se tomará muy en serio
la responsabilidad. A los varones
de este signo les gusta jugar a que son maestros, médicos, ejecutivos de
importantes líneas ferroviarias o... papá.
Cuando tu hijito se ponga el sombrero de copa de tu marido y finja
encender la pipa, es posible que sientas el impulso de pedirle que vaya hasta el
supermercado a traerte algunas cosas, hasta que recuerdes que el vehículo mas
complicado que sabe conducir es el patinete, y con ese anda casi todo el tiempo
pelándose las rodillas. A los niños
Cabra también les gusta dibujar o pintar, y escuchar música, pero no
desperdiciarán muchas horas de ocio en juegos sin sentido.
Lo mas frecuente será que los encuentres absortos haciendo algo práctico,
que puede ser un macetero bastante desgarbado o un portalápices cómicamente
inestable. Hay que insistirles para
que jueguen al aire libre. Aunque
no busquen con mucho entusiasmo el sol y el aire fresco, les hace bien, y
despeja de saturninas telarañas su mente infantil.
Para los maestros, es generalmente grato enseñar a los
niños Capricornio, aunque pueden perder la paciencia con sus métodos de
aprendizaje, lentos y obstinados.
Pese a ello, el maestro no tendrá que quejarse de ensoñaciones frívolas ni de
que el Cabrito descuide sus estudios.
Generalmente son niños muy estudiosos, una vez que han captado lo
fundamental. No son rápidos ni
demasiado brillantes para aprender, pero si detallistas y cuidadosos.
La concentración saturnina no es de despreciar; obtiene premios y alcanza
las notas más altas.
Cuando tu pequeña Cabra traiga a casa un informe escolar
donde se le reconozca que es obediente, estudioso y responsable, pero
especificando además que <<se resiste a participar en las discusiones de la
clase>>, <<se niega a recitar>>, <<es tímido, falto de confianza en sí mismo y
le cuesta establecer relaciones con los demás niños>>, empezarás a pensar si no
tienes en tu casa un introvertido ratón de biblioteca, una criatura
irremediablemente antisocial.
Después, un día, tu pequeño Capricornio comentará como quien no quiere la cosa
que quiere ir temprano a la escuela para pasar lista.
<<¿Y por que tienes tú que pasar lista?>>, le preguntas.
La respuesta te dejará atónita.
<<Oh, es que soy presidente de la clase>>. Cuando tú quieras saber por
que no os había dicho nada, replicará con descuidada modestia: <<Vaya, no es una
cosa tan importante>>. Sin embargo, estará ruborizado y satisfecho: será el
estilo de comportamiento de su vida adulta.
Aparentemente más lento que los demás, supuestamente poco apto para
relacionarse pero en última instancia ganador, terminará silenciosa e
inevitablemente en posiciones de liderazgo, tan pronto como los extrovertidos se
den cuenta de que la persona en quien pueden confiar es él.
Es posible que a Capricornio le dejen como custodio de tesoros y
conservador de los registros, mientras los gregarios se reúnen a jugar y a
soñar, pero él no se sentirá marginado: lo que él busca es el respeto y la
autoridad.
Alguna vez un niño Capricornio se convertirá en frío
dictador ante amigos o hermanos más débiles que él, mostrando una voluntad terca
que puede llegar a convertirse en infantil crueldad, pero mucho mas frecuente
será que los niños de este signo se sometan ante los signos solares mas
dominantes. Entonces se puede plantear el problema de que los hermanos o
hermanas se muestren mandones con el Cabrito, y tú temerás que le traten
injustamente. No te preocupes, que puede cuidarse solo. Conozco una niñita de
este signo que se muestra totalmente sumisa ante su hermana Sagitario, mayor y
más agresiva. Con la paciencia de su signo de tierra sigue las órdenes de la
personalidad más fogosa, sin contestar ni discutir jamás. Pero después de un día
en que se le ha ido la mano, suele pasar que la hermana mayor se encuentra con
que le <<faltan>> los zapatos, el cepillo para el pelo o su suéter favorito. Las
cosas siempre terminan por aparecer, sin que nadie en la familia tenga jamás la
mas remota idea de como se <<perdieron>>, pero durante unas semanas la hermana
mayor se muestra mas considerada. Nunca hay que subestimar el poder de
autodefensa de Capricornio; de alguna manera, las desventajas se nivelan.
Rodeados de miembros del sexo opuesto, los Cabritos se
mostraran vergonzosos, pero profundamente interesados. Oirás observaciones del
tipo de: <<Los niños son torpes y tontos>> o <<Las niñas son unas entupidas>>,
pero no por eso dejarán de buscarse y de enviarse notas furtivas y misteriosas.
En la adolescencia, los romances pueden ser dolorosos, y cuando empiecen a salir
con chicos del sexo opuesto, los niños de este signo necesitarán aliento y mucha
comprensión.
Es una bendición ser padres de un niñito de enero. Con muy
pocas excepciones, son un regalo de los dioses. A menos que se le presione
demasiado, y en ese caso puede decir algo brutalmente cruel e increíblemente
doloroso, el pequeño Capricornio será tan dulce como los pastelillos azucarados
que rechaza. Si andáis escasos con el dinero del alquiler, siempre podéis tomar
prestados unos billetes del bien provisto banco de su alcancía. Será cortés con
los mayores y hará las cosas casi sin que se las pidan, salvo algún ocasional
ataque de testarudez. Organizará sus tareas y se tomará en serio el futuro,
aunque tal vez su madre tenga que insistir en que se lave detrás de las orejas.
Su adhesión al hogar y a la familia será intensa y sincera; rara vez estará ahí
mismo, a tu lado, disfrutando de cada minuto. Tiene sus propios sueños, sólidos
y prácticos. No te preocupes si desdeña a
Pues lo dije una vez, y lo
dije dos veces:
no quisieron escuchar mi
consejo.
Pues yo gruño cuando estoy
contento
y meneo la cola cuando
estoy enojado.
Por consiguiente estoy
loco.
Conozco a un jefe Capricornio que es mas o menos lo mas
típico que se puede conseguir como ejemplar de este signo. Es el mayordomo que
se ocupa de todos los asuntos de un famoso cantante de Hoboken. No es mucha la
gente que le conoce. Su nombre no se lee en letras de neón ni los periodistas
están pendientes de sus actividades. Jamás verás su cara en la cubierta del
Time, pero es posible que tengas que pasar por su inspección antes de tener una
oportunidad de hablar una sola palabra con el ídolo.
Esta Cabra está solidamente sentada detrás de su
escritorio, atando todos los cabos sueltos de la vida, asombrosamente
complicada, de la personalidad famosa. Sus actividades van desde ir al
aeropuerto a recibir a los familiares del cantante hasta comprar un yate,
pasando por alquilar los reflectores para una premiere. El mayordomo manipula
con total serenidad patatas calientes del estilo de procesos legales y problemas
de impuestos: entrega la correspondiente patata al correspondiente abogado o
contador para que la ponga al horno y se aseguren de que no quede cruda y de que
no se queme tampoco. El teléfono le transmite continuamente pedidos de auxilio
provenientes de otros miembros de la vasta corte del monarca, y él sabe siempre
exactamente quien es y por qué y cuando estará de vuelta. Guarda en la cabeza
cuatro millones de estadísticas, incluso informaciones ultra secretas por las
cuales los periodistas darían cualquier cosa; recuerda la escena con que se
iniciaba una película de hace veinte años, las cifras de taquilla de una
película actual, y el mejor lugar para comer tallarines bien calientes con salsa
italiana de queso.
Su día no tiene fin; se inicia al amanecer, y la medianoche
le encuentra preparando las órdenes que quiere ver cumplidas sin demora a la
mañana siguiente. Es frecuente que se afeite, se duche y se vista en su
despacho. Cualquiera que esté realmente al tanto de como son las cosas te dirá
que, si él desapareciera del frenético escenario, se produciría un leve
desbarajuste. Parecería totalmente fuera de lugar en una discoteca, y tiene un
aire vagamente incómodo en los clubes nocturnos donde, por obligación, debe
mostrar a veces su cara de póquer.
El ejecutivo Capricornio de quien te hablo tiene una
extraña base de operaciones que ocupa toda una planta en un edificio de
Manhattan. Además de las habitaciones destinadas a recepción, tiene amplísimo
espacio para su despacho privado. En un rincón hay un gran escritorio circular
para la montaña de papeles que reclaman diariamente su atención. El resto de su
dominio privado está amueblado con dos grandes divanes, varios sillones de
mullido tapizado, mesitas de café, gruesas cortinas, lámparas, bibliotecas y
alfombras gruesas y mullidas. Tiene incluso un comedor, con una mesa del tamaño
suficiente para agasajar a un regimiento, juegos de porcelana, espejos, adornos,
platería y cristales. Las paredes están cubiertas de papel pintado y ornamentan
la habitación varias peceras donde moran carísimos peces tropicales. Uno
pensaría que esta en una casa, no en la atareada oficina de un importante
ejecutivo.
Es exactamente lo que sucede: como tiene que pasar tantas
horas fuera de casa, el jefe Capricornio se la llevó consigo, sin más ni más. Es
posible que otros jefes disfruten en el mundo de los negocios, y les guste estar
lejos de casa, pero a
Como es un saturnino tan típico, los hábitos de este
Capricornio te darán una idea de todos los jefes de este signo. Para los que
trabajan con él se constituye en una bondadosa imagen paterna, severa pero
justa. Insiste en el cumplimiento del deber, y pobre del empleado que se olvide
de dar de comer a sus delicados pececillos. Es raro que levante la voz para dar
órdenes; su tono es áspero, pero normalmente tranquilo, salvo en las raras
ocasiones en que la estupidez o el descuido le hacen gritar. En esas
oportunidades, parece echar chispas. Sus modales formales y serios intimidan a
veces a los visitantes, pero quienes trabajan para él han descubierto su buen
corazón, y no soportan que los de fuera le critiquen... aunque entre ellos,
cuando
Aunque sea gruñón, también puede ser cordial y tímido. Si
le dices un cumplido se le enrojecerán las orejas, aunque rara vez dé muestras
de haberlo oído. Quienes recurren a su caridad siempre conseguirán algo de él, y
si la caridad va destinada a los niños o a los ancianos, pondrá un cero más en
el cheque. Hay que hacerle presente que tiene que descansar y comer algo de vez
en cuando, porque las responsabilidades tienden a hacerle descuidar sus
necesidades personales. De vez en cuando cae en un negro y melancólico bache de
depresión saturnina, cierra la puerta, se queda mirando por la ventana y nadie
se atreve a molestarle. No le pasan las llamadas telefónicas y guardan en la
nevera los problemas hasta que haya superado la depresión. Es conservador en su
vestimenta: prefiere los colores oscuros y el corte discreto, y tiene un reloj
de bolsillo que parece del abuelo y que consulta con frecuencia. En realidad, da
más bien la impresión de trabajar para un banco que para uno de los primeros
cantantes de este mundo enloquecido. La mayor parte de las chucherías que
pueblan su escritorio son antigüedades, generosamente combinadas con borrosas
fotos de su mujer, sus hijos y familiares varios.
Acabo de darte una auténtica imagen del ejecutivo
Capricornio. Si la tienes presente, tendrás una idea bastante exacta de lo que
puedes esperar de cualquier jefe saturnino, incluso el tuyo. Si le queda algún
rato libre, no lo perderá, y esperará que tú hagas lo mismo. ¿El teléfono está
tranquilo? Estupendo: tendrás tiempo para archivar esas cartas. ¿Hoy no tenéis
la agenda muy llena? Pues entonces tienes esas cajas para acomodar en el
almacén. Si eres la secretaria, no te pases las horas de oficina arreglándote
las uñas... y si eres uno de los empleados varones, no te pegues al teléfono del
fondo para hablar con tu chica: tu jefe Capricornio se materializará de la nada,
como un taciturno genio vengador. No sería prudente que tu hermano hippie
viniera a visitarte con la barba y la guitarra mientras tú trabajas; ni siquiera
la religiosa devoción de
Saturno se impresiona siempre ante quienes han alcanzado un
status un poco superior al suyo en la escala del éxito, de manera que si estás
familiarizado con el Quién es quién será un punto a tu favor. Y si no te has
graduado en Harvard o en Yale, preocúpate por lo menos de tener un tío o una tía
que hayan pasado por ellas.
Si te aseguras de que tu jefe sabe que todos los miércoles
invitas a almorzar a tu madre, o que estás pagando los estudios de tu hermano
menor, te asegurarás también un ascenso. Uñas limpias, modales corteses y
gramática perfecta son indispensables, y un trabajo eficaz, sin lamentos ni
quejas, un requisito ineludible. Jamás le tutees en presencia de extraños, ni
susurres una palabra de crítica referente a su familia en presencia de nadie.
Para Navidad, regálale un viejo y cuarteado cuadro al óleo de algún prócer que
consigas en la tienda de un anticuario, o la piedra que recogiste el verano
pasado en el Foro Romano. La historia y el pasado son motivo de reverencia para
Capricornio. Eso si, no le digas que la piedra es robada, porque también
reverencian la honradez. Con servilismo no conseguirás encontrar ni diez
centavos de más en tu sobre de pago, pero si comprendes su corazón solitario te
ganarás su confianza. Tal vez otros le vean como un tipo de disciplina rígida y
corazón de piedra; hazle saber que tú le ves como lo que es en realidad: un alma
tímida y sensible, que en su fuero íntimo anhela ser libre e informal, pero sabe
que está encadenada por las exigencias de Saturno, que le imponen obedecer el
orden, el sistema y la autoridad. Te tratará como si fueras su hijo, dándote una
palmada si te portas mal y una recompensa si eres bueno. Pero no te dejará
abandonado cuando estés en dificultades ni te cerrará la puerta cuando necesites
ayuda. Simplemente, no te olvides de dar de comer a sus peces tropicales.
–Si cada uno se ocupara de
sus asuntos
–dijo con áspero gruñido
La Duquesa–,
iría girando el mundo
bastante más rápido de lo
que gira.
Eche usted un vistazo por su oficina, a ver si puede
distinguirle. Es trampa buscar en las fichas del personal el día del nacimiento.
No vale la pena que se fije en ese tipo original y creativo, de abundantes
patillas y que lleva un collar de dientes de ciervo. También puede tachar al
arrogante que se jacta de sus recorridos por los bares y sus conquistas a la luz
de la luna. Ninguno de ellos es saturnino.
George, tan alegre, y que mantiene a sus compañeros en un
estado de pánico perpetuo con sus no muy oportunas bromas, decididamente no es
Capricornio, como tampoco Louie, con su lengua incansable y sus ideas geniales;
menos aún el nuevo gerente de ventas, que usa corbata ancha de seda de color
naranja y siempre está tarareando alguna canción en las reuniones de vendedores.
¿Qué le parece ese muchacho atareado y de modales
reservados, que usa tirantes y se peina con raya en medio? Si, el que lleva
calcetines grises y tiene sobre el escritorio una fotografía de la familia en un
marco de piel de avestruz. Por lo general llega unos minutos antes de hora y se
va unos minutos después. Tiene la cabeza firmemente asegurada sobre los hombros,
y a sus lápices nunca les falta punta. El personal le llama <<señor>>, los
clientes le llaman <<señor>>, y usted le llama cuando hay algún problema. Es
Capricornio, claro.
¿A quién mas podría usted cargarle una pila de trabajo que
haría tambalear a un caballo, si no es a
La última vez que vio usted una brillante sonrisa de
anuncio de pasta dentífrica debió de ser cuando su secretaria comentó que no
sabía cómo se las arreglarían sin él en la oficina. Capricornio no es de los que
sonríen, ni tampoco de los frívolos y tontos. Tal vez haga alguna que otra
broma, en su estilo retorcido y seco, o eche una miradita discreta a una
muchacha bonita, pero Saturno jamás le permitirá que levante todas las barreras.
La mayoría de las veces,
Tendrá usted que admitir que tiene sus ventajas, y bien
valiosas. Encomiéndele a él que se enfrente con el desagradable y desconfiado
inspector de Hacienda. Cuando Capricornio termine con él, ya no se mostrará tan
desconfiado, y bastante menos desagradable; hasta es posible que esté cortés y
respetuoso. No cualquiera puede intimidar de esa manera a un hombre de
Impuestos. ¿Recuerda a aquel personaje prepotente que quería venderle cintas de
máquina perfumadas por valor de varios centenares de dólares, para levantar la
moral de las secretarias y dactilógrafas? Después de haber hablado dos minutos
con su empleado Capricornio, el pobre diablo, con el aspecto de un suflé
aplastado, estaba llamando al ascensor para bajar.
De alguna manera, uno tiene la impresión de que el empleado
Capricornio está destinado a subir mucho en la vida, pero es difícil entender
como lo consigue, ya que no hay en él nada de agresivo ni de manifiestamente
ambicioso. No es un trepador relumbrante y despiadado. Digámoslo mejor: no es un
trepador relumbrante. A su manera, calma y no demasiado visible,
Por si tiene usted en su oficina alguno de los que son la
excepción de la regla, será mejor que le hable de un Capricornio que conocí, que
trabajaba en una cafetería. Debía de tener ascendente Leo, o tal vez cuando el
nació
Pese a sus desaforados amoríos, cuando llamaba por teléfono
a su novia lo hacía con tono tierno y protector. Un hombre que se hubiera
atrevido a usar lenguaje rudo en presencia de ella no lo habría intentado dos
veces; Capricornio aclaraba que ella era una dama. Con sus padres era sumiso y
respetuoso, y a cualquiera que pasara de los cincuenta años le trataba con una
cortesía lindante en la reverencia. Con los niños era tan dulce como una madre
de Whistler. Ante las personas famosas y poderosas se convertía en un humilde
admirador. Constantemente estaba contando a conocidos y desconocidos que una vez
había viajado en avión sentado junto a una encantadora actriz de cine, o
evocando la ocasión en que le invitaron a una recepción en la mansión del
Gobernador. Todo lo que compraba. Incluso los zapatos italianos, lo compraba al
por mayor. Ganaba sin discusiones el primer premio a quien daba menos propinas
en la ciudad, y jamás gastaría un dólar allí donde pudiera ahorrarse un centavo.
En otras palabras, por debajo de la fachada ostentosa se destacaba una
naturaleza típicamente saturnina. Esa Cabra, aparentemente agresiva y
extrovertida, se sonrojaba ante un cumplido, y se mostraba dolorosamente tímida
ante cualquiera que le pareciera ocupar un lugar de privilegio. Si necesita
usted mas pruebas de que era un autentico Capricornio, pues le diré que terminó
por comprar la cadena de cafeterías. Y de paso, no arriesgo su propio dinero en
esa temeraria operación, sino el de otra persona.
El típico empleado Capricornio es escrupuloso casi hasta la
exageración. Si comete una equivocación o un error de juicio, se siente
desdichado. Fracasar en su trabajo le deprime. Si usted le necesita, volverá a
la oficina a trabajar horas extras, pero no le gustara que le hagan perder la
ocasión de cenar en casa, con su familia, demasiadas veces.
Para trepar a la montaña que le interesa, su empleada
Capricornio seguirá el mismo sistema que los varones de su signo. Nada la
apartará de su decisión de alcanzar un puesto de autoridad en la empresa, o de
casarse con el jefe. Cual de las dos alternativas puede seguir no tiene mayor
importancia, mientras ella salga adelante. Es una mujer que no irá a trabajar
con pestañas postizas ni brazaletes tintineantes, y a la que nunca encontrará
usted devanando sueños en su escritorio. Una Cabra de su sexo es toda una dama,
que no levanta la voz al hablar ni se complace en habladurías. Para ella hay
cosas más importantes que quien tiene una aventura con quien o que dijo la
telefonista cuando la dactilógrafa llegó tarde del almuerzo. Pasadas las horas
de oficina, es posible que muestre un poco mas de curiosidad. A veces, la mujer
de Saturno vive, por interpósita persona, de los detalles de ajenos romances,
pero es raro que se permita hablar de esas cosas en el tiempo que corresponde a
su trabajo. Es bastante lógico, pues es posible que algún día el jefe sea su
marido. Y –justo es reconocerlo– hay otra razón. Todas las de su signo tienen
gran sentido del deber, respeto por sus superiores y una íntima disciplina que
las lleva a abstenerse de perder el tiempo en la oficina.
De uno u otro sexo, los empleados Capricornio son prácticos
y ordenados. Les disgusta la gente que llega tarde al trabajo y que pierde el
tiempo charlando. Detestan los métodos que no sean seguros o los procedimientos
carentes de sentido común, y reorganizarán los sistemas de la oficina para tener
la seguridad de que todo funciona con la debida eficiencia. No todos ellos son
banqueros, maestros y tenedores de libros. También son excelentes
investigadores, dentistas muy capaces, ingenieros y arquitectos brillantes, y se
destacan en el comercio y en la política. Muchos son joyeros, ministros,
gerentes de hotel, empresarios de pompas fúnebres, marchantes de arte o
antropólogos, pero sea cual fuere la ocupación que elijan, se la toman en serio.
No olvide usted que la gente de Saturno tiene su aspecto
creativo; tal vez su empleado Capricornio tenga algún hobby que le deje a usted
sorprendido. Si es pintor aficionado, es posible que sea muy bueno. También
puede ser músico, hacer incursiones por la escultura, vender propiedades, sacar
partido de sus dotes de jardinero, cantar en un coro o trabajar en un teatro de
aficionados. Su corazón está muy próximo a la cultura, y a la madre tierra
también. Sus verdaderos amores son su familia, su hogar, su trabajo, el dinero,
el prestigio, los libros, el arte y la música, en ese orden. Encargue usted a
Aries, Leo, Géminis o Sagitario que se hagan responsables de los viajes que
necesite la empresa: a Capricornio puede darle urticaria de solo ver una maleta.
Y aunque la cosa no sea tan grave, preferirá tomar un tren antes que un avión. Y
además, ¿quién va a mantener las cosas en orden mientras él no esté? Recuerde lo
que sucedió el verano pasado, cuando