PISCIS, EL PEZ
Del 20 de febrero al 20 de marzo

Oh, criatura de frente pura y despejada

¡con ojos de ensoñación y asombro!

Aunque huya fugaz el tiempo, y tú y yo

estemos media vida separados,

tu radiante sonrisa saludará sin duda

el presente de amor de un bello cuento de hadas.

Como reconocer a Piscis

¡Calladita, mi amiga, en la falda de Alicia!

Mientras empieza el banquete, dormiremos la siesta;

cuando el banquete termine, nos iremos al baile,

la Reina Roja, y la Blanca, y Alicia y su donaire.

Llenar después los vasos de tinta y de azahar

o de cualquier otra cosa, grata de tomar.

 

Si te aconteciera ver a un Piscis de cajero en un banco, o de presidente, incluso, te encontrarías frente a un ejemplar muy raro. Son muy pocos los de este signo que pueden aguantar verse confinados durante largo tiempo en un solo lugar. Tendrás mas suerte si los buscas en una sesión de espiritismo, o visitando una galería de arte, aunque también es posible en un convento o monasterio, lo mismo que si te vas a un concierto o acudes a ver el espectáculo de algún night–club. También podrías probar en una Sociedad de Escritores, darte una vueltecita por un teatro, entre bambalinas, cuando acaba la función o conseguir que te inviten a tomar el sol en algún yate.

Lo más probable es que de cualquiera de esas corrientes salgas con una pesca bastante buena. Cuanto más creativo y artístico, más ocioso y esotérico sea el ambiente, mas peces encontrarás. Sacarás la red llena de ejemplares coloridos y resplandecientes, si la echas en un cóctel o en un baile de gala. Hasta puede ser que pesques un par de truchas, o alguna especie exótica, como la princesa Lee Radziwill.

La gente de Neptuno tiene pocas ambiciones mundanas. A la mayoría de ellos les importa un comino el rango, el poder o el liderazgo, y tampoco la riqueza les atrae demasiado. Pocas personas de este signo habrá que lleguen a hacer dinero, como no lo obtengan por herencia o por matrimonio. Claro que eso no quiere decir que tengan nada en contra de él; aceptarán mas conciencia que la mayor parte de nosotros de sus cualidades temporales.

Sea quien fuere el que dijo que no le interesaba ser millonario, sino vivir como si lo fuera, reflejaba con toda exactitud la filosofía de Piscis. En el corazón típico de Neptuno no hay cabida para la codicia; le caracteriza una falta de intensidad, casi una despreocupación sobre el mañana, acompañada de un conocimiento intuitivo del ayer y una placida tolerancia de hoy. Para los peces, sean reales o humanos, nunca es fácil luchar contra la corriente. Lo mas común y lo que exige menos esfuerzo, es seguirla dondequiera que les lleve. Pero nadar contra la corriente es el desafío que tiene que afrontar Piscis, y la única manera que tiene de encontrar alguna vez paz y felicidad auténticas. Para los que nacieron bajo este signo solar, seguir el camino fácil es una trampa, un cebo apetecible que les seduce, pero que esconde el peligroso anzuelo: una vida desperdiciada.

El Pez te dejará impresionado con su naturaleza ociosa y el encanto de sus modales. La mayoría de las restricciones lo dejan indiferente, si no le privan de su libertad de soñar y de ir buscando su camino en la vida. Más indiferente se queda aún ante los insultos, las recriminaciones y las coléricas opiniones de otra gente. Dile a Piscis que la sociedad está en decadencia, que el gobierno se viene abajo, que la contaminación nos llevará a todos a la tumba y que el mundo no tiene remedio, y bostezará o te mirará con una sonrisa encantadora o tal vez parezca vagamente apenado. Son muy pocas las cosas que le mueven a una acción o a una reacción violenta. Claro que el Pez no es totalmente apático; también tiene su genio. Cuando por fin se exaspera, puede ser mordaz y sarcástico, y demostrar que es rápido y cáustico de lengua. Los neptunianos pueden azotar furiosamente con la cola y desparramar torrentes de irritación y de nervios, pero los nativos típicos del signo seguirán normalmente la vía de menor resistencia, y las frescas aguas de Neptuno diluirán continuamente su ira. Irritar al Pez hasta conseguir que pierda los estribos es como arrojar un guijarro en el transparente espejo de un lago. Se producirán algunas ondulaciones, pero la superficie no tardará en volver a la calma.

Cuando conozcas gente de Piscis, fíjate primero en los pies. Serán notablemente grandes (sobre todo en los hombres) o bien enormes y proyectados hacia afuera como los de una lavandera fatigada. También las manos de Piscis pueden ser menudas, frágiles y exquisitamente moldeadas, o si no, huesudas y grandes como jamones, como si estuvieran hechas para empuñar el arado. La piel es de una suavidad de seda, el pelo fino, con frecuencia ondulado y por lo común claro (aunque también hay bastantes Peces castaños). Ojos líquidos, de parpados pesados, llenos de luces extrañas. Frecuentemente, aunque no siempre, serán un poco salientes y bulbosos, ojos que se imponen. Hay algunos que tienen ojos bellos, simplemente; no hay otra palabra para describirlos. Los rasgos son elásticos y móviles, y en ellos los hoyuelos predominan sobre las arrugas. Los Piscis no suelen ser altos, son a veces de cuerpo un tanto desgarbado, hecho que queda oculto por su gracia extraordinaria. Dan la impresión de que flotan en lugar de caminar, como si nadaran a través de la habitación o por la calle. Y a veces realmente es así.

Puede ser que adore el agua helada, que se tome diez tazas de te o de café por día, que se muera por las gaseosas o que suspire por algo mas fuerte. Como pasa con los de Escorpio y los de Cáncer, para los nativos de Piscis es prudente no acercarse siquiera al alcohol. Son muy pocos los neptunianos que pueden tomar un cóctel en una fiesta, y quedarse ahí. Algunos hay, claro; pero son demasiados los que encuentran en el licor una seductora solución para sus problemas, algo que les arrulla gratamente con una falsa sensación de seguridad... pero es un arrullo peligroso. Claro que no todos los Peces que se beben un coñac con el café terminan en el alcoholismo, pero el porcentaje es más alto de lo que debería.

El Pez nació con el deseo de ver el mundo a través de cristales de color rosado. Bien conoce él el lado malo de la humanidad, pero prefiere vivir en su propio mundo sereno y acuoso, donde todo es hermoso y todas las acciones nobles. Si la realidad le resulta demasiado terrible de afrontar, es frecuente que huya a refugiarse en rosadas ensoñaciones con cimientos de plumas, y ni la mas remota posibilidad de realizarse. Cuando la vida lo lanza a chapotear, con una verdadera panzada, en las aguas estancadas del fracaso y de la desesperación. en vez de salir de un salto de ese peligroso fango, el Pez se inclina mas bien a esconderse tras las ilusiones de color verde pálido que le impiden tomar decisiones prácticas. Al verse rechazado, Piscis tiende excesivamente a afrontar la fealdad del fracaso insistiendo en sus falsas esperanzas, cuando un decidido cambio de rumbo o una actitud nueva y enérgica podrían llevarle a un éxito real y no imaginario.

No todos los nacidos en marzo caen en la típica trampa de Neptuno, pero si los suficientes como para que la advertencia sea necesaria. El escritor Piscis puede ceder a la tentación de holgazanear durante años en los bares, con el pretexto de estar reuniendo material, cuando en realidad lo que hace es juntar musgo y cuentas sin pagar. El artista Piscis que no consigue el mecenas que buscaba puede dedicarse a pasear día tras día por el parque, diciéndose que está estudiando la naturaleza para pintar el fondo de su obra maestra, mientras en el estudio los pinceles se le llenan de polvo. ¿Donde está el ángel que le respaldará cuando las tejas reflejen su gloria? La mujer Piscis, librada a si misma, con un ingreso fijo que le alcance para tener un techo sobre la cabeza y un paquete de algas en el armario, tendrá tendencia a pasarse horas soñando, recordando con ternura el ayer, esperando nebulosamente el mañana y perdiéndose el radiante sol de hoy. El actor, el compositor, el músico... tú mismo puedes imaginarte la historia.

Tal vez hayas leído en alguna parte que el símbolo de Piscis, los dos peces que nadan en direcciones opuestas, indica que el neptuniano se encuentra desgarrado por la dualidad de sus deseos, pero no es así. La dualidad de sus deseos es característica de Géminis. Los dos peces en direcciones opuestas simbolizan la opción que se le ofrece a Piscis: la de nadar hacia arriba, o la de nadar hacia abajo, sin jamás alcanzar sus metas. Piscis debe aprender que de alguna manera debe servir a la humanidad, y evitar las posesiones mundanas. Einstein, uno de los Peces que remontaron la corriente, dio forma a todo un mundo nuevo del tiempo relativo. Los Peces que nadan con la corriente sirven lavando platos o paleando nieve. Siempre hay una elección posible, porque jamás falta algún talento excepcional, pero el Pez –cuyos ojos ven claramente hacia ambos lados– a veces tiene dificultades para ver hacia adelante. Es habitual que Piscis se retraiga, ya sea a las alturas sublimes de una sacrificada vida profesional, o buscando refugio en estimulantes, emociones artificiales y falsa excitación.

Aunque Piscis retrocede ante la competencia, el impulso de Neptuno es tan fuerte que atrae a muchos de ellos, a los tímidos incluso, hacia el brillo de las candilejas, donde pueden echar mano de su fabuloso don interpretativo para proyectar múltiples emociones. Pese a su natural timidez, es frecuente que se conviertan en los mejores intérpretes de la profesión teatral, pero solamente si combaten el disgusto que les provoca el duro esfuerzo de repetidos ensayos y el aburrimiento de los monótonos –pero necesarios– años de experiencia. A veces, la crueldad de los críticos deja tales cicatrices en su ánimo sensible que no es raro que un Barrymore o una Bernhardt en potencia se retiren cuando estaban ya al borde de la fama. La memorización no suele ser problema; la memoria del pez es legendaria, aunque si es desfavorable la influencia de la Luna o de Mercurio, son capaces de olvidarse hasta de su propio número de teléfono.

Para todos los Piscis, desde el pescador del embarcadero hasta la enfermera del hospital de niños, la vida es un enorme escenario. Para el ojo reflexivo del Pez, toda la escena es evasiva y huidiza; como lo saben, los neptunianos aceptan la mayor parte de las tormentas con tranquilo equilibrio. El abatimiento, sin embargo, amenaza siempre con invadirles e inundarles de sueños extraños u horripilantes pesadillas que más de una vez son premonitorias. Cuando Piscis tiene la sensación de que va a suceder algo, generalmente sucede. Si uno de ellos te dice que no viajes en ese avión o en ese coche, mas vale que te hagas a la idea de ir nadando o caminando.

Cuando hablan de un alma vieja, los astrólogos se refieren a una que ha pasado por muchas vidas y ha retenido la sabiduría de cada una de ellas. Muchas veces se refieren a algún Piscis, porque una vida en este signo puede tanto la más difícil de las obligaciones que pueda elegir un alma como una ocasión de alcanzar la realización perfecta. En tanto que Aries representa el nacimiento en el zodiaco, Piscis representa la muerte y la eternidad. El Pez es el duodécimo signo, compuesto de todo lo que ha sucedido antes, y su naturaleza es una mezcla de todos los otros signos, es decir, algo bastante difícil de hacerle frente. Su sorprendente capacidad de organización y de concentrarse en los detalles, que ocasionalmente aflora, lo mismo que su gentileza, refleja el íntimo conocimiento de las lecciones de Virgo. Su juicio es tan equilibrado y desinteresado como el de Libra, al igual que su amor por el placer. Piscis tiene el chiflado sentido del humor de Cáncer, y también su simpatía y esporádicos malhumores. A veces está lleno de franqueza directa y de la generosidad de Sagitario, puede ser tan amante de la diversión y extrovertido como Leo, sin mengua de la consagración al deber de Capricornio, de quien también tiene la envidia de las distinciones sociales. Es posible que no les falte un toque de melancolía saturnina, y tal vez algo más que un toque. El Pez puede ser tan caprichoso como los hijos de la Luna y tan feliz como el león. Le gusta burlarse y analizar en el estilo de Acuario, y rebosa muchas veces el idealismo y entusiasmo, como Aries, aunque por lo común sin el entusiasmo marciano. Una persona de Piscis puede moverse con la rapidez de Géminis e igualmente hablar y pensar con la misma celeridad. Tiene el lucido ingenio de Mercurio y la delicada gracia de Venus, combinados con la mística penetración de Escorpio, pero sin su condición despiadada.

Piscis lleva en su interior la afición discutidora de todos los signos de aire, amor de la naturaleza de los signos de tierra y las llameantes aspiraciones de todos los signos de fuego. Pero no es signo cardinal ni fijo. El Pez es mutable siempre y, en este aspecto, puro y no diluido. La única y peculiar cualidad que tiene origen en el interior de su propio signo es su extraño poder de salirse de sí mismo y ver el ayer, el hoy y el mañana como una unidad. Debe a otros signos su amor a la música y al arte, lo mismo que el extraordinario desarrollo de sus sentidos y su versatilidad, pero su profunda sabiduría y su compasión le pertenecen solamente a él, que los va entresacando del conocimiento combinado de todas las experiencias humanas. Ahora que entiendes todo esto, ¿sigues maravillándote de que tus amigos Piscis sean a veces un poquito enigmáticos, por no hablar de las ocasiones en que son simplemente más locos que una cabra?

Son gente que tiende a pensar que puede vivir eternamente, y es frecuente que actúen como si lo creyeran con fervor. El Pez no se caracteriza por lo bien que se cuida. Lo mas fácil es que gaste la mayor parte de su energía sobrante (que no tiene en exceso) ayudando a los familiares que tienen problemas o asumiendo las cargas de sus amigos. Es posible que tenga dificultades emocionales o económicas, y cualquiera de ellas puede tener graves efectos sobre la salud de Piscis, que en general no es muy buena, para empezar. El Pez debe ahorrar sus energías y no dejarse sucumbir a los estimulantes o sedantes, a la fatiga o a la presión de emergencias ajenas. De bebés son muy débiles y apenas si un poco mas robustos cuando niños (salvo que tengan alguna fuerte influencia marciana en su carta natal); aparentemente tienen el metabolismo lento, y a eso se debe que con frecuencia se despierten todavía soñolientos e indiferentes. Los malos hábitos alimenticios pueden provocarles problemas con el hígado y los intestinos, y perturbaciones digestivas. También son comunes los accidentes –o alguna anormalidad– en los pies, manos y caderas, e igualmente los resfriados, la gripe y la neumonía. Los pulmones no son fuertes, y los nacidos en marzo pueden tener débiles los tobillos y los dedos de los pies. Son gente que sufre de pies planos y de lesiones en el metatarso, o bien que tiene unos pies estupendamente flexibles y fuertes, sin que haya termino medio. Sin embargo, tienen gran resistencia interior, y uno de los desafíos de Neptuno es el descubrimiento y el aprovechamiento de esta fuerza latente. La gente de Piscis puede conseguir o superar, auto hipnotizándose, todo lo que se proponga, incluso su miedo a los gatos, los ratones, las alturas, el metro, los ascensores y la gente.

El humor es una de sus armas secretas. Los Piscis esconden bajo una sonrisa crispada las lágrimas que no vierten. Son maestros de la sátira y pueden hacerte retorcer bajo una observación brillante que te lanzan de manera tan despreocupada que es imposible entender su sentido exacto o su intención. Sí, puede hacerte sentir decididamente incómodo. El Pez puede desparramar a su alrededor observaciones sarcásticas como si fueran luces que parpadean con tal rapidez que uno no puede seguirlas. Para las bromas es excelente, muy capaz de mover en todo el mundo los hilos de la risa mientras él sigue con su cara doliente v seria. Está capacitado y sabrá desenvolverse con igual gracia en la comedia de bofetadas y en la broma más sutil y compleja. A veces, su humor es cálido e inofensivo, otras es frío y despiadado, pero encubre siempre alguna otra emoción que el Pez quiere ocultar; rara vez es espontáneo. Las carcajadas del pez son una máscara, tras la cual se esconde perfectamente.

Alberga un gran sentimiento de piedad y un gran deseo de ayudar a los débiles y enfermos. Es posible que Piscis comparta con Virgo la compasión por los enfermos, pero él da un paso mas y procura entender el corazón de los desdichados y de los solitarios, de los fracasados e inadaptados, por desagradables que sean o por mas que los rechace la sociedad. El Pez consolará dulcemente a quienes Virgo considera débiles por propia elección, y consiguientemente indignos de ayuda. Si necesitas dinero, un préstamo importante o un pequeño estimulo que nadie quiere darte, ve en busca de Piscis, que no te encontrarás con sermones ni con miradas de superioridad. Él no juzga a nadie, sea ladrón o asesino, drogadicto, pervertido, pecador, santo, hipócrita o mentiroso. Si es un neptuniano típico, la avaricia, la lujuria, la pereza y la envidia no despertarán su crítica colérica. Su comprensión fluye de el, junto con cualquier ayuda practica que pueda ofrecer. Percibe todos los vicios y todas las virtudes, y conoce todas las añagazas. Por eso son muchos los Peces que visten el hábito de sacerdote o del monje y pasan la vida en la contemplación y en la plegaria.

Su primer instinto es ayudar. Hay Piscis que son ásperos y bruscos, pero eso no es más que una frágil máscara que se ponen para protegerse. El Pez se da cuenta muy pronto de cuan vulnerable es. El mundo aun no está afinado para la longitud de onda, tan sensible, de Piscis, de manera que a veces (no solo para evitar el ridículo, sino también para evitar que cada vez le saquen el último centavo) finge indiferencia. Las imposiciones de los que quieren pasar por encima de el obligan al Pez a ocultar su verdadero espíritu. Como la profundidad de las aguas de Neptuno le lleva a absorber todos los dolores y todas las alegrías como si fueran propios, no hay por que asombrarse de que muchos de este signo traten de no prestar atención a las historias tristes. Pero recuerda que eso es ficción: si te rechaza una vez, intenta de nuevo y verás como el verdadero Pez sube a la superficie.

La gloriosa imaginación de Piscis, la maravilla de su humor travieso y el sentido neptuniano de la belleza pueden crear la mas delicada –y también la mas eternamente perdurable– obra de prosa o poesía. En realidad, sin sus esfuerzos artísticos y la belleza de sus sentimientos el mundo poco podría hacer; dejaría de girar. Encontrarás con frecuencia Peces que han enterrado sus propios sueños para iluminar oscuros rincones de la vida de parientes y amigos, o para hacer don de lágrimas y risas al público, desde un escenario, al precio de los propios anhelos y necesidades. Pero Neptuno es un planeta engañoso, capaz de dar nacimiento a naturalezas que se retuercen y giran en dos direcciones a la vez, deformando la verdad; esta es la influencia que a menudo hace que Piscis oculte sus verdaderas emociones.

Esa cualidad tespiana se hace evidente para quien alguna vez haya intentado acorralar al Pez, relampagueante y fugitivo. A Piscis le enferma responder con un si o con un no a la pregunta directa; es siempre <<tal vez>>. Una simple curiosidad referida a la obra de teatro que acaba de ver o al libro que ha leído puede obtener una respuesta evasiva, sin ninguna razón en particular. Piscis puede conectar las lágrimas, y un segundo después el sol, dando vuelta a una llave invisible, pero ninguna de las dos cosas es realmente auténtica. Con Piscis todo es ilusión, y a ellos mismos se les hace difícil establecer la diferencia. Su naturaleza íntima es tan insondable como los grandes océanos de Neptuno. Altruista, el Pez rebosa de un amor tierno e inagotable por todos los seres vivientes, un amor digno de los santos cuando no se vuelve hacia adentro en forma de autocompasión y de amor de sí mismo. Esas amas de casa gregarias, que dan cabida en su corazón a los problemas de todos los vecinos, ese camarero que semana tras semana escucha pacientemente centenares de historias de infortunio, son típicamente de este signo.

Suspendido en algún punto entre las silenciosas aguas del mar por debajo y el vasto cielo tachonado de estrellas por encima, tocando apenas alguna vez la tierra por necesidad, Piscis vive su vida en una solitaria comprensión de la verdad, difícil de expresar en palabras. Los que quieran ser sus amigos, los que le amen, deben valerse de su imaginación para captar los extraños planos en que se mueven la mente y las emociones del Pez. Los otros dos signos de agua –Cáncer y Escorpio– están simbolizados por criaturas semiacuaticas, semiterrestres, anfibias y flexibles, pero el pez no puede respirar en el aire. Debe vivir en aguas verdes y frescas, a veces fangosas, siempre en movimiento.

A Piscis no le representa el hierro ni el mercurio, el oro ni el plomo, sino las vibraciones de los indefinibles metales artificiales: de nuevo, un eco de lo irreal y lo ilusorio. Él se ve reflejado en tres dimensiones en el violeta de la amatista y en la transparencia de la esmeralda, y sus flores natales son las ninfeas y el loto, cuyos pétalos son rosados y blancos, delicados, pero con el tronco y las hojas de fibras resistentes, recias e indestructibles, a menos que sean arrancadas de raíz. No son muchos los que pueden seguir a Piscis y sumergirse en su acuática naturaleza marina, no importa si nada corriente abajo hacia el olvido, apenas una forma más en el cardumen vasto y movedizo, o si lucha contra la corriente para vencer la turbulencia de los rápidos y encontrar la serenidad en aguas tranquilas y puras. Es mas fuerte de lo que cree y mas prudente de lo que sabe, pero Neptuno oculta ese secreto mientras él no lo descubre por sí mismo.

Personalidades Piscis famosas

 


Edward Albee

Harry Belafonte

Elizabeth Browning

Luther Burbank

Enrico Caruso

Frederic Chopin

Grover Cleveland

Albert Einstein

G. F. Handel

Jackie Gleason

George Harrison

Rex Harrison

James Madison

Miguel ángel

Liza Minnelli

Vaslav Nijinsky

Rudolf Nureyev

August Renoir

Rimsky–Korsakov

David Sarnoff

Dinah Shore

Conde de Snowden

Svetlana Stalin

Tohn Steinbeck

Ben Hecht

Victor Hugo

Ted Kennedy

Elizabeth Taylor

Earl Warren

George Washington


El hombre Piscis

No somos, cariño, más que niños mayores,

irritados porque la hora de acostarnos se acerca.

William Shakespeare, aunque era Tauro, dejó este mensaje que viene como anillo al dedo a cualquiera que este pensando en un episodio con un hombre Piscis:

En las cosas humanas hay una marea,

que si se la toma a tiempo conduce a la fortuna;

para quien la deja pasar, el viaje de la vida

se pierde en bajíos y desdichas.

 

Si estás a punto de perder el equilibrio por un neptuniano, deberías colocar esos versos en el espejo de tu polvera, donde puedas verlos cada vez que te empolvas la nariz. Es posible que de ellos dependa el éxito o fracaso de tu futuro, por no hablar de tu corazón.

Trata de desenmarañar tu rosado estado anímico para asegurarte de que ese muchacho Piscis con quien estás a punto de salir a nadar a la luz de la Luna sabe cuando sube la marea. Si la toma en buen momento, tienes toda la suerte que puede tener una mujer. ¡Adelante, hacia la fama y la fortuna! Pero si por casualidad tu galán Piscis no puede ver la marea porque tiene los ojos llenos de polvo de estrellas, y la deja pasar... bueno, será mejor que te advierta que esos bailes neptunianos pueden desembocar en algunos de los momentos mas angustiosos que te toque vivir.

Un Piscis puede ser todo lo que tú quieres encontrar en un hombre... o todo lo que no quieres encontrar en él. Si hablamos de negocios, la marea es sinónimo de oportunidad; necesita una decisión firme, acción determinada y capacidad para ahogar los viejos sueños empapados que obstruyen el éxito. El problema es que hay hombres Piscis que no reconocerán la marea alta, por más que esté lamiéndoles los pies.

El hombre Piscis no es débil; simplemente, puede demorarse demasiado en una tenue estrellita de plata y perderse el resplandor solar del éxito. No todos ellos son inactivos soñadores, pero mas de los que puedes dispersar arrojando una piedra, si. Sin embargo, hay esperanza; donde hay vida, siempre hay esperanza. Aunque el mundo necesite desesperadamente de su imaginación encantadora, llega un momento en que Piscis tiene que pararse a pensar sobre la forma de ganarse los garbanzos. Una vez que lo hace, le sale bien, porque la intuición neptuniana, unida a su mente despierta, puede orientarle hacia objetivos sensatos que le reporten la fama y el reconocimiento, e incluso la riqueza y la inmortalidad. Y si no es para tanto (ya que no siempre se da en el blanco), por lo menos la respetabilidad y una cómoda seguridad. Esperamos que sea ese el tipo de Pez con el que tú navegas. En esas circunstancias, prácticamente ningún otro signo solar es capaz de frenar su potencial.

Sin embargo, si para los veinticinco años más o menos no ha reconocido la marea en sus negocios, francamente... no pongas muchas esperanzas en su futuro. ¿Te parece injusto? Bueno, digamos entonces a los treinta y cinco, pero ya estás corriendo un riesgo. Cuando he dicho que no pongas muchas esperanzas en su futuro, quería decir contigo, como esposa... con la rutina familiar. Su futuro personal puede ser más o menos satisfactorio. Son muchos los hombres de Piscis que no pueden enterrar sus viejos sueños para descubrir ideas nuevas que les lleven al éxito, pero viven muy satisfechos, ya que lo único que necesitan es ese sueño, por oxidados que tenga los bordes. Agrégale una jarra de vino, una buena hogaza de pan de centeno, y se sentirá tan feliz como la mayoría de nosotros los inadaptados. ¡Ah! Te has dado cuenta de que falta enumerar algo. Es una hogaza de pan de centeno, una jarra de vino y tú... ¿no? Me alegro de que recuerdes los Rubaiyat. Pero, como ves, si me he olvidado de <<Tú>> ha sido a propósito. Ese artista soñador y sensible que es el Pez puede arreglárselas muy bien con pan y vino... y hasta engordar. Pero con esa dieta no podrá mantener a una mujer, de uno a cinco paquetitos de alegría, y, quien sabe si algunos peces de colores (teniendo en cuenta su signo solar). Vosotros necesitaréis cosas como medias y cosméticos y zapatos y espinacas y dinero para el alquiler y para el apio y la leche y las bombillas de la luz y... bueno, bien sabes tú a que me refiero.

Con ese tipo de Pez no hay más que una forma de salir adelante: que tú tengas herencia. Aunque también hay otra: tener dos trabajos, uno para ti y otro para él, y que tú trabajes en los dos como el demonio mismo.

No, si yo no digo que no vayas a ser feliz en las horas románticas. Romanticismo es, precisamente, lo que jamás le faltará a ningún Piscis que haya nacido en este mundo. Es casi el aire que respira. Lo que pasa es que no sirve para sustituir las espinacas ni los zapatitos del bebé, ni tu salud mental. En su sabiduría, los planetas se ocupan de semejantes complicaciones de la vida dando la mar de oportunidades a este tipo de Pez soñador y mundano, hasta convertirlo en su protegido. Si encuentra quien le patrocine, hombre o mujer (el último caso es mas posible, pero puede ser cualquiera de los dos), puede llegar a convertirse en un gran compositor, un gran pintor, un gran escritor... o por lo menos un gran tipo. Pero, ¿como encontrar quien le patrocine, y menos si es una mujer, teniéndote a ti y a todos los paquetitos de alegría y a los peces de colores y todo lo demás que obstruye la artística simplicidad de su existencia?

Tendrás que admitir que así la cosa no funciona. Mejor que vayas diciéndole adiós desde ahora. Llorarás un poco, y es posible que te duela, y profundamente, incluso. Pero será menos doloroso que estar casada con un sueño andante y parlante, y tener que hacer frente al propietario de la casa sin tener en el bolsillo otra cosa que buenos deseos. Eso si que duele.

Ahora que no nos hemos andado con paños tibios para hablar del Piscis del pan y del vino, podemos ocuparnos del otro, del que ha sabido tomar a tiempo la marea. Es evidente que tiene un atractivo fantástico para cualquier chica; siempre hay la posibilidad de que te resulte un Einstein o un George Washington, que será una maravilla. No podrías pedir mucho mas, aunque me imagino que Einstein debía pasarse los fines de semana un tanto sumergido en sus ecuaciones, y tal vez a George le quedaran pendientes algunos problemas de su despacho, cuando volvía a casa por las noches. Pero no hay que pretender tampoco la perfección. Hasta un Capricornio, tan práctico, o un Aries con su impulso agresivo pueden tener sus pequeños fallos. La cuestión es que un Pez que se esfuerza por remontar la corriente tendrá múltiples oportunidades de poner a sus pies esos dones gemelos de la fortuna y la fama. Y en otros sentidos también, es todo un hombre.

Un hombre Piscis no tiene prejuicios; jamás juzgará a un indio sin haber caminado unos cuantos kilómetros con sus mocasines, ni a un nudista sin haber probado a andar descalzo. E incluso entonces será comprensivo y no exagerará la nota crítica. Piscis escasea en acusaciones frías y abunda en cálida tolerancia. Se esforzará incluso por entender a su suegra, y ¿cuántos son los hombres que lo hacen? El varón de Neptuno posee una rara simpatía de espíritu. Sus amigos confían en él y no se preocupan nunca de que algo pueda escandalizarle; hace falta una bomba de demolición para escandalizar al Pez. Si tú y tu enamorado Piscis estuvierais conmigo en una habitación, y entrara un hombre diciendo que estaba un poco preocupado porque era polígamo y tenia cuatro esposas en cuatro países diferentes, tal vez tú le mirarás con indignación, pensando que merecía ir a la cárcel; yo podría fulminarle con desdén y tratarle de canalla, pero tu amigo Piscis le preguntaría probablemente en que países, y querría saber si estaba enamorado de alguna de ellas. El Pez es curioso, pero totalmente a prueba de escándalos. En su opinión el muchacho necesita primero que le entiendan y se compadezcan de él, y después un abogado competente.

Alguna vez, accidentalmente, puede traicionar un secreto, pero nunca a propósito. En ocasiones, Piscis habla antes de darse cuenta del daño que puede causar con sus palabras; se le hace difícil entender que lo que dice puede tal vez ser interpretado bajo una luz desfavorable por personas mas severas y de actitud menos tolerante. (Por ejemplo, tendría que pensarlo un poco para entender que a la gente como su hermana o tu madre no le preocupen las dificultades domésticas del pobre polígamo.) Sin embargo, si una vez se le pide específicamente que se guarde algo bajo la aleta, el Pez se callará la boca y será de fiar, de modo que puedes confiarle tus secretos más siniestros.

Alguna vez te encontrarás con una victima de la influencia desfavorable de Mercurio, que hable muy rápido, con fluidez y frecuentemente. Pero el neptuniano típico es lento en el hablar, sosegado en el pensar, y trata de no meterse en lo que no le importa, aunque esté continuamente abrumado por los problemas de amigos, parientes y vecinos, que fluyen hacia él atraídos por su don de escuchar. También tu sentirás la tentación de confiarle tus pequeñas preocupaciones: que se te ha roto el secador del pelo, tu padre está con sinusitis y el saldo del banco no te da exacto, pero trata de evitarlo. Si hay algo que un marido o un novio Piscis no necesita, es que lo carguen de más tribulaciones. Ya ha recibido bastantes a lo largo de todo el día. A montones. Cuando está contigo, necesita un alivio. El varón no tiene la intención de abusar del Pez; simplemente, no se dan cuenta de que la naturaleza de Neptuno es tan receptiva que se empapa de todas las vibraciones que hay a su alrededor, buenas o malas, alegres o terribles, oscuras o luminosas. Esa vida de esponja espiritual puede ser psíquicamente agotadora, cualquier místico te lo dirá. (Muchos de ellos son Piscis.) Su sensibilidad significa que percibe vívidamente las emociones de quienes buscan su oído y llegan a su corazón. El varón Piscis suele necesitar largos periodos de descanso. El alma de Neptuno debe estar sola a veces, para que pueda dejarse atravesar por brisas refrescantes que curen las heridas de todos esos problemas vividos a través de otros y la devuelvan a su individualidad serena e impoluta. Por ello, nunca incomodes a un hombre Piscis en sus momentos de silencio, que los necesita como el pan. Si tiene ganas de estar solo o de salir a caminar solo, déjale que vaya. Demasiada soledad de dos puede arruinar la belleza del amor de Piscis, que necesita espacio para crecer sin enmarañarse.

Recuerda que el Pez es sensible y que es fácil herirle. Su timidez se debe a que percibe dolorosamente sus propias limitaciones, sean cuales fueren, y las siente agudamente. Necesita saber que sus virtudes son reconocidas por alguien a quien él admira. Jamás debes de alentarle y estimularle. Es probable que haga incursiones por el yoga y el zen, o que experimente con las ciencias ocultas, y también que se interese por la astrología y la numerología, e incluso por la reencarnación. Como el Escorpio, en él es innata la comprensión de los principios esotéricos, y por lo general esas cosas le hacen bien: le ayudan a mantener la estabilidad de sus emociones y ofrecen un objetivo a su vívida imaginación. Los hombres Piscis se alteran de vez en cuando, pero es raro que su cólera sea violenta o duradera. Cuando ha pasado, las aguas vuelven a su placidez y la vida es tan pacífica como antes. Hay algunos neptunianos que vociferan un poco por la casa, pero son inofensivos. Para el Pez es casi imposible bramar, lo que se dice bramar, como Tauro, por ejemplo. ¿Ves la suerte que tienes?

Aunque a él mismo le resulta difícil sondearse, Piscis no tiene problema para ver con toda claridad las sutilezas ajenas. Engañarle es difícil; con una mirada llega hasta el otro lado. Pero cuando se le ocurra, puede engañarte a ti, con alguna argucia que tiene y que le permite mantener sus asuntos personales al abrigo de escrutinios demasiado curiosos.

Conozco a un hombre de este signo en quien este rasgo llega hasta el punto de que ha podido engañar al gobierno, que no es nada fácil. Durante toda su vida se las arregló para eludir los impuestos. La dirección Impositiva sabe de él tanto como de un nativo de Pago Pago. Consigue librarse porque es escritor. Su teléfono figura con un nombre ficticio, y jamás ha pedido tarjeta de seguridad social ni se ha sacado el permiso de conducir. Le horroriza la idea de un imaginario Hermano Mayor que le convierta en un número y se entere de todos sus secretos.

Es posible que tu Pez no sea tan neurótico al respecto, pero veces habrá en que te diga que había ido a la tintorería aunque en realidad había salido a comprar cigarrillos. ¿Por qué? No lo se, realmente. Ni él tampoco. Es una suerte de engaño leve del cual Piscis, lo mismo que Géminis, disfruta aparentemente. Mientras esté usando tirantes verdes y la gente piense que los lleva amarillos –o que no los lleva– el Pez se siente seguro, de alguna manera. Ya que así se siente feliz, déjale que tenga sus pequeños misterios. ¿Por qué hacer un escándalo por eso? Aunque sepas que no ha estado en la tintorería porque tú misma le has visto entrar en el estanco ya listos los pantalones. Cuando te conteste que el hombre le dijo que no estarían hasta el lunes, coméntale que ese tintorero es un pelma y deja las cosas ahí. Podría tener costumbres mucho peores que una pequeña ficción de vez en cuando, para mantener lubricada la imaginación, de modo que le funcione siempre bien.

No tendrá grandes arrebatos de celos o, si los tiene, como es por naturaleza un actor excelente (si se le permite que practique) pretenderá haberlos superado. Pero, con toda su cualidad tierna y poética, es un hombre, de manera que, una vez dicho y hecho todo, esperará que le seas técnicamente leal. Sin embargo, es posible que tú tengas que dominar tus celos, porque el Pez tendrá afectuosos amigos de ambos sexos y acudirá a su llamada, a veces a horas insólitas. Es sociable por naturaleza, no puede evitarlo, y es un rasgo peligroso si tú eres del tipo violentamente posesivo. Una chica Aries o Leo haría bien en perseguir algún otro rayo de luna. Piscis admira la belleza y de vez en cuando puede quedarse mirando un par de lindas piernas. Pero con un poco de esfuerzo extra, tú puedes mantener eso dentro de los límites, y tu recompensa será un encanto de marido, a la vez romántico como amante y un perfecto compañero para hablar de cualquier cosa que se te ocurra.

Cuando las rachas de soledad y depresión cubran de nubes el cielo, arroja tu delantal en el rincón, detrás del acuario, ponte un vestido amarillo y una sonrisa dorada, compra algunas entradas para un espectáculo divertido, y arráncale mañosamente de sus garras. Los Piscis son especialmente vulnerables a la sugestión. Puede ser que des unos cuantos tropezones cuando intentes enseñarle a ser económico y cuidadoso con el dinero. La gente de Neptuno, francamente, no se distingue por su buena administración del dinero (a menos que tenga ascendente Capricornio o fuertes influencias planetarias en Tauro, Acuario o Cáncer, por ejemplo). Aprenderá, pero no compliques la situación mostrándote tu dispendiosa, si puedes evitarlo. Con un solo derrochón por familia ya se avanza bastante... en la dirección del asilo de pobres. Él necesita un buen ejemplo, y es sorprendente los buenos resultados que eso da con el carácter de Piscis, de una manera parecida a ese juego que los chicos llaman <<seguir al líder>>. Claro, siempre que el líder sea alguien próximo a él y a quien el Pez respete. La naturaleza de Piscis es enormemente receptiva a las vibraciones que lo rodean, especialmente cuando la emoción las intensifica.

Los niños encontrarán en él un compañero divertidísimo. Lo más probable es que los lleve a pasear en bote, a nadar y a bucear. Representará con vívida gracia, en colores, a los personajes más pintorescos de las canciones infantiles. Los iniciará en teorías un tanto extrañas, les cantará algunas canciones un poco picantes o les enseñará a hacer la vertical, en el estilo yoga. Ellos le adorarán, y es posible que gracias a su excepcional capacidad para sostener un pajarillo en la mano, sin aplastarlo ni asustarlo, resulten equilibrados y bien adaptados de adultos. Tú ocúpate de las palmadas, que él escuchará sus problemitas; ocúpate de que tengan la ropa y las narices limpias, que él les tendrá mentalmente activos, y así todo funcionará perfectamente.

No desdeñes jamás los sueños de este hombre, porque no lo perdonará ni olvidará. Dale ocasión de que los convierta en realidades, ayudándole a encontrar una estrella clara y firme hacia donde dirigirse, que brille en vez de disiparse en un eclipse de sentido común. Enamorado, Piscis necesita apoyo emocional, es decir, que le brinden renovada tranquilidad y confianza, pero también que tú no busques apoyo en él por males y agravios imaginarios. Sus fervorosas esperanzas necesitan del riego de un afecto comprensivo, de modo que ofrécele el fértil suelo de una vida hogareña feliz. Aparta de las raíces esos mortíferos insectos que se llaman sermoneo y escepticismo, y un día esas esperanzas descabelladas y locas que él tiene dejarán de ser hierbas inútiles para convertirse en árboles robustos que os harán ricos, y tan altos como para poder alcanzar también tus sueños. En el corazón de Piscis la esperanza fluye eternamente. No la frustres, que si la cultivas con ternura puede inundarte de suerte a manos llenas.

Tal vez hayas leído o te hayan dicho que Piscis es el signo de los que se <<deshacen>> y eso puede haberte puesto nerviosa y en actitud negativa, pero no te dejes asustar. Es verdad que siempre hay en ellos una cierta tendencia en este sentido, pero tú limítate a <<volver a hacerlo>>, como harías con un paquete que se ha desatado. Si aseguras bien los nudos, no sucederá con frecuencia. Sírvele un sueño para el desayuno, una buena broma para el almuerzo y Chopin para la cena, y Browning para el café. Con eso serás dueña de la situación. No tengas miedo de zambullirte, que el agua está deliciosa.

La mujer Piscis

–Bueno... ¿y tú que eres? –preguntó la Paloma–.

Veo que estás tratando de inventar algo.

–Yo... soy una niñita –respondió Alicia,

no muy convencida.

Se encontró finalmente en un jardín hermoso

en medio de los canteros y de las frescas fuentes.

 

La cola hacia la derecha, y por favor, no amontonarse. Es posible que no haya bastantes mujeres Piscis para que cada hombre tenga la suya, pero eso no es razón para indisciplinarse. Tendréis que respetar los turnos y esperar la mejor suerte.

Incluso sin astrología se han difundido los rumores referentes a los encantos de la mujer Piscis. Claro que también tiene sus puntos negativos, pero a la primera mirada es el sueño de todos los varones desde la escuela primaria, con un sabio toque de conejita de Playboy para mejor condimento. Mas vale que admitamos que la mujer moderna y emancipada, con su imagen de hierro forjado, ha hecho subir mas aún las acciones de las muchachas Piscis. Enturbiado el aire en la senda de los enamorados por toda esa libertad que predica la mística femenina, las recatadas, bonitas y desvalidas criaturas de Neptuno tienen que ahuyentar a los hombres a palos.

No es sorprendente que Piscis sea un trofeo. La mujer neptuniana, casada o soltera, rara vez trata de hacerle sombra al hombre que está a su lado. No tiene el mas remoto deseo, neurótico u oculto, de dominarle de ninguna manera. Con alegría en el corazón, deja que él le aparte la silla, le ponga el abrigo, llame el taxi, le encienda el cigarrillo y le repita hasta cansarse lo encantadora que es. Lo único que quiere es que él la proteja y se ocupe de ella; se siente contenta y feliz de apoyarse en el ancho hombro viril y de decirle, mirándole con ojos maravillados, lo fuerte que es él y lo mucho que ella necesita de su protección en este mundo hiriente. Piensa en todos los lobos que andan por ahí, en espera de devorarse a las Caperucitas Rojas; es bastante para que una chica tenga que sacar el frasco de sales. Y aunque no sea victoriana hasta ese punto (aunque muchas del signo del Pez lo son), sabrá escuchar con encanto el relato de los problemas masculinos y en momentos de crisis será lo que se llama una buena compañera.

Una mujer de este signo piensa que su marido, amante, novio, padre, hermano (y en realidad, cualquier hombre) puede darle una paliza al mundo entero con una mano atada detrás de la espalda y –siendo los hombres como son– es muy poca la cantidad de esa fe conmovedora que se necesita para convencerles a ellos de eso mismo. ¿Y te preguntas por qué es tan popular? La muchacha Piscis es una serena y acogedora rada de tranquilidad para su orgulloso macho, lejos del ruido del tráfico y del repiqueteo de las máquinas de la oficina. En su estanque de peces, las luces son suaves, amortiguadas, calmantes para los ojos cansados, agredidos por las luces de neón y por todas esas tontas cifras de la bolsa que ella no podría entender aunque en ello le fuera la vida. (Aunque si realmente le fuera en ello la vida, ya estaría sacándole punta al lápiz.)

En invierno usa esponjosos guantes de angora. En primavera, faldas pulcras y vaporosas. Los veranos la encontrarán enfundada en un minúsculo bikini. En otoño su aspecto será adorable, sentada a tu lado, viendo el partido de fútbol, con las manos en tus bolsillos porque si no, se le enfrían, y preguntándote a ti como va el partido. En todas las estaciones, eternamente femenina. A riesgo de quedarme corta, diría que los hombres acuden a ella como los abejorros a un bote de miel.

Tras una breve conversación con ella, un hombre se relaja instantáneamente. Se imagina un cálido fuego restallante en una noche de invierno, o se ve tendido en una hamaca, un fragante día de primavera, sin que nadie le incomode. Ella no deja de aclarar que jamás le culparía por ningún problema que tuviera en su carrera ni por accidentales errores. Esas cosas son siempre culpa de algún otro, no de su amado. Ella jamás le presionará para que se apresure; para ella, el ritmo que él lleva es perfecto. ¿Necesito explicar por que los Peces hembras son las mujeres mas peligrosas de todos los signos solares? ¡Señal de alarma! Advertencia: después de casada, es posible que te dé algunos codazos. Para ser mas exactos, que te dé un montón de codazos. En cierto modo, te lo mereces por haberte dejado cegar de esa manera por sus encantos. Habrá muchísimas veces en que se muestre incluso amargamente sarcástica, pero no hay mujer que no tenga sus defectos, y Piscis será amable con mucha mas frecuencia que pendenciera. Para convertirse en una fierecilla, tiene que verse impulsada por la extrema crueldad o haraganería de su compañero, y ¿quién ira a decir que un marido cruel o haragán no se lo merece? No seré yo; yo estoy con ella.

Además, su deliciosa feminidad oculta todos los fallos secundarios, y la mayor parte de las veces la chica típica de Neptuno es dulce, soñadora y femenina. Como el Pez nada al mismo tiempo en ambas direcciones, ella se adapta con toda facilidad a situaciones conflictivas que destrozarían los nervios de otras mujeres. Claro que, de vez en cuando, en la superficie habitualmente placida de su corriente de pensamiento pueden asomar como burbujas algunas palabras ásperas y un parloteo irritable. En ocasiones, una de estas sensibles criaturas que haya sufrido de pequeña un tratamiento severo en exceso, puede, en su amargura, separar los dos peces simbólicos de su signo, y esto quizá resulte muy triste. Se convierte entonces en un Pez solitario y desdichado, que nada siempre furiosamente y que siempre que se hunde en el intento de escapar vuelve a encontrarse consigo misma... sin comprender jamás que lo que la envenena es volver hacia adentro, hacia sí misma, su inagotable reserva de amor y de simpatía. Las drogas, la bebida y las falsas ilusiones ocultan a sus ojos la verdad y le impiden ver las rocas que hay en el río y que pueden destruirla. Pero la mayoría de las muchachas neptunianas conservan ambos peces simbólicos firmemente unidos en una acción fluida, que se desliza suavemente primero hacia atrás y después un poco hacia delante, de manera que nunca estarás del todo seguro del punto exacto hacia el que ella se encamina. De Piscis se dice que es un mar, profundo y misterioso, donde van a desembocar todos los ríos. Si conoces algunos de sus evasivos secretos, tendrás más oportunidades de pescarla. ¿Qué es lo que la hace nadar?

Ante todo, es sutil. Pregúntaselo a Nicky Hilton, Michael Wilding, Eddie Fisher y Richard Burton; todos ellos se casaron con una mujer Piscis. Con la misma, en realidad. Que no solo es sutil, sino a veces un poquito engañosa, cuando practica su arte de enredar hombres en sus zarcillos de esmeralda.

Claro que quizá tú conozcas una señora neptuniana que luce un delantal a cuadros y una sonrisa tímida, y es la síntesis suprema de la esposa consagrada, perfecta ama de casa y madre tierna. Estarás pensando que no es ni sutil ni engañosa. Perdona que te lo diga sin rodeos, pero te equivocas. A esa mujer Piscis que te parece diferente, yo también la conozco, o conozco una exactamente como ella. Es una viuda que vive en el Bronx, y se llama Paulina. También luce un delantal a cuadros y una sonrisa tímida: la caracterización completa. ¿Cómo es posible que una imagen tan eglógica pueda resultar engañosa? Te lo diré. Ante todo, para enredar a los hombres usa las cintas del delantal (porque no tiene zarcillos de esmeralda; el año que viene, tal vez). Es una mujer pequeña que ha conseguido hacer frente a la pérdida de un hijo amado, a la angustia, el aburrimiento, la tragedia, el miedo, la pobreza e incluso a la confusión de momentos súbitos y fugaces de riqueza. Se las ha visto con las rodillas magulladas de sus hijos, sus notas, las galochas perdidas; con un marido desaliñado que los domingos insistía en invadir su pulcra cocina, y con la mayor aglomeración de parientes políticos –que hablaban ocho idiomas al mismo tiempo– que se haya visto fuera de las Naciones Unidas. Ha afrontado toda esa mezcolanza que le impuso el destino como lo hubiera hecho Rocky Graziano. ¿A eso le llamas suavidad? ¿Y delicadeza? Hasta el día de hoy, sus dos hijos varones la consideran una criatura encantadora, un poco infantil, desvalida, atolondrada, que necesita protección y que no es capaz de entender del todo como funciona la cerradura que hay en la puerta de la calle.

Es deliciosamente imprecisa y soñadora. No entiende nada de economía política, pero se las arregla para vestirse como si saliera de Sophie o de Saks, prepara frecuentemente comidas de siete platos para nietos múltiples y diversos, paga el alquiler a tiempo y, para las fiestas y los cumpleaños, hace unos regalos increíbles, todo con unos ingresos mensuales no mucho mayores que una de las propinas que deja Jack Benny. Se ha ganado el amor y el afecto de sus dos nueras, y también de un heterogéneo grupo de amigos, que abarca a la bibliotecaria, el portero, el dueño del bar de la esquina, el frutero, media docena de gatos y de chiquillos sin dueño, el carnicero, el vendedor de periódicos y –créame o no– el propietario de la casa. Creo que tiene un solo enemigo: el hombre a quien rechazó antes de casarse con su marido, que probablemente debido a su decepción, se refugió en la Legión Extranjera, y cuyo nombre dudo que ella recuerde. Son mujeres sin corazón, estas Piscis. Sutiles y engañosas. (Pero no intentes decirles eso a sus vecinos.)

Como los vientos de marzo, tu muchacha Piscis puede pasar por muchos estados de ánimo. Es tremendamente sentimental, y si sus sentimientos están heridos, llorará a torrentes. Te mirará con tal aire de reproche que te sentirás como si acabaras de disparar sobre un conejito. A veces, las mujeres Piscis piensan que están totalmente desprovistas para las difíciles batallas que impone la supervivencia; entonces se deprimen. Hay que decirle entonces que todos los que alguna vez han tenido la suerte de conocerla la admiran por su profunda sabiduría y su comprensión sin límites; normalmente, es la verdad del evangelio. La lección mas difícil que tiene que aprender la mujer Piscis es la superación de su timidez y de sus dudas. Si su miedo es muy profundo, se cerrará ante todo el mundo, y después se preguntará por que está sola. Muchas veces tiene miedo de imponerse, de exigir demasiado, de sacar ventaja, cuando esas cosas no se le pasan por la cabeza a nadie más que a ella.

Alguna que otra vez, la mujer Piscis disimulará su timidez y vulnerabilidad con agudezas, un barniz de complejidad mundana y una personalidad frígidamente independiente, pero todo eso no es mas que una capa protectora que le sirve para ocultar su incertidumbre a los ojos indiscretos de gentes torpes que, si ella no se protegiera, herirían su sensible corazón. Da cauce a su alma auténtica escribiendo deliciosos poemas líricos entretejidos con el hilo de sus sueños más íntimos y secretos. Cuando no escribe, es la imagen del puerco espín encallecido que quiere dar a la gente, como mujer de carrera. Sin embargo, ni siquiera este tipo de Piscis puede escapar a la influencia de su signo solar. Pese a su independencia hábilmente urdida, espera a que sea el hombre que está con ella quien llame el taxi. Hay algunas cosas que uno simplemente no hace, en lo que se refiere a las mujeres de Neptuno, y una de ellas es no actuar como una dama en publico Piscis engaña a muchos hombres que podrían serenar sus íntimos temores y hacerla desdecirse de su frecuente afirmación de que no necesita marido, que no haría mas que complicarle la vida. Imagínate, una declaración semejante en labios de una mujer que necesita pertenecer a alguien mas de lo que necesita dormir, comer o respirar.

La mujer Piscis dará todo su corazón a sus hijos, salvo esa gran porción que reserva para ti. Los amará a todos, pero tendrá cierta preferencia por los más feos, más débiles, más pequeños o enfermizos. Solo una estrella de cine nacida bajo este signo es capaz de hacer caso omiso de los rollizos bebés llenos de hoyuelos para adoptar al niñito lisiado y de ojos asustados. Las mujeres regidas por Neptuno son las que pueden demostrar mayor capacidad para entender la timidez de los niños y los sufrimientos del crecimiento de las torpes chiquillas adolescentes. Una madre Piscis teje sobre cada cuna la leve telaraña de mil sueños. Sacrificará cualquier cosa para que sus hijos tengan todo lo que ella no pudo disfrutar de niña. Es posible que sea demasiado tolerante con ellos; se le hace difícil imponer disciplina, y hay que hacerle comprender que la falta de firmeza puede ser tan negativa como el desapego y el descuido. En cierto modo, es una forma de descuido dejar librados a sí mismos a esos caracteres jóvenes que necesitan de una firme guía hasta que aprendan a nadar solos. Si peca por exceso de blandura, explícaselo con bondad, que Piscis lo entenderá sin amargura y empezará a usar alguna vez la zapatilla. Pero son muchas las mujeres de Neptuno que consiguen hallar un justo medio entre el rigor y la bondad, y sus vástagos dan testimonio de ello.

Trae a casa los garbanzos y el vino. Lo más probable es que prefiera no entrar en la competencia brutal del mundo comercial, a menos que tú tengas la imperiosa necesidad de que lo haga. Ya tuvo bastante de eso (si es una neptuniana típica) durante el tiempo que trabajo para esa gran empresa tan enmarañada, en espera de que tú vinieras a rescatarla. Algunas mujeres Piscis, aunque no todas, son a veces un poquitín derrochonas. Tal vez necesite que la ayudes a comprender por que el balance del banco no coincide con el que ella hace en sus talones, que parecen escritos en sanscrito. Así y todo, sabrá arreglárselas cuando la necesidad la obligue a renunciar a su champán favorito para limitarse a la leche descremada.

Piscis escucha al océano, porque el océano le dice cosas. En medio de la ciudad, sigue oyendo como las ondas de Neptuno susurran a su corazón mas cosas, tal vez, de las que ella quisiera saber. No pases por alto su cumpleaños o vuestro aniversario de bodas o el día en que le declaraste tu amor, porque ella no los olvidará. Me acordaré siempre de la amiga Piscis con la que iba a la escuela, en West Virginia. Era menuda, de largo pelo oscuro y en sus ojos de un color castaño verdoso brillaban las extrañas luces de Neptuno. De entre varios hombres, eligió para casarse a un gran astro del fútbol; fue una fuga totalmente inesperada. Recuerdo que ella le preguntó por que se le había declarado; sentía curiosidad. <<Bueno –caviló él–, fue una cosa rarísima, pequeña. Ese día yo no tenía la menor intención de declararme. Estábamos en el parque, cerca de la piscina. Las chicas que estaban ahí tendidas al sol tenían el pelo todo mojado de nadar, y se las veía acaloradas y transpiradas. Tú estabas ahí sentada debajo de un árbol con un vestido de encaje blanco, y se te veía tan fresca y tan diferente de las otras. Parecías... bueno, yo diría que parecías una mujer. Ese es el sutil secreto de las mujeres Piscis. No importa que Piscis obedezca a la llamada de Neptuno como monja en un convento o como ronca cantante en un club nocturno; siempre es una mujer. De pies a cabeza. Cien por cien.

El niño Piscis

Ojo ansioso, oído alerta,

amorosos, anidarán cerca.

En un País de Maravillas yacen,

soñando mientras los días huyen,

soñando mientras los veranos mueren.

A la deriva siempre en la corriente,

que los arrastra en áureo resplandor

¿qué es la vida, si no un sueño de amor?

 

Como todo el mundo sabe, a la mayoría de los bebés se les encuentra bajo una hoja de col. A algunos los traen en ese largo pañal que cuelga del pico de la cigüeña, o llegan al hospital en el maletín negro del doctor. Pero tu pequeño Piscis no. Él vino directamente del país de las hadas, aferrado de un rayo de luna. Si te fijas bien, veras todavía en sus ojitos soñolientos el reflejo de elfos y árboles mágicos, que conceden deseos; hasta quizá le quede un rastro de polvo de estrellas pegado detrás de la orejita izquierda. Es posible que para el momento en que llegó a la sala de partos ya le hayan desaparecido las alas, pero tal vez conserve como un pequeño chichón en el lugar donde las tenía.

Habrás visto esas tarjetas de felicitación para las nuevas mamás, con imágenes de bebés blancos y rosados, llenos de hoyuelos, frágiles y envueltos en gasas, que vuelan alrededor de los versos. El artista usó como modelo a tu bebé Piscis. Eso podría hacerte creer que puedes llevar de la nariz a tu hijo de Neptuno, o que una vez que le hayas lavado las orejas para sacarle de ellas el polvo de estrellas, puedes moldearlo en la forma que a ti te guste. ¿Por qué no, si es un montoncito de arcilla suave y delicado? Vuelve a pensarlo. Piscis se abrirá camino con tanta seguridad como el vociferante bebé Aries con su carita encarnada, el regio y exigente pequeño Leo o el Torito fuerte y obstinado. La única diferencia residirá en que éste lo hará fascinándote a muerte y anegándote en océanos de dulces sonrisas. Tan pronto como se haya secado la tinta en el certificado de nacimiento, presenta el nombre de tu niño Piscis para el papel principal cuando se vuelva a filmar Peter Pan... o Alicia en el País de las Maravillas, si es una niña. Peter Pan y Alicia serán los personajes favoritos de los niños de Neptuno, y no necesitarán escenario para desempeñarse estupendamente en esos papeles; a los ochenta años seguirán brillando como estrellas en ellos. Los padres que repiten en un susurro la antiquísima plegaria: <<Ojalá mi niño no creciera>> conseguirán su deseo si es que su hijo nació bajo el signo del Pez. Los años no dejarán en él impronta duradera; siempre habrá sobre Piscis, suspendido como una niebla, un hálito infantil, soñador y mágico, como en los cuentos. Algo que le impregnará de misterio y de irrealidad para siempre y tres días más.

Cuando tenga edad suficiente para arrastrarse hasta el bote de mermelada y esconderse, ese extraño hijo tuyo mostrará su preferencia por vivir en un mundo de fantasía. Se complacerá en diversiones muy alejadas de los modales y rutinas de todos los días. Cuando esté en la sillita alta, comerá como un ángel si mientras le estás dando el puré finges que eres una reina o un payaso. Ponte de corona la pantalla de la lámpara y adórnate con todos tus viejos collares; o usa el plumero como peluca y llénate la cara de lápiz de labios y tiza, que su imaginación hará el resto. Cuando sea un poco mayor, jugará alegremente en el porche de delante de la casa mientras tú estás lavando la ropa, si te acuerdas de colgarle unos cuantos globos, poner música en el tocadiscos, alcanzarle sus animalitos de trapo, darle unas palomitas de maíz y decirle que está en el circo.

En la época en que empiece a ir a la escuela y a tener esos sueños, por la noche, recibirás un impacto alguna mañana cualquiera de primavera, mientras estés atándole los zapatos.

<<Adivina a quien vi anoche>>, te dirá en tono de confidencia, mientras tu mascullas alguna respuesta cortes, pensando donde diablos habrá puesto su jersey verde. Ah, ahí está, lo tiene puesto el osito, de cuando lo vistió ayer mientras jugaba a que era su mejor amigo.

Y cuando le preguntes a quien vio, te dirá como quien no quiere la cosa: <<A la abuela Stratton. Estuvimos hablando largo rato y después se fue. Me pidió que te dijera que no te olvides de regarle los geranios ni de enviarle el dinero al tío Clarence>>. Como la abuela Stratton murió antes de que él naciera, eso puede inquietarte un poco, así con el estómago vacío, antes del desayuno, pero no es nada comparado con la sensación de vértigo que tendrás después del café; cuando él ya esté en la escuela y el cartero te traiga una carta del tío Clarence, de quien no tenias noticias desde hacia cinco años, pidiéndote un préstamo para empezar un negocio.

Hasta los padres mas avisados tienen dificultades para organizar un horario que mantenga su validez con sus vástagos Piscis. Los horarios y las rutinas son sus enemigos naturales, y el pequeño Pez hará cuanto su fértil imaginación le sugiera para evitarlos. Los bebés que viven al revés –que duermen todo el día y por la noche permanecen despiertos– suelen ser del signo de Neptuno. Quieren comer cuando tienen hambre, dormir cuando están cansados y jugar cuando algo, sea lo que fuere, despierta su imaginación. Tratar de obligarles a que lo hagan en cualquier otro momento es ardua tarea. En realidad, su actitud es bastante sensata, pero las horas en que sienten hambre, cansancio o ganas de jugar pueden variar considerablemente de día en día y de noche en noche; si trataras de adaptar tu horario al de él, lo mismo daría. Será raro que tenga pataletas, que vocifere o coja una rabieta para que hagas las cosas como él quiere, pero te irá ganando poco a poco con sus técnicas evasivas y de desgaste, confundiéndote hasta lograr la capitulación. Hasta es posible que a ti misma te encante esa total libertad. No sentirte culpable por estar tomándote un café con la vecina a la hora en que tendrías que darle de comer, jugar al fascinante juego de la princesa y la rana en las horas serenas y mágicas del amanecer, o compartir con él un tazón de sopa de verduras y una jícara de chocolate caliente, en mitad de una tarde de invierno, gris y triste, son cosas que pueden tener un extraño atractivo. Hasta es posible que tu hijo Piscis te enseñe que no hay que permitir que ese tonto reloj sea en tu vida un dictador cruel e infalible. ¡Si no es más que un mecanismo de metal que hace tic–tac!

El niño Piscis necesitará una santa dosis de atención y apreciación. Habrá que estar atento a él y estimularle, porque no se siente seguro de su capacidad. Hazlo en la medida en que él lo necesita, pero respeta también sus momentos de retraimiento. Cuando le acometa uno de sus misteriosos ataques de soledad, déjale en paz. Su mente está a un millón de años luz, donde tú no puedes seguirla. Regresará con tiempo de sobra para la sopa de verduras y el chocolate caliente, solo que para entonces habrá cambiado la hora de la merienda para cerca de medianoche. Si te cuenta que ha estado volando en un platillo con un marciano, créele. Es muy posible.

Los maestros se despistan siempre que intentan calzar esta clavija de forma insólita en un agujero educacional redondo o cuadrado: es posible que no encaje en ninguno de los dos. Probablemente tendrás que hacer frente a múltiples conflictos entre sus peculiares métodos de aprendizaje y las rancias rutinas de la escuela. Piscis se negará en redondo a adaptarse a un esquema que no es el suyo. No le culpes demasiado. Nuestro sistema educacional todavía no está a la altura de la sabiduría neptuniana. Muchos niños y niñas Piscis tienen dotes artísticas, y a la mayoría de ellos les encanta la música y el baile. Independientemente de su peso, los jóvenes típicos de Neptuno son de pies ligeros. Es frecuente que las niñitas suenen con ser bailarinas; en cuanto a los varones, habitualmente eligen héroes del tipo de Beethoven, Miguel ángel, los astronautas o san Antonio, con preferencia a hombres de ciencia, presidentes o generales. Les encantan los libros de todas clases, y el estudio de su lengua natal puede ser uno de sus temas favoritos, ya que los Piscis son buenos narradores. Adoran las palabras, y es frecuente que la poesía les fascine. Al principio, a los neptunianos puede hacérseles difícil entender las matemáticas, pero mas adelante captaran con extraordinaria rapidez las teorías abstractas, subyacentes en el álgebra y en la geometría.

Pueden exhibir una falta de responsabilidad que tal vez resulte frustrante. Los niños Piscis siguen sus propias reglas. Son sensibles y es fácil que las actitudes bruscas les hieran en lo vivo; las lágrimas pueden ser frecuentes. Son criaturas que prefieren la compañía de los adultos en vez de salir a jugar con otros niños. Ya desde muy tierna edad tienen una profunda sabiduría, y comprenden por simpatía situaciones que quedan aun muy lejos de su alcance. A un niño de Neptuno se le suele acusar de mentiroso, pero para él, lo que dice no son mentiras; no lo hace con intención maliciosa o cobarde. Su mente joven nada en una imaginación siempre fluyente que le susurra mil secretos, tan deliciosos y llenos de tan pura belleza que no puede resistir a la tentación de hacerlos vivir en el frío mundo de la realidad. Lo que resulta terrible es que esos sueños encantadores no tardan en morir en el suelo árido y estéril de una sociedad materialista. Tu hijo necesita de tu compasión mas profunda para no hundirse en una triste y silenciosa desesperación.

Al niño Piscis, el mar le canta canciones que el nunca puede describir. La verdad, fría, fea y desnuda, es demasiado brutal para que el la soporte, y ocasionalmente necesita embellecerla o tratar de darle tibieza y color con los románticos matices de Neptuno. No es justo decir que esta mintiendo; estimúlale, en cambio, a que reúna todas sus nubes y rayos de luna para tejer con ellos poesías, escribir teatro o pintar cuadros. No tardará en aprender a adaptarse al mundo normal de la brutalidad, el egoísmo, la crueldad y la codicia. ¿Por que empujarle rudamente a él? Tal vez le cueste amoldarse a las exigencias sociales y escolares que asfixian su individualidad, pero sus padres y sus maestros pueden aprender de él el valor de la compasión, la comprensión, la belleza, la tolerancia, la imaginación y la gentileza. Todo depende del tipo de diploma que uno quiera conseguir en la vida.

Algún día, uno de los dos ganará: o la filosofía de la libertad de expresión típica de Piscis, o el conformismo. Yo apuesto por Piscis. Claro, que a tu cordial y afectuoso niño de Neptuno habrá que enseñarle que la gente espera que él termine por adaptarse a los conceptos heterogéneos y chiflados, puestos patas arriba, de que ellos se valen... para sobrevivir, simplemente. Pero si se ve sometido a la presión excesiva de adultos hoscos y negativos, el Pececito no encontrará el camino hacia el otro lado del espejo. No le prives de la clave, él necesita evadirse ocasionalmente hacia allí, para renovarse en la auténtica sabiduría de la Reina Roja y del Caballero Blanco. Después estará mejor preparado para enfrentarse con el mundo real hecho de guerras, pobreza, enfermedad, éticas de la hipocresía y de la ingratitud. Tu pececito necesita una capa protectora contra los fríos vientos que le acometerán. Téjesela tú misma, con material recio, alegre y optimista. Trata de entender su modo de ser neptuniano. Guíalo con ternura, con prudencia, y cuando ya este bastante alto, es posible que un día, de pronto, se estire para atrapar una de sus estrellas de pl casi nunca ocupara puestos principales en ninguna de estas actividades. Demasiada responsabilidad. Sin embargo, gracias a su mentalidad rápida y despierta, y a su habilidad a veces increíble con las cifras, el Pez puede divertirse en grande jugando con los puntos de fluctuación de las acciones, aunque para el eso será más un juego que un verdadero trabajo.

Si tu jefe nació en marzo, es posible que sea de los que gruñen cuando algo les irrita. Tiene el don de las palabras, y cuando se muestra rudo, la suya es una rudeza cáustica que puede escocer un poco, pero será raro que lo veas en una actitud agresivamente dominante o auténticamente despreciable y mezquina. En un momento te aturdirá con sus ideas anticonvencionales, y de pronto, con un giro rápido y resbaloso, se mostrará como un conformista. Al final, terminarás por entender que no es ni un gran liberal ni un conservador cauteloso; en diferentes ocasiones adopta cada una de esas actitudes, para mejor descubrir tus ideas. En otras palabras, que puede ser un poquitin tramposo. Cuando tus ideas y tu conversación le parezcan interesantes, tu jefe Piscis te escuchará con halagüeña concentración, en silencio y con sinceridad, y hasta es posible que te ofrezca un vaso de jerez para crear una atmósfera de calma. Si lo que le dices le aburre, su mente divagará. Es probable que mientras tú hablas esté evocando otra gente y otros lugares, sin que la sonrisa desaparezca de su cara. Como todos los de su signo son actores natos, a ti te parecerá que te atiende, pero al cabo de un rato él se cansará de sus divagaciones mentales, advertirá que tú sigues hablando y te interrumpirá de pronto. Entonces será él quien hable y tú quien escuche, y eso puede prolongarse horas... y horas... y horas.

Es posible que haya viajado mucho, y en caso contrario, no tardará en recuperar el tiempo perdido. Como los jefes Sagitario y Géminis, el ejecutivo Piscis tendrá siempre una maleta preparada detrás del diván que hay en su despacho. Y si no la tiene, debería tenerla. ¿Por qué no se lo sugieres? Lo más probable es que le parezca una idea esplendida. Además, saber que tiene ahí su bolso de viaje cerrado y listo para partir puede significarle un extraño consuelo en los días tristes y lluviosos o en mitad de un invierno húmedo y ventoso cuando siente deseos de saltar desde la terraza de puro aburrimiento. Piscis tendrá sus depresiones, y serán realmente impresionantes. Más vale que en esos momentos te alejes de él, tararees alguna animosa melodía mientras trabajas y te asegures de que no le falten su chocolate calentito ni su mejor whisky.

Se amable con sus esposas... con su esposa, quiero decir. (Es un error natural; junto con Sagitario y Géminis, el jefe Piscis es el que mas probabilidades tiene de pasar por múltiples ceremonias de cambio de anillos.) Probablemente su mujer sea una buena chica, práctica y sensata. Si fuera tan imaginativa y original como su marido, se ahogarían los dos en un océano de sueños y nebulosas fantasías.

El ejecutivo Piscis es un tanto parcial con quienes, en su empresa, se revelan como pensadores creativos. Si tú tiendes más bien a la cautela que a la estrategia imaginativa, es posible que no recibas tantos vasos de jerez ni tantas sonrisas de camaradería, pero tampoco es probable que te despida. Seguramente, gozará mas con los otros, pero a ti te necesita; confía en tu sentido práctico y en tu capacidad de organización. Es frecuente que el empleado mas inventivo, y el mas favorecido por el jefe Piscis, se encuentre totalmente azorado y se le acaben las ideas brillantes cuando la empresa entra en un período de economías y el Pez le aseste gentilmente el hachazo, mientras conserva en el presupuesto al empleado constante, de confianza y un poco pesado. Piscis le dirá adiós con tristeza, pero es agudo juez de la naturaleza humana, de la suya propia incluso. Por mas que disfrute de la compañía y de las innovaciones progresistas de los empleados con capacidad inventiva, su propia creatividad funciona mejor cuando cuenta con el respaldo del planeamiento cuidadoso y la disciplina de una cabeza gris y madura... aunque también puede ser joven o rubia, o castaña. La discreción y el conservadurismo no se cuentan entre sus mayores virtudes, y el Pez tiene clara conciencia de sus deficiencias. Siempre podrá encontrar otro soñador entusiasta y osado cuando la situación económica vuelva a ser buena, pero cuando los beneficios disminuyen un tanto no pueden permitirse el lujo de prescindir del trabajador que se quema las pestañas sobre la tarea. Entretanto, calcula que hasta que las cosas mejoren él puede ocuparse personalmente del departamento de sueños entusiastas y atrevidos, e incluir en el presupuesto de sueldos algunas personas mas sensatas. Claro que no hay regla sin excepción, pero no estará mal que causes a tu jefe Piscis la impresión de que puedes serle serio y brillante al mismo tiempo.

Probablemente ya estés enterado de que, para tratar con los empleados que quieren aumentos, ha puesto a un Tauro o a un Cáncer. Es demasiado avisado para tratar personalmente contigo; la naturaleza de Neptuno es tal que se le hace casi imposible decir que no a otro ser humano que tiene una auténtica necesidad, e incluso un auténtico deseo. Piscis aprende desde muy pronto a aislarse lo mejor que puede.

Recuerda que vive en dos mundos diferentes. Una división tal en su naturaleza puede ser causa de una personalidad confundida, pero con igual facilidad puede redundar en brillantez. Es posible que sus ideas sean tan abstractas como las del Pez Einstein, que en una ocasión dijo: <<Dios no arroja los dados>>. Einstein aludía a que la ley de probabilidad matemática no es necesariamente sacrosanta. Tu jefe Neptuno siente lo mismo respecto de los procedimientos comerciales aceptados, y por lo general el tiempo demuestra que sus primeras intuiciones son correctas, por mas fantásticas que puedan aparecer en el momento en que él las expresa. Es místico de corazón, y secretamente cree en lo invisible y en lo sobrenatural, aunque pueda avergonzarse un poco de ello. No practicará ningún rito vudu en su escritorio ni meditará en posición de loto junto a la nevera, porque teme el ridículo si la gente descubre la corriente subyacente de sus vibraciones psíquicas. Pero de todas maneras lo descubrirán, aunque se esfuerce en representar el papel de realista a ultranza.

¿Recuerdas esa ocasión que te dejó el corazón destrozado un novio que se hizo humo, llevándose consigo el anillo de compromiso y todos tus sueños? Como quien no quiere la cosa, tu jefe Piscis te invitó a cenar, te llenó la triste cabeza con los más amables halagos y después te llevó al teatro. A la salida, te acompañó a los camerinos, te presentó a los principales actores e invitó a todo el mundo a tomar una taza de caldo. Con la comida y el vino y la conversación chispeante, consiguió que dejaras de pensar en el veleidoso galán. Aunque a veces se mostraba deliberadamente gruñón, para no ponerse en evidencia, durante muchas semanas siguió poniendo en práctica pequeñas tretas que te levantaron el ánimo, hasta que la herida dejó de dolerte. Tú no habías hablado de la ruptura con nadie en la oficina. Entonces, ¿como supo él que necesitabas ayuda para superar el mal trago? La gitana que un día le leyó la buenaventura en las líneas de la mano podría habértelo dicho. Inmediatamente se dio cuenta de que tiene una extraña marca en la palma, que indica que es un genio de la compasión. No andan por ahí muchos que la tengan. Por eso Piscis es un Pescado tan raro.

El empleado Piscis

..Era mucho más agradable en casa

–pensó la pobre Alicia–,

cuando uno no andaba siempre

agrandándose y empequeñeciéndose

ni recibiendo órdenes de conejos y ratones.

Casi desearía no haber bajado por la conejera...

y sin embargo... sin embargo, es bastante curiosa,

sabéis, esta forma de vida.>>

De aquí a Babilonia, ¿cuántos kilómetros habrá?

Diecisiete mil y un poquito mas.

¿Puedo llegar con la luz como tren?

¡Vaya si puedes! Y volver también.

 

Ahuécale un poco esas plumas blancas como la nieve, sintoniza su disparatada longitud de onda, y la anciana Madre Oca nos transmitirá tal vez un mensaje secreto. Quizás en el parloteo aparentemente infantil de sus canciones para niños se oculte una perla de sabiduría.

¿Cuantas millas habrá de aquí a Babilonia? Parece que el salto fuera considerable desde los caldeos, calzados con sandalias, y los enjoyados y perfumados faraones egipcios a la era espacial; desde el perdido continente de la Atlántida al siglo XX y su propulsión a chorro. Pero ¿cual es la distancia, en realidad? Tal vez no más que un sueño, o dos. Única entre todas las ciencias, la astrología ha abarcado en su viaje los siglos y ha llegado intacta. No deberíamos sorprendernos de que siga con nosotros, inalterada por el tiempo, porque la astrología es verdad, y la verdad es eterna. Haciéndose eco de los hombres y las mujeres de las primeras civilizaciones conocidas, los modernos repetimos hoy las mismas frases: <<Tu planeta regente, ¿es Venus?>>, <<Yo nací cuando el Sol estaba en Tauro>>, <<¿Tú también tienes a Mercurio en Géminis?>>, <<¿Acaso no se nota que es de Acuario?>>.

El lenguaje astrológico es una cuerda de oro que nos une con un nebuloso pasado, al tiempo que nos prepara un interesante futuro de exploraciones planetarias. En todos los campos de la ciencia, adelantos que cortan la respiración nos hacen continuamente presente que <<hay mas cosas en el cielo y en la tierra, Horacio, que las que pueda soñar tu filosofía>> (aunque en vez de Horacio, el nombre sea Sam o Fanny). El receptor–transmisor radio–pulsera de Dick Tracy ya no es un sueño fantástico, sino una realidad, y el arma poderosa de la Doncella de la Luna ha encontrado su igual en el milagro del rayo láser, esa luz súper concentrada que hace correr al plomo como si fuera agua y penetra las sustancias mas duras que conoce el hombre. A Julio Verne y a Flash Gordon se les considera actualmente profetas inspirados, tan importantes eran los secretos enterrados en esas descabelladas aventuras de veinte mil leguas bajo el mar y de muchos trillones de leguas por encima de la Tierra.

¿No podría ser que los autores de libros de ciencia ficción y los dibujantes de historietas tuvieran una idea mas ajustada de la distancia que hay entre el ayer, el hoy y el mañana, que los hombres de bata blanca en sus laboratorios cromados esterilizados? Einstein sabia que el tiempo no era mas que relativo; pero los poetas siempre lo han sabido, y también los sabios, en todas las edades. El mensaje no es nuevo. Mucho antes del interés actual –y abrumador– por la astrología, hombres de atrevida visión como Platón, Ptolomeo, Hipócrates y Colón respetaron su sabiduría; y a los de ellos pueden sumarse nombres como los de Galileo, Franklin, Jefferson, Newton y Carl Jung. Se puede agregar a la lista al que fue presidente de Estados Unidos, John Quincy Adams; también la integran astrónomos de la talla de Tycho Brahe, Johanes Kepler y Gustave Stromberg. Y no olvidemos a John Nelson, brillante investigador científico de la RCA, al famoso matemático Kuno Foelsch, y a John O'Neill, ganador del premio Pulitzer. Ninguno de esos hombres fue un fracasado en la escuela secundaria.

En 1953 el doctor Frank A. Brown, hijo, de la Universidad del Noroeste, hizo un descubrimiento sorprendente mientras estaba experimentando con ostras. La ciencia ha dado siempre por sentado que las ostras se abren y se cierran con el ciclo de los mares de su lugar de nacimiento. Pero cuando las ostras del doctor Brown fueron trasladadas de las aguas de Long Island Sound a un tanque de agua en su laboratorio de Evanston, Illinois, se observó una cosa extraña.

En su nuevo hogar, las ostras tenían temperatura constante, en una habitación iluminada por una luz suave y también constante. Durante dos semanas, las ostras desplazadas abrieron y cerraron sus valvas con el mismo ritmo de las mareas de Long Island Sound, a mil seiscientos kilómetros de distancia. Después, de pronto, se cerraron bruscamente y permanecieron así durante varias horas. Cuando ya el doctor Brown y su equipo de investigación empezaban a darle vueltas al <<caso de las ostras nostálgicas cerradas>>, sucedió algo raro. Las ostras volvieron a abrirse; exactamente cuatro horas después de la pleamar en Long Island Sound, en el preciso instante en que habría habido marea alta en Evanston, Illinois, de haber estado esta ciudad sobre la costa, se inició un nuevo ciclo. Las otras adaptaban su ritmo a la nueva latitud y longitud geográfica. ¿Regidas por qué fuerza? Por la de la Luna, naturalmente. El doctor Brown llegó pues, necesariamente, a la conclusión de que los ciclos energéticos de las ostras se rigen por la misteriosa señal lunar que controla las mareas.

La energía y los ciclos emocionales del hombre están gobernados por el mismo tipo de fuerzas planetarias, en una red mucho mas complicada de impulsos magnéticos, provenientes de todos los planetas. La ciencia reconoce el poder de la Luna para mover grandes masas de agua. Si el hombre mismo está constituido en un setenta por ciento de agua, ¿por qué habría de ser inmune a tan poderosas influencias planetarias? Son bien conocidos los tremendos efectos de la gravedad magnética sobre los astronautas en órbita, a medida que estos se acercan a los planetas. ¿Y que decir de la demostrada correlación entre las fases de la Luna y los ciclos femeninos, incluso el parto, amén del repetido testimonio de médicos y enfermeras en los pabellones de hospitales mentales, que bien familiarizados están con la influencia de la Luna sobre los cambios que experimentan sus pacientes? ¿Ha hablado alguna vez el lector con un policía que haya tenido que patrullar una zona peligrosa en una noche de luna llena? Trate de encontrar un granjero que vaya a levantar una empalizada, matar un cerdo o sembrar sin haber consultado la sección astrológica del Almanaque del Granjero. Los movimientos de la Luna son tan importantes para él, como la última discusión de problemas agrarios en el Congreso.

Entre todos los cuerpos celestes, el poder de la luna es el mas visible y el mas espectacular, simplemente porque es el que está mas próximo a la Tierra. Pero el Sol, Venus, Marte, Mercurio, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y Plutón ejercen también sus influencias sin lugar a dudas, aunque sea desde más lejos. Los hombres de ciencia han advertido que las plantas y los animales están sujetos a ciclos de influencias a intervalos regulares, ciclos que se rigen por mediación de fuerzas tales como la electricidad del aire, las fluctuaciones de la presión barométrica y el campo gravitacional. Originariamente, estas fuerzas terrestres se ponen en acción por obra de las vibraciones magnéticas procedentes del espacio exterior, donde viven los planetas y desde donde envían sus ondas invisibles. Las fases de la Luna, las lluvias de rayos gamma, los rayos x, las ondulaciones del campo electromagnético en forma de pera y otras influencias que tienen su origen en fuentes extraterrestres penetran y bombardean continuamente la atmósfera que nos rodea, sin que ningún organismo viviente escape a su influencia, ni tampoco los minerales. Y lo mismo puede decirse de los seres humanos.

El doctor Harold S. Burr, profesor emérito de anatomía en la Facultad de Medicina de la Universidad de Yale, afirma que un complejo campo magnético establece la pauta del cerebro humano en el momento de nacer, y mas aún, que sigue regulándolo y controlándolo a lo largo de la vida. Expresa además que el sistema nervioso central humano es un extraordinario receptor de energías electromagnéticas, el más refinado de la naturaleza. (Aunque caminemos de manera un tanto mas evolucionada, percibimos el mismo murmullo que las ostras.) Los diez millones de células de nuestro cerebro forman miriadas de posibles circuitos a través de los cuales puede canalizarse la electricidad.

Por consiguiente, el contenido mineral y químico, y las células eléctricas de nuestro cuerpo y nuestro sistema nervioso responden a la influencia magnética de cada mancha solar, cada eclipse, cada movimiento planetario. Como todos los demás seres vivientes, los metales y los minerales, estamos sincronizados con el flujo y el reflujo incesantes del Universo, pero nuestro libre albedrío nos permite que no seamos necesariamente sus prisioneros. En otras palabras, el alma es superior al poder de los planetas. Pero lamentablemente, la mayoría de nosotros no ponemos en acción nuestro libre albedrío (es decir, el poder de nuestra alma), y en cuanto al control que ejercemos sobre nuestro destino, estamos mas o menos en la misma situación que el lago Michigan o una espiga de trigo. El propósito del astrólogo es ayudarnos a saber como evitar este flotar río abajo a la deriva: como luchar contra la corriente.

La astrología es tanto un arte como una ciencia. Aunque muchísimas personas querrían ignorar este hecho básico, es algo que no se puede pasar por alto. Hay astrólogos que se estremecen de furia ante la sola mención de que la intuición pueda tener algo que ver con la astrología, y reaccionan en forma colérica respecto de la más remota posibilidad de tal correlación. Insisten en que la astrología es una ciencia exacta, basada en las matemáticas, y que de ningún modo se la ha de asociar con poderes intuitivos. Creo que estas opiniones son sinceras, pero la lógica me lleva a preguntarme por que ambas cosas han de estar tan totalmente separadas. ¿Es menester que así sea? Hasta los legos intentan hoy en día, valiéndose de libros, juegos de salón o pruebas de laboratorio, determinar su potencial para la percepción extrasensorial. ¿Por qué no los astrólogos? ¿Acaso han de ser ellos quienes hundan la cabeza en la arena, como las avestruces, ante la posibilidad del desarrollo de un sexto sentido, o de su existencia en algunos individuos?

Es indudable que el trazado de una carta astrológica, basado en datos matemáticos y en hechos astronómicos, es parte de una ciencia exacta. Pero también la medicina es una ciencia, basada en la investigación y en los hechos, y pese a ello, los buenos médicos admiten que la medicina es también un arte. Quien tiene la capacidad de diagnosticar intuitivamente se gana el reconocimiento de sus colegas. Los médicos dirán que todos ellos tienen, en grado variable, cierta sensibilidad que es una ayuda inapreciable en la interpretación de los hechos demostrables de la medicina. Efectuar la síntesis de teorías medicas, interpretar los resultados de las pruebas de laboratorio en relación con la historia individual del paciente no es algo que se pueda hacer de manera estereotipada; sería sencillamente imposible sin cierta percepción intuitiva de parte del médico. De otra forma, se podría dejar la medicina a cargo de las computadoras.

La música tiene también una base científica –la ley inflexible de las matemáticas–, como lo sabe cualquiera que haya estudiado alguna vez las progresiones de los acordes. Los intervalos musicales se rigen por proporciones entre números enteros: una ciencia, indiscutiblemente. Pero también es un arte. A cualquiera se le puede enseñar a tocar correctamente la sonata Claro de luna o el Concierto de Varsovia, pero lo que diferencia a un Van Cliburn del resto de nosotros es su sensibilidad o percepción intuitiva. Las notas y los acordes son siempre los mismos, matemáticamente exactos. La interpretación, sin embargo, es diferente: una realidad obvia que nada tiene que ver con la definición actual de la palabra ciencia.

Muchas personas inteligentes pueden estudiar o enseñar astrología con éxito, e incluso brillantemente, pero pocas tienen la capacidad de aportar esa dimensión de interpretación sensible o percepción intuitiva que hace de la ciencia de la astrología algo que en última instancia proporciona una satisfacción artística. Claro que no es necesario tener especiales dotes psíquicas ni ser médium para hacer un análisis astrológico exacto y valioso, pero cualquier condición intuitiva del astrólogo es, evidentemente, un elemento positivo para la síntesis que éste hace de la carta natal. Como es natural, el astrólogo intuitivo debe tener también los conocimientos precisos en el cálculo matemático, y debe observar estrictamente los fundamentos científicos de su arte. Dando por supuestas ambas cosas, podemos afirmar que se vale de una poderosa combinación de capacidades conscientes y subconscientes, de modo que no hay por que asustarse de los profesionales competentes que pueden hacer de su tarea un arte y una ciencia al mismo tiempo, y evitarlos; en todo caso, será una suerte para el lector si encuentra uno. La percepción intuitiva es rara en todos los campos.

La popularidad actual de la astrología esta haciendo que todos los charlatanes salgan de sus escondrijos, y en astrología no hay ni tantos astrólogos ni tantos maestros debidamente calificados como seria de desear. Es posible que en el curso de la década venidera lleguen a ser profesionales reconocidos que han obtenido un titulo en los cursos de <<ciencia astral>> de importantes universidades. Entonces, la influencia de los planetas sobre el comportamiento humano se enseñará en los modernos edificios de las universidades más representativas, tal como antaño se enseñaba en las de Europa. Los estudiantes serán aceptados únicamente si su carta natal revela que tienen capacidad para la enseñanza o la investigación en astrología, o para hacer un análisis personal; y los cursos serán tan estrictos y rigurosos como los de cualquier facultad de derecho o de medicina. Habrá materias tales como el estudio de las condiciones magnéticas del tiempo, el de la biología, química, geología, astronomía, matemáticas superiores, sociología, religiones comparadas, filosofía y psicología, junto a la necesaria capacitación para calcular e interpretar una carta astrológica, y los graduados podrán poner orgullosamente en su puerta una chapa donde se lea: <<Doctor John Smith, astrólogo–Doctor en ciencia astral>>.

Dadas las condiciones actuales de aceptación y de investigación en astrología, la actitud mas segura y mas cuerda que puede adoptar el profano es familiarizarse a fondo con los doce signos, de la misma manera que uno se familiariza con las teorías de la medicina estudiando primeros auxilios o poniéndose al tanto de las normas de higiene.

La humanidad descubrirá algún día que la astrología, la medicina, la religión, la astronomía y la psiquiatría son la misma cosa. Cuando todas ellas se integren, cada una estará completa; mientras ello no suceda, cada una seguirá teniendo ligeras carencias.

En la astrología hay un ámbito donde reina la confusión y las opiniones chocan: la reencarnación. Hoy día, no hay quien no haya adoptado una actitud, ya sea positiva o negativa, ante la ley del karma. Es algo de lo que uno no puede evitar estar al tanto, de la misma manera que es inevitable saber que es el tablero ouija o quien es Jeanne Dixon, bajo la influencia uraniana de este siglo XX que se acerca a la era de Acuario.

Los astrólogos esotéricos creen, y entre ellos me cuento yo, que la astrología es algo incompleto a menos que se la interprete de manera adecuada teniendo como cimiento la ley del karma. También hay quien lo niega enfáticamente, en especial en el mundo occidental, para el cual la astrología es una ciencia relativamente nueva. No es necesario aceptar la reencarnación para beneficiarse de la astrología, y la prueba de la existencia del alma en vidas anteriores, por más lógica que sea, no ha quedado jamás establecida científicamente (aunque se dispone de pruebas circunstanciales profundamente convincentes, que incluyen casos documentados y la Biblia misma). Por su propia naturaleza, es posible que la reencarnación escape por siempre a cualquier intento de hallar pruebas tangibles. Los antiguos enseñaban que el alma evolucionada debe alcanzar el punto en que busca la verdad del karma, con el fin de poner término al ciclo de renacimientos. Por ende, la fe en la reencarnación es un don, una recompensa para el alma lo bastante evolucionada para buscar el sentido de su existencia en el Universo y sus obligaciones karmicas en la vida actual. Si estuviera probado tan profundo misterio, el libre albedrío del individuo se apartaría del descubrimiento; de ahí que tal vez el hombre debe buscar siempre las respuestas al problema de la reencarnación en su propio corazón. Pero solo debería hacerlo tras un estudio inteligente de aquello en que otras mentes han hallado verdad y falsedad. Los libros que se refieren al asombroso profeta Edgar Cayce podrán satisfacer adecuadamente la necesidad de mayor comprensión del profano, y es posible hallar en el mercado muchas otras obras excelentes referentes a la reencarnación, que pueden ayudar al lector a decidir por sí mismo si el tema es digno de que se le preste atención, o si no es otra cosa que magia negra. Esta es la única manera de enfocar un asunto tan personal como la vida y la muerte (cada cual por su cuenta), después de haber examinado con cabal minuciosidad los pros y los contras.

Nos dirigimos hacia un nuevo respeto por las influencias invisibles, y de ello es buen ejemplo el interés que hoy día existe por la telepatía mental. La NASA ha invertido y sigue invirtiendo enormes sumas de dinero en tests de percepción extrasensorial que se practican a los astronautas para determinar la posibilidad de transferir mensajes mentales mediante la percepción sensorial, como medida de emergencia para el caso de interrupción de las comunicaciones entre el astronauta y la Tierra. Se comenta que Rusia lleva gran delantera a Estados Unidos en este campo de la investigación, lo que sería una razón más para descartar el pensamiento dogmático y materialista. La excitación de distinguidos hombres de ciencia ante los experimentos realizados con estas invisibles longitudes de onda entre seres humanos ha llamado la atención de los médicos. La medicina admite desde hace largo tiempo que algunas dolencias –tales como las úlceras y las afecciones de la garganta– son producidas por tensiones mentales o emocionales, y actualmente los médicos empiezan a plantear con seriedad la teoría de que hay una relación definida entre la personalidad del paciente y la aparición y desarrollo del cáncer. Artículos recientes de médicos bien conocidos han solicitado con urgencia la cooperación de los psiquiatras para determinar en forma preventiva que pacientes pueden ser susceptibles, de manera que la enfermedad pueda ser tratada en sus primeras etapas, e incluso prevenida. Sin embargo, la astrología ha sabido desde siempre que lo que desencadena la enfermedad son la mente y las emociones, y que son también ellas quienes la pueden controlar o eliminar; también, que las personas nacidas bajo determinadas influencias planetarias son o susceptibles o inmunes a ciertas enfermedades y accidentes. El conocimiento que busca la medicina se encuentra en la carta natal del paciente, detallada y cuidadosamente calculada, y que resulta claramente puesto en evidencia por las posiciones y aspectos planetarios en el momento del nacimiento.

En el antiguo Egipto, los médicos–astrólogos practicaban la cirugía del cerebro con técnicas refinadas, un hecho que han demostrado recientemente los descubrimientos arqueológicos y antropológicos. Los médicos progresistas de la actualidad vuelven silenciosamente a fijarse en que signo astrológico está la Luna antes de hacer una operación quirúrgica, a imitación de los médicos griegos de hace siglos, que se ajustaban al precepto de Hipócrates: <<No toques con metal las partes de la anatomía regidas por el signo donde la Luna transita, o con las cuales la Luna en tránsito se encuentra en cuadratura o en oposición en el aspecto>>. Es mucho y muy importante lo que hay que decir sobre la astrología médica y su valor para descubrir la causa y lograr la prevención de las enfermedades, pero el tema es de una amplitud tal que tendrá que quedar para otro volumen.

Si pasamos del campo de la medicina al de los viajes, digamos que hay varias compañías de seguros y empresas aéreas que están investigando en secreto la posible relación entre los accidentes aéreos fatales y las cartas natales de los pasajeros y de la tripulación. De tal manera avanzan los tiempos, desde el antiguo conocimiento de las influencias planetarias, retrocediendo hasta el pensamiento materialista para volver a avanzar hacia la verdad. A lo largo de los siglos, los planetas se han mantenido incó1umes en su grandeza, y siguen en sus órbitas. Las estrellas que brillaron sobre Babilonia y sobre el establo de Belén son las mismas que hoy siguen arrojando el mismo brillo sobre el Empire State Building y sobre el huerto de tu casa. Con la misma precisión matemática cumplen su ciclo (y seguirán afectando cada una de las cosas que hay sobre la Tierra, al hombre incluso, mientras la Tierra exista).

Recuerda siempre que en astrología no existe fatalismo. Los astros marcan inclinaciones, no obligan. La mayoría de nosotros nos dejamos llevar en obediencia ciega por la influencia de los planetas y por el esquema electromagnético de nuestro nacimiento, pero también por nuestro medio, nuestra herencia y la voluntad de los que son más fuertes que nosotros. No damos señales de percepción ni, por ende, de resistencia; nuestros horóscopos nos calzan como un guante. Movidos como peones, recorremos el tablero de ajedrez en la partida de la vida, e incluso hay quien hace burla de los poderes mismos que lo mueven, o los ignora. Pero cualquiera puede elevarse por encima de los poderes adversos de su carta natal. Si utiliza su libre albedrío, o el poder del alma, cualquiera puede dominar sus estados de animo, cambiar su carácter, controlar su ambiente y las actitudes de quienes están próximos a él. Cuando lo hacemos, nos convertimos en los jugadores que libran la partida, en vez de ser meros peones.

¿Eres de los que se privan de seguir su estrella, diciéndose que no han nacido con la fuerza ni con la capacidad necesarias? Pues naciste con más de cada una de ellas que Hellen Keller, que recurrió a los profundos e íntimos poderes de su voluntad para superar el hecho de haber nacido ciega, sorda y muda. Y sustituyó esas desventajas de nacimiento con la fama, la riqueza, el respeto y el amor de miles de personas. Y dominó sus influencias planetarias.

 

ecientes de médicos bien conocidos han solicitado con urgencia la cooperación de los psiquiatras para determinar en forma preventiva que pacientes pueden ser susceptibles, de manera que la enfermedad pueda ser tratada en sus primeras etapas, e incluso prevenida. Sin embargo, la astrología ha sabido desde siempre que lo que desencadena la enfermedad son la mente y las emociones, y que son también ellas quienes la pueden controlar o eliminar; también, que las personas nacidas bajo determinadas influencias planetarias son o susceptibles o inmunes a ciertas enfermedades y accidentes. El conocimiento que busca la medicina se encuentra en la carta natal del paciente, detallada y cuidadosamente calculada, y que resulta claramente puesto en evidencia por las posiciones y aspectos planetarios en el momento del nacimiento.

En el antiguo Egipto, los médicos–astrólogos practicaban la cirugía del cerebro con técnicas refinadas, un hecho que han demostrado recientemente los descubrimientos arqueológicos y antropológicos. Los médicos progresistas de la actualidad vuelven silenciosamente a fijarse en que signo astrológico está la Luna antes de hacer una operación quirúrgica, a imitación de los médicos griegos de hace siglos, que se ajustaban al precepto de Hipócrates: <<No toques con metal las partes de la anatomía regidas por el signo donde la Luna transita, o con las cuales la Luna en tránsito se encuentra en cuadratura o en oposición en el aspecto>>. Es mucho y muy importante lo que hay que decir sobre la astrología médica y su valor para descubrir la causa y lograr la prevención de las enfermedades, pero el tema es de una amplitud tal que tendrá que quedar para otro volumen.

Si pasamos del campo de la medicina al de los viajes, digamos que hay varias compañías de seguros y empresas aéreas que están investigando en secreto la posible relación entre los accidentes aéreos fatales y las cartas natales de los pasajeros y de la tripulación. De tal manera avanzan los tiempos, desde el antiguo conocimiento de las influencias planetarias, retrocediendo hasta el pensamiento materialista para volver a avanzar hacia la verdad. A lo largo de los siglos, los planetas se han mantenido incó1umes en su grandeza, y siguen en sus órbitas. Las estrellas que brillaron sobre Babilonia y sobre el establo de Belén son las mismas que hoy siguen arrojando el mismo brillo sobre el Empire State Building y sobre el huerto de tu casa. Con la misma precisión matemática cumplen su ciclo (y seguirán afectando cada una de las cosas que hay sobre la Tierra, al hombre incluso, mientras la Tierra exista).

Recuerda siempre que en astrología no existe fatalismo. Los astros marcan inclinaciones, no obligan. La mayoría de nosotros nos dejamos llevar en obediencia ciega por la influencia de los planetas y por el esquema electromagnético de nuestro nacimiento, pero también por nuestro medio, nuestra herencia y la voluntad de los que son más fuertes que nosotros. No damos señales de percepción ni, por ende, de resistencia; nuestros horóscopos nos calzan como un guante. Movidos como peones, recorremos el tablero de ajedrez en la partida de la vida, e incluso hay quien hace burla de los poderes mismos que lo mueven, o los ignora. Pero cualquiera puede elevarse por encima de los poderes adversos de su carta natal. Si utiliza su libre albedrío, o el poder del alma, cualquiera puede dominar sus estados de animo, cambiar su carácter, controlar su ambiente y las actitudes de quienes están próximos a él. Cuando lo hacemos, nos convertimos en los jugadores que libran la partida, en vez de ser meros peones.

¿Eres de los que se privan de seguir su estrella, diciéndose que no han nacido con la fuerza ni con la capacidad necesarias? Pues naciste con más de cada una de ellas que Hellen Keller, que recurrió a los profundos e íntimos poderes de su voluntad para superar el hecho de haber nacido ciega, sorda y muda. Y sustituyó esas desventajas de nacimiento con la fama, la riqueza, el respeto y el amor de miles de personas. Y dominó sus influencias planetarias.